El desamparo condena a las familias de las v¨ªctimas de feminicidios
Un proyecto de ley en el Congreso busca sacar del olvido a los hijos de las mujeres asesinadas
Yudi Ang¨¦lica Beltr¨¢n sab¨ªa que la iban a asesinar. Su expareja, con quien segu¨ªa compartiendo casa porque no ten¨ªa a donde m¨¢s ir, le hab¨ªa dicho mil veces que la quer¨ªa matar. ¡°Yo a usted nunca lo voy a dejar, usted nunca va a ser libre, usted nunca va a hacer una vida sin m¨ª. Si me toca matarla, pues la mato¡±, la amenazaba, recuerda Mariluz, la hermana de la v¨ªctima. La familia ten¨ªa miedo de que cumpliera. Denunciaron, pero nunca los escucharon. El cuerpo de Yudi Ang¨¦lica fue encontrado en abril de 2018 metido en bolsas pl¨¢sticas arrojadas a un ca?o de Soacha.
Mariluz dice que no pu...
Yudi Ang¨¦lica Beltr¨¢n sab¨ªa que la iban a asesinar. Su expareja, con quien segu¨ªa compartiendo casa porque no ten¨ªa a donde m¨¢s ir, le hab¨ªa dicho mil veces que la quer¨ªa matar. ¡°Yo a usted nunca lo voy a dejar, usted nunca va a ser libre, usted nunca va a hacer una vida sin m¨ª. Si me toca matarla, pues la mato¡±, la amenazaba, recuerda Mariluz, la hermana de la v¨ªctima. La familia ten¨ªa miedo de que cumpliera. Denunciaron, pero nunca los escucharon. El cuerpo de Yudi Ang¨¦lica fue encontrado en abril de 2018 metido en bolsas pl¨¢sticas arrojadas a un ca?o de Soacha.
Mariluz dice que no pudo hacer el duelo por el feminicidio de su hermana porque una ni?a de seis a?os, su sobrina, la necesitaba combativa. Mariluz no pod¨ªa sentarse a llorar, ten¨ªa que conseguir la custodia de la ni?a. Al final lo logr¨®. ¡°Es mi hija¡±, dice. Pero le cost¨® muchas horas de tr¨¢mites, con un dolor atravesado en el pecho por la muerte de su hermana, de 36 a?os.
La legislaci¨®n sobre violencia de g¨¦nero ha avanzado a paso lento en Colombia. La Ley 1257 de 2008 considera la violencia contra la mujer como una violaci¨®n a sus derechos humanos y la Ley Rosa Elvira Cely de 2015 tipifica el feminicidio, pero el sistema de informaci¨®n sobre este delito y la protecci¨®n a las v¨ªctimas sigue siendo d¨¦bil. Carolina Giraldo Botero, representante a la C¨¢mara por la Alianza Verde, habla de los hu¨¦rfanos de las mujeres que son asesinadas. Si no existe una estad¨ªstica oficial sobre cu¨¢ntos feminicidios hay en el pa¨ªs, mucho menos se sabe qu¨¦ pasa con los hijos de esas v¨ªctimas. ¡°Hay un vac¨ªo enorme en la ley. Los ni?os, los hu¨¦rfanos de esas madres que murieron a manos de sus propios padres, est¨¢n desprotegidos¡±, dice la congresista, que se propone sacar adelante un proyecto de ley que por primera vez piensa en las familias de las v¨ªctimas.
La iniciativa, que ser¨¢ presentada en las pr¨®ximas semanas en el Congreso, estipula una asistencia econ¨®mica para cubrir gastos funerarios de la v¨ªctima directa de feminicidio, y el traslado del cuerpo de la v¨ªctima y su exhumaci¨®n en el marco de una investigaci¨®n penal. ¡°Debemos ampliar el enfoque diferencial que se aplica en el pa¨ªs para algunos sectores. Las v¨ªctimas del conflicto armado o las poblaciones ¨¦tnicas, tienen cierta prioridad para acceder ciertos programas. En el caso de los hu¨¦rfanos por feminicidios, la idea es hacer lo mismo, que puedan tener un acceso prioritario a ciertos programas del Estado, que se les garantice a la educaci¨®n, a la salud. Muchos de estos ni?os fueron testigos del acto feminicida, necesitan protecci¨®n¡±, dice Giraldo.
La asistencia del Estado suele ser complicada incluso antes de que ocurra un feminicidio. Mariluz Beltr¨¢n cuenta que cuando su hermana empez¨® a sentirse en peligro acudieron a las autoridades, pero la respuesta siempre fue la misma: ¡°Toca que mire a ver qu¨¦ hace usted con ese tema, pero ese se?or la puede matar¡±, dice que era lo ¨²nico que le contestaban. ¡°O sea, nunca hubo apoyo¡±, lamenta. Tampoco lo hubo despu¨¦s del feminicidio. Por su propia cuenta tuvo que confirmar el asesinato de su hermana. Revis¨® durante horas los videos de las c¨¢maras del edificio en el que viv¨ªa y vio el momento en que el hombre acomodaba dentro de un carro el cuerpo de su hermana envuelto en pl¨¢sticos. ¡°Lo primero que hice fue ir a la comisar¨ªa de familia para que me dieran la custodia preventiva de mi sobrina¡±.
Despu¨¦s vinieron las interminables visitas a la Fiscal¨ªa y a Medicina Legal. Las familias de las v¨ªctimas de feminicidio tienen que estar preparadas para lidiar con un sistema que hace m¨¢s dif¨ªcil su tragedia. ¡°Yo ten¨ªa claro que si mi trabajo no me da permiso para todo lo que ten¨ªa que hacer, me ten¨ªa que retirar. Tampoco ten¨ªa cabeza para trabajar, yo no ten¨ªa cabeza para nada m¨¢s¡±. El asesino de su hermana fue condenado a 32 a?os de c¨¢rcel, pero su familia qued¨® rota, dice. ¡°Mi mam¨¢ empez¨® a sufrir de demencia. O sea, mi mam¨¢ ya no es la mujer que era antes y mi pap¨¢ se la pasa triste. Mi hermano se tuvo que ir del pa¨ªs por amenazas¡±, cuenta.
El 18 de abril se cumplieron cinco a?os del femicidio de Yudi Ang¨¦lica. Su hija sigue al cuidado de su hermana.
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