El BID alerta: ¡°Cuatro trabajadores colombianos producen lo mismo que un empleado estadounidense¡±
Economistas buscaron soluciones para mejorar el empleo en Colombia durante en el evento ¡®Di¨¢logo sobre el trabajo: una mirada al futuro¡¯ que se celebr¨® este martes en Bogot¨¢
En el mercado laboral colombiano hay nuevas realidades, pero un problema viejo. El mundo del trabajo experimenta una revoluci¨®n debido a grandes cambios como la automatizaci¨®n, la transici¨®n verde y la introducci¨®n de nuevas y diferentes formas de empleo. Sin embargo, la informalidad sigue siendo alta; est¨¢ en el 56% seg¨²n los ¨²ltimos datos del DANE, de septiembre. C¨®mo tratar este problema, que ha persistido durante d¨¦cadas en Colombia y en toda la regi¨®n, fue e...
En el mercado laboral colombiano hay nuevas realidades, pero un problema viejo. El mundo del trabajo experimenta una revoluci¨®n debido a grandes cambios como la automatizaci¨®n, la transici¨®n verde y la introducci¨®n de nuevas y diferentes formas de empleo. Sin embargo, la informalidad sigue siendo alta; est¨¢ en el 56% seg¨²n los ¨²ltimos datos del DANE, de septiembre. C¨®mo tratar este problema, que ha persistido durante d¨¦cadas en Colombia y en toda la regi¨®n, fue el tema principal del foro Di¨¢logo sobre el trabajo: una mirada al futuro, organizado este martes en Bogot¨¢ por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en colaboraci¨®n con la Pontificia Universidad Javeriana y EL PA?S Am¨¦rica.
Para Mariano Bosch, asesor econ¨®mico principal de la Vicepresidencia de Sectores y Conocimiento del BID, la informalidad es el concepto clave que permea todos los debates sobre la econom¨ªa en Am¨¦rica Latina. Seg¨²n ¨¦l, la forma de reducirla parece sencilla: crear mejores empleos. Pero la regi¨®n no ha podido hacerlo. Seis de cada diez trabajadores latinoamericanos son informales, una cifra igual a la de Colombia. Bosch explic¨® que este estancamiento colombiano se debe a varios factores. Uno de ellos es que el pa¨ªs es poco productivo. ¡°Un pa¨ªs m¨¢s productivo y m¨¢s rico genera menos informalidad¡±, apunt¨® durante el foro.
En Colombia se trabaja mucho. El pasado julio, se redujo la jornada laboral para establecer un m¨¢ximo de 47 horas trabajadas por semana. El problema, asegura Ramiro L¨®pez-Ghio, representante del BID en el pa¨ªs, es que el uso de esas horas no es ¨®ptimo. ¡°Se requieren cuatro trabajadores colombianos para producir lo que produce un trabajador estadounidense. Y uno y medio para producir lo que produce un empleado chileno o argentino¡±, se?al¨®. Con esto en mente, L¨®pez-Ghio asegur¨® que el futuro del trabajo en Colombia depende, en gran parte, de la educaci¨®n.
Es una posici¨®n que comparte con Mauricio Olivera. El vicerrector administrativo y financiero de la Universidad de Los Andes sostuvo durante el evento que para que haya un avance en t¨¦rminos de productividad, la formaci¨®n para el trabajo tiene que ser una prioridad. ¡°Existe una brecha enorme en la formaci¨®n t¨¦cnica y tecnol¨®gica en Colombia. Tenemos un gran trabajo que hacer con eso, sobre todo con la legislaci¨®n. No es una sugerencia pol¨ªtica, es una realidad¡±, dijo. Insisti¨®, adem¨¢s, que Colombia tiene que empezar a invertir en formar a los trabajadores para empleos que durar¨¢n a largo plazo.
Un ejemplo de esa falta de pensamiento a futuro se vive actualmente en el departamento del Cesar. All¨ª, el 40% del PBI viene de la producci¨®n del carb¨®n. Esta realidad, para Olivera, no se ajusta a la direcci¨®n en la que va ni el pa¨ªs ni el mundo. ¡°En 10 a?os no se producir¨¢ carb¨®n en el Cesar. Tenemos que preparar esa transici¨®n¡±, sentenci¨®. A falta de hacerlo, miles de mineros terminar¨¢n en el mercado informal.
La que propone ¨¦l es una ¡°transici¨®n justa¡±, y con un enfoque regional. Para esto, dice, es necesario que el gobierno act¨²e y que dedique m¨¢s recursos a las formaciones t¨¦cnicas y especializadas. Adem¨¢s, que acerque la legislaci¨®n a la realidad laboral.
La industria del caf¨¦, el gran orgullo de Colombia, tambi¨¦n padece ese problema. En cada rinc¨®n del territorio, los colombianos se ufanan de ese oro l¨ªquido que sale de sus tierras. Pero para Olivera los cafeteros son claras v¨ªctimas de la falta de regulaci¨®n ¡°justa¡± que, seg¨²n ¨¦l, el pa¨ªs necesita. ¡°El caf¨¦ colombiano tiene dos cosechas al a?o. Por lo tanto, los cafeteros facturan dos veces al a?o. Sin embargo, se les cobran impuestos como si tuvieran ganancias los 12 meses¡±, lament¨®. ¡°No conozco a ning¨²n cafetero que tenga pensi¨®n¡±. Y es que gran parte del a?o, los que producen el orgullo de Colombia viven en la informalidad.
Olivera explic¨® que este es un ejemplo claro de la necesidad de que el Gobierno reconozca y cree legislaci¨®n alrededor de la realidad del mundo laboral. Agregar los contratos temporales, los empleos transnacionales y numerosos m¨¢s al mercado formal ser¨ªa un paso, dice, hacia reducir la informalidad e incrementar la productividad. ¡°Es necesario dise?ar y preparar esa legislaci¨®n y transici¨®n¡±, concluy¨®.
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