Guerra por los votos en La Paz, Cesar: revueltas callejeras por un presunto fraude, incluidos muertos que votan
Una gran parte de los habitantes de este municipio, ubicado en el Cesar, protesta para que anulen las elecciones y se repitan
¡°?C¨®mo as¨ª que mi mam¨¢ vot¨® si ella tiene 13 a?os de muerta? Ojal¨¢ que la hubiese visto para darle un abrazo¡±, responde furiosa Ana Milena Sierra Moscote. El pasado domingo de elecciones la mujer se sorprendi¨® cuando la llamaron para contarle que su madre Albenys Mercedes Moscote hab¨ªa votado en la mesa seis de La Paz, Cesar. En este pueblo del caribe colombiano abundan denuncias por suplantaci¨®n de identidad, violencia y compra de vo...
¡°?C¨®mo as¨ª que mi mam¨¢ vot¨® si ella tiene 13 a?os de muerta? Ojal¨¢ que la hubiese visto para darle un abrazo¡±, responde furiosa Ana Milena Sierra Moscote. El pasado domingo de elecciones la mujer se sorprendi¨® cuando la llamaron para contarle que su madre Albenys Mercedes Moscote hab¨ªa votado en la mesa seis de La Paz, Cesar. En este pueblo del caribe colombiano abundan denuncias por suplantaci¨®n de identidad, violencia y compra de votos. Inconforme, la gente ha salido a las calles para exigir que se abran investigaciones penales por presunto fraude y pide que las autoridades repitan las elecciones.
Ana Milena tiene a la mano el acta de defunci¨®n de su madre para denunciar el supuesto voto fraudulento. La tarde del lunes ha salido a protestar a pleno sol caliente junto con decenas de personas que llevaban pancartas. ¡°El pueblo llora el fraude¡±, dec¨ªa uno de los letreros. Se o¨ªan pitos, m¨²sica vallenata, motos y gritos de ¡°justicia¡±. En la noche, la gente bloque¨® la entrada del pueblo. Desde Valledupar enviaron a la polic¨ªa antimotines para contener la turba que imped¨ªa el paso de veh¨ªculos y personas en la carretera principal.
Las personas muertas que acostumbraban a votar en las mesas de la uno a la siete fueron suplantadas, denuncian sus familiares. Es el caso de los hermanos de Nubi P¨¦rez Guti¨¦rrez (uno muerto hace 20 a?os, otra hace ocho). ¡°Aqu¨ª, gente que muri¨® hace a?os sali¨® de las tumbas a votar¡±, dice. La Registradur¨ªa Nacional bloque¨® la posibilidad de consultar si las c¨¦dulas de los muertos a¨²n aparecen activas. Consultada por este peri¨®dico, la registradora municipal, Adriana Agresoth, dijo que no ten¨ªa autorizaci¨®n para hablar sobre el tema y que a¨²n estaban haciendo las verificaciones sobre las denuncias. El procurador delegado Jos¨¦ Isa¨ªas Palacios tambi¨¦n se neg¨® a hablar por supuesta falta de autorizaci¨®n, y el registrador delegado departamental, Tirso Cabello, no respondi¨® al pedido de informaci¨®n.
La jornada electoral del domingo en La Paz comenz¨® desde las 6:30 de la ma?ana con una muchedumbre apostada a las puertas de la Instituci¨®n Educativa Ciro Pupo Mart¨ªnez. Los seguidores de un candidato soliviantaban a los del otro. Se inscribieron cinco aspirantes, pero las discordias se presentaron solo entre los adeptos de dos: Juan Bautista Calder¨®n, del partido de La U, y Wilson Rinc¨®n, avalado por Cambio Radical y el Partido Conservador. La gente corr¨ªa de un lado al otro. Burlas, insultos, pu?etazos y empujones iban y ven¨ªan. La Paz no hac¨ªa honor a su nombre.
La turbamulta se subi¨® a los muros del colegio y embisti¨® portones y vallas de la polic¨ªa para entrar a la fuerza al lugar de votaci¨®n. Cerca del mediod¨ªa la tensi¨®n aumentaba. ¡°Desde la mesa de justicia, lo que percibimos fue un grupo de personas que intentaron sabotear las elecciones. Hab¨ªa un r¨ªo de personas afuera, aproximadamente unas 3.000. Lo que vi fue una inmensa apolog¨ªa al delito de corrupci¨®n al sufragante¡±, dijo el personero Fabi¨¢n Canales.
Dentro del colegio, el desorden crec¨ªa. En un momento surgi¨® una pelea encarnizada por una caja, presuntamente llena de boletas electorales. Parec¨ªa una pi?ata entre adultos furibundos, un espect¨¢culo grotesco con sillazos, jalones de pelo y vidrios rotos. ¡°Polic¨ªa, polic¨ªa¡±, imploraba con angustia una mujer de unos 70 a?os. En un momento tuvieron que suspender las votaciones, mientras la fuerza p¨²blica logr¨® controlar la situaci¨®n. Otro forcejeo se dio en uno de los salones, sin que haya claridad del origen de la discordia. ¡°Fue una gresca tremenda, hab¨ªa aproximadamente unas 30 personas unas contra otras¡±, explic¨® el personero Canales, que cuenta que ¨¦l mismo recibi¨® una agresi¨®n f¨ªsica. Hubo varios capturados por la Polic¨ªa.
La trifulca se irrit¨® a¨²n m¨¢s cuando muchos de los electores prestos para votar se encontraron con que alguien ya hab¨ªa votado por ellos. Le sucedi¨® a Lucenith L¨®pez en la mesa 9 y a Denidis Bello en la mesa 8. Ellas est¨¢n entre las personas que han denunciado las irregularidades ante ¡°Uriel¡±, la plataforma del Ministerio del Interior para recibir estas quejas.
Mucho antes de que cerraran las urnas ya se comentaba que hab¨ªa ganado el hoy elegido alcalde. Sus adeptos celebraban y alentaban la rabia de los enemigos. Wilson Rinc¨®n, el ganador, se present¨® a votar con decenas de simpatizantes que lo ovacionaron con fervor; levantaba el pu?o y sus contrarios estallaban en furia.
Varios testigos consultados cuentan que ning¨²n ente de control se asegur¨® de brindarles garant¨ªas para ejercer su labor. Denuncian que varias personas que no eran testigos electorales se apostaban en los cub¨ªculos para verificar qu¨¦ candidato marcaban los ciudadanos en las tarjetas electorales, y violaban el secreto del voto. ¡°Uno se quejaba y nadie hac¨ªa nada, ni la polic¨ªa¡±, relata una de las testigos. ¡°Cuando se formaba el desorden, los jurados firmaban desesperadamente los tarjetones. Intent¨¦ grabarlo pero me dijeron que me iban a joder¡±, cuenta otra que tambi¨¦n denunci¨® la escasa distancia que hab¨ªa entre testigos y jurados. Se presume que las personas ubicadas cerca de los cub¨ªculos eran quienes verificaban la compra del voto.
Una l¨ªder cont¨® a EL PA?S que en el lugar de votaci¨®n entraron una caja con tarjetones marcados. En otro momento, se llevaron una urna y la cambiaron por otra en el patio del colegio. ¡°Eso parec¨ªa una feria. No se sent¨ªa ninguna autoridad. Compraban votos frenteado¡±, dijo otra testigo. Relata que hubo mucha confusi¨®n porque no hab¨ªa ante qui¨¦n denunciar las irregularidades. ¡°Me acercaba a la registradora y dec¨ªa que no sab¨ªa qu¨¦ hacer. Cuando me acercaba a la polic¨ªa me dec¨ªa: ?Deja de estar molestando tanto que te voy a sacar?¡±.
Al cierre de las votaciones se formaron otras peleas y alguien lanz¨® gas pimienta. El grupo de polic¨ªa antimotines tuvo que entrar para disolver la ri?a. En otras denuncias han reportado tachones en los formularios E-14, donde se consigna el n¨²mero de votos de cada candidato por mesa. La Misi¨®n de Observaci¨®n Electoral (MOE) recibi¨® reportes de suplantaci¨®n de identidad, compra de votos e irregularidades en el manejo del material electoral y orden p¨²blico, seg¨²n inform¨® a EL PA?S.
Amenazas y plomo
Katty Rangel, actriz de profesi¨®n, decidi¨® lanzarse por primera vez al Concejo de este municipio. Enfoc¨® su campa?a en San Jos¨¦ de Oriente, el corregimiento donde naci¨®, ubicado a veinte minutos de la cabecera municipal. Pero el 12 de septiembre le llegaron las primeras amenazas: ¡°Si hace caso omiso a nuestras exigencias, ser¨¢ declarada objetivo militar¡±. La tensi¨®n y el miedo no cesaron. ¡°Sal¨ªa de mi casa y siempre iban detr¨¢s de m¨ª tres o cuatro motos, vigil¨¢ndome todo el tiempo¡±, cuenta Katty.
Los ¨²ltimos d¨ªas aument¨® el hostigamiento: el s¨¢bado antes de las votaciones, desconocidos se metieron al solar de su casa e hicieron una descarga de tiros al aire. Al rato, cerca de diez motos se apostaron al frente. Hombres encapuchados le gritaban: ¡°Traicionera, vendiste el pueblo. L¨¢rgate de aqu¨ª¡±, por apoyar a un candidato distinto. Uno de ellos agredi¨® f¨ªsicamente a la hermana de Katty. Y luego regresaron e hicieron otra descarga al aire. El d¨ªa de las elecciones tambi¨¦n hubo hostigamientos en ese corregimiento. ¡°Se fueron en gavilla, no dejaban pasar ning¨²n veh¨ªculo, me tiraron botellas de agua. Estuvo tan tensa la situaci¨®n que creo que me tocar¨¢ irme de este pueblo¡±, cuenta.
Wilson Rinc¨®n, el vencedor, ya hab¨ªa sido alcalde de La Paz en el per¨ªodo 2012- 2016. En San Jos¨¦ de Oriente gestion¨® un proyecto de m¨¢s de 5.000 millones de pesos para el acueducto. Hoy, los habitantes abren la llave y, si les llega algo de agua, es contaminada.
Aunque La Paz es un municipio de sexta categor¨ªa, o sea parte de los de menor presupuesto de todo el pa¨ªs, y el alcalde gana solo 5.376.068 pesos (unos 1.300 d¨®lares) mensuales, se invierten miles de millones de pesos en proyectos como el citado. ?Qu¨¦ es lo que hace que los candidatos y sus cohortes se l¨ªen a pu?etazos el d¨ªa de las elecciones? Y que el problema siga: una parte de la comunidad de La Paz no acepta el resultado y pide que se haga justicia. Mientras tanto, la gente sigue soportando las deficiencias del acueducto.
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