Vuelve el fantasma del paro nacional
Aquella figura tan extra?a de las asambleas populares, convocada por el presidente Petro, revive el recuerdo de los paros nacionales, pero promovidos desde el Gobierno
Si el profesor Fernando Cepeda, tan apreciado en la academia y en la pol¨ªtica, considera en una reciente publicaci¨®n que la ausencia f¨ªsica del Palacio de Nari?o del presidente Laureano G¨®mez el 13 de junio de 1953 justific¨® la declaratoria de la vacancia presidencial, en abierta contradicci¨®n con el expresidente Alfonso L¨®pez Michelsen, quien dej¨® clara su posici¨®n al respecto, equiparando el golpe del general Gustavo Rojas Pinilla con el que sufri¨® su padre Alfonso L¨®pez Pumarejo el 10 de julio de 1944; si Cepeda puede interpretar un hecho hist¨®rico de esa manera tan extravagante es perfecta...
Si el profesor Fernando Cepeda, tan apreciado en la academia y en la pol¨ªtica, considera en una reciente publicaci¨®n que la ausencia f¨ªsica del Palacio de Nari?o del presidente Laureano G¨®mez el 13 de junio de 1953 justific¨® la declaratoria de la vacancia presidencial, en abierta contradicci¨®n con el expresidente Alfonso L¨®pez Michelsen, quien dej¨® clara su posici¨®n al respecto, equiparando el golpe del general Gustavo Rojas Pinilla con el que sufri¨® su padre Alfonso L¨®pez Pumarejo el 10 de julio de 1944; si Cepeda puede interpretar un hecho hist¨®rico de esa manera tan extravagante es perfectamente posible que ahora el camino para perfeccionar el acuerdo de paz total con el ELN y sus reformas con el ¡°poder civil¡± sea el de las asambleas populares que convoc¨® desde las escalinatas del Capitolio el presidente Gustavo Petro.
La capacidad para declarar la vacancia presidencial y ordenar el exilio del presidente destituido (delito inexistente) era muy exigua, tanto como la que tendr¨ªan las asambleas populares, figura tan extra?a al ordenamiento institucional colombiano que presumo que el profesor Cepeda tambi¨¦n la rechace.
El peri¨®dico El Tiempo inform¨® que de Palacio dijeron que estaban esperando instrucciones al respecto. Es decir, no ten¨ªan ni idea. Lo que s¨ª dijo el presidente es que cada una, reunida peri¨®dicamente en cada municipio, tomar¨¢ decisiones sobre su regi¨®n, su territorio, la paz (ojo) y la capacidad para movilizarse. Ahora- remat¨®- lo que sigue es el gobierno popular. Vamos a demostrar c¨®mo se hace y que los ministros que no atiendan la orden, se van. ¡°Ay juemadre¡±. La vaina va en serio. Otty Pati?o, el jefe negociador del Gobierno, le dijo a El Espectador que el ELN y el Gobierno acordaron un cese al fuego bilateral por seis meses que sentar¨¢ las bases de la participaci¨®n de la sociedad civil en los di¨¢logos de la paz.
?Cu¨¢les son las bases de la participaci¨®n de la sociedad civil, origen de las peticiones del ELN desde su fundaci¨®n? Esa es la raz¨®n de ser de las asambleas populares.
Por eso es muy l¨®gica la reacci¨®n del ex vicepresidente Germ¨¢n Vargas Lleras en el sentido de que el Gobierno y el ELN tendr¨¢n que buscar herramientas diferentes a las que consagra la Constituci¨®n, las cuales ¡°tendr¨¢n que ser discutidas y aprobadas en otros escenarios de participaci¨®n civil. ¡°?Ser¨¢ -se pregunta- el Gran Consejo Nacional una especie de asamblea constituyente espuria?¡±.
La Constituci¨®n establece de manera precisa la participaci¨®n ciudadana en la conformaci¨®n, ejercicio y control del poder pol¨ªtico: elegir y ser elegido; tomar parte en elecciones, plebiscitos, referendos y consultas populares; constituir partidos y movimientos sin limitaci¨®n alguna; revocar el mandato de los elegidos de acuerdo con la ley; tener iniciativa en las corporaciones p¨²blicas; en ninguna parte se habla de asambleas populares. Para recurrir a ese modelo tendr¨ªan que apelar al Congreso para aprobar cualquier procedimiento que conduzca a la creaci¨®n de las mentadas asambleas. Lo ¨²nico que le ha salido bien al gobierno con el ELN es la vocer¨ªa del jefe de la negociaci¨®n, Otty Pati?o.
Por su parte, los Estados Unidos han descartado la posibilidad de participar en un proceso de paz con el ELN y reiteran su voluntad de apoyar lo relacionado con el modelo del 2016 con las FARC. Lo curioso de esta orden presidencial de creaci¨®n de asambleas populares es que no sea demandable por inconstitucional dado que fue un anuncio verbal en una manifestaci¨®n p¨²blica. Vuelve a la actividad pol¨ªtica colombiana el fantasma de los paros nacionales pero promovidos desde el Gobierno.
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