Petro: el telepr¨®nter contra el balc¨®n
En sus intervenciones televisivas el presidente colombiano parece m¨¢s mesurado que en los acalorados discursos que ha dado desde el balc¨®n presidencial, con la bandera al hombro
El viernes pasado el presidente Petro sorprendi¨® al pa¨ªs con el anuncio de una intervenci¨®n en televisi¨®n en el horario estelar de la programaci¨®n ordinaria que no estaba prevista. La sorpresa fue mayor cuando apareci¨® con un cambio de actitud. El presidente, muy peinado, sali¨® en pantalla con un tono menor al de las improvisaciones de balc¨®n donde surge m¨¢s el candidato que el presidente. Aqu¨ª el tono mesurado mostraba a un jefe de Estado conciliador. No obstante los vaciadones al Banco de la Rep¨²blica por el alza en las tasas de inter¨¦s, el presidente de la Rep¨²blica mantuvo una l¨ªnea de moderaci¨®n. Una cosa es decir que en el Plan Nacional de Desarrollo se aprob¨® un art¨ªculo que habla de aranceles inteligentes como un mecanismo para contrarrestar el efecto negativo ¡ªpara ¨¦l¡ª de la forma como el Banco de la Rep¨²blica ha tratado de contener la inflaci¨®n, y otra cosa, muy diferente, es decir en do mayor, desde el balc¨®n presidencial, con la bandera al hombro, que si no se aprueban las reformas sociales de su Gobierno, habr¨ªa una revoluci¨®n. Seg¨²n el diccionario de la Real Academia de la Lengua: ¡°Cambio profundo, generalmente violento, en las estructuras pol¨ªticas y socioecon¨®micas de una comunidad nacional¡±.
El telepr¨®nter exige un documento escrito con rigidez intelectual, sin emociones, con la frialdad ¡°de estos palacios fr¨ªos¡±. Lenguaje telepr¨®nter: ¡°Colombia, nuestro pa¨ªs, es el pa¨ªs de la belleza, de la reconciliaci¨®n y de la resiliencia. Un pa¨ªs que apost¨® democr¨¢ticamente por el cambio y por la paz. Yo he recibido con humildad y responsabilidad la tarea de ser guardi¨¢n de la democracia y de la apuesta por el cambio de millones de colombianos: ?Por qu¨¦ no construir reformas entre todos? ?Por qu¨¦ algunos se oponen sin preguntarles a quienes llevan esperando por servicios p¨²blicos de calidad?¡±. Y as¨ª, con ese estilo amable, culmin¨® la charla televisiva del pasado viernes. El problema es que al otro d¨ªa el se?or presidente volvi¨® a improvisar. Se refiri¨® al ELN en t¨¦rminos que, por v¨¢lidos que sean sus planteamientos, constituyen un obst¨¢culo para la mesa de negociaci¨®n que los delegados del presidente adelantan con ese grupo subversivo. ?Realmente mandan?, se pregunt¨®. Los jefes ya est¨¢n viejos. Queda poco de tradici¨®n pol¨ªtica e ideol¨®gica. Que la lucha de ese grupo es por las econom¨ªas il¨ªcitas. Ese es el conflicto social. Por supuesto hubo que dar montones de explicaciones para dorar la p¨ªldora y evitar que la mesa se reventara, no obstante ser ciertos todos los se?alamientos. El senador Iv¨¢n Cepeda, quien funge de bombero, se vio a gatas para bajarle la nota a las impertinencias de balc¨®n y logr¨® que se reanudara el di¨¢logo pegado con babas.
Mientras tanto la calle se calienta. Los ind¨ªgenas y los militares retirados escogieron la Plaza de Bol¨ªvar para medir sus fuerzas. M¨¢s disciplinados los ind¨ªgenas. M¨¢s numerosos los uniformados. Los militares protestaban hasta que uno de sus organizadores, el coronel retirado John Marulanda, meti¨® la pata al hablar de un imposible golpe de Estado, con lo cual se tir¨® todo el espect¨¢culo y le sirvi¨® de papaya al presidente para que diera una respuesta. No nos crean tan pendejos.
El escenario es definitivamente la calle. El debate para las elecciones de octubre va a girar en torno a las reformas en tr¨¢mite, la salud, la laboral y las pensiones, porque muy probablemente para entonces no estar¨¢n ni aprobadas ni negadas. Todos queremos m¨¢s salud, m¨¢s empleo y m¨¢s pensiones, solo que no estamos de acuerdo en cu¨¢l es la que m¨¢s conviene. Lo que no sabemos es cu¨¢nto de telepr¨®nter y cu¨¢nto de balc¨®n animar¨¢ la fiesta.
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