La guardia ind¨ªgena en Bogot¨¢: ¡°No sentimos rabia, hemos aprendido a resistir la discriminaci¨®n¡±
Los cerca de mil ind¨ªgenas que llegaron la semana pasada a la capital para participar en la discusi¨®n del Plan Nacional de Desarrollo abandonan la ciudad, satisfechos por haber logrado incidir en la hoja de ruta del Gobierno de Gustavo Petro
La guardia ind¨ªgena se va tranquila de Bogot¨¢. Los cerca de mil ind¨ªgenas que llegaron hace una semana para hacer presencia en la discusi¨®n del Plan Nacional de Desarrollo (PND) empiezan a abandonar la ciudad, satisfechos por haber logrado incidir en la que ser¨¢ la hoja de ruta del Gobierno de Gustavo Petro, y por haber resistido pac¨ªficamente a los se?alamientos de los que fueron v¨ªctimas.
Orlando Rayo, consejero mayor de la Organizaci¨®n Nacional Ind¨ªgena de Colombia (ONIC), empieza contando lo m¨¢s importante. Dice que la esencia de lo que se propon¨ªa en los acuerdos con el Gobierno, logrados en las consultas previas al plan de desarrollo, qued¨® plasmada en el proyecto, aprobado por los congresistas el jueves pasado. ¡°Salud, educaci¨®n, v¨ªas, protecci¨®n al territorio, no pedimos nada m¨¢s que una vida digna. Esta vez, los pueblos ind¨ªgenas fuimos escuchados y logramos meternos en las bases del plan de desarrollo¡±, cuenta por tel¨¦fono. Rayo tambi¨¦n habla, pero como algo secundario, del injustificado esc¨¢ndalo que desat¨® la presencia de la guardia ind¨ªgena en Bogot¨¢. ¡°No sentimos rabia, hemos aprendido a resistir la discriminaci¨®n racial. Creemos que hay que seguir sensibilizando sobre lo que somos. Los pueblos ind¨ªgenas nunca hemos sido un obst¨¢culo para este pa¨ªs: tenemos una lengua, una cultura, defendemos la vida¡±.
La presencia de la guardia ind¨ªgena en Bogot¨¢ gener¨® un debate p¨²blico que destil¨® racismo, denuncia. Les se?alaron de pasearse armados por la Plaza de Bol¨ªvar, cuando en realidad llevaban colgados sus bastones de mando, y miembros de la oposici¨®n los calificaron de ser casi que un grupo armado que estaba a punto de tomarse la ciudad. Nada de eso era cierto. No hay registros de desmanes ni de acciones violentas por parte de los ind¨ªgenas en su paso por la ciudad.
Los ind¨ªgenas cargaban unos bastones de madera que representan el ¡°cuerpo espiritual¡± y son un s¨ªmbolo de resistencia, pero la oposici¨®n difundi¨® im¨¢genes de la guardia caminando por el centro de la ciudad como si se tratara de una toma armada. Los ind¨ªgenas respondieron con videos en los que contaban qu¨¦ es la guardia ind¨ªgena y explicaban que no eran armas, ni ¡°palos¡± lo que llevaban. A Jairo Monta?ez, del pueblo way¨²u, no le sorprende la reacci¨®n que gener¨® su presencia en las calles. ¡°Hay un parte del pa¨ªs que cree que por ser ind¨ªgenas solo podemos existir mientras estemos en los ¡®territorios¡¯. Solo podemos estar en un resguardo, la ciudad es prohibida¡±.
La guardia ind¨ªgena, explica Monta?ez, es un proceso colectivo de protecci¨®n y cuidado de los pueblos ind¨ªgenas, amparado constitucionalmente. El discurso estigmatizante sobre este grupo, conformado tambi¨¦n por mujeres y adolescentes, los expone a¨²n m¨¢s a la violencia, dice Monta?ez. La semana pasada, mientras buena parte de la opini¨®n p¨²blica miraba con sospecha a la guardia ind¨ªgena en Bogot¨¢, uno de sus miembros era asesinado en Caldono, Cauca. El Consejo Regional Ind¨ªgena del Cauca-CRIC denunci¨® la muerte del guardia William Vargas en medio de un enfrentamiento entre el ELN y un grupo de disidentes. Seg¨²n la organizaci¨®n ind¨ªgena, Vargas hac¨ªa parte de una comisi¨®n humanitaria para proteger a la comunidad confinada por los combates.
Luis Alfredo Acosta, coordinador de la guardia ind¨ªgena, dice que en todo el pa¨ªs hay 90.000 guardias recorriendo los lugares donde el Estado no llega, donde ¡°no existe ni la polic¨ªa¡±, se?ala por tel¨¦fono. Dice que los guardias acompa?an misiones humanitarias, lideran procesos para proteger el medio ambiente y, entre muchas otras labores, ayudan con la b¨²squeda de desaparecidos en lugares inh¨®spitos que nadie conoce mejor que ellos. Cuenta Acosta que algunos de los miembros de la guardia ind¨ªgena que estaban la semana pasada en Bogot¨¢ van camino a la selva amaz¨®nica para unirse a la b¨²squeda de las personas que viajaban en una avioneta reportada como desaparecida el pasado primero de mayo. En la aeronave que cubr¨ªa la ruta Araracuara (Caquet¨¢) ¨C San Jos¨¦ del Guaviare viajaban siete personas, entre ellas cuatro ni?os ind¨ªgenas.
¡°Es momento de que el pa¨ªs se quite la venda del prejuicio y se acerque a los pueblos ind¨ªgenas, que conozca de d¨®nde vinimos, qu¨¦ hacemos en los territorios¡±, dice Acosta, que, al margen de los se?alamientos, considera que vali¨® la pena haber rodeado al presidente en el tr¨¢mite del plan de desarrollo. ¡°Logramos incidir en el plan de desarrollo frente al tema de los pueblos ind¨ªgenas. Esta es una oportunidad para reconocer a Colombia como el pa¨ªs multi¨¦tnico que es¡±, concluye optimista.
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