La corrupci車n, el desastre que puso en riesgo a Petro
El entramado de deshonestidad en la UNGRD es un reto para el gobierno de Petro, para el Pacto Hist車rico y para la fiscal entrante. La lucha contra la corrupci車n ser芍, adem芍s, el eje de la campa?a presidencial del 2026
El Gobierno del cambio, que se eligi車 con m芍s de 11 millones de votos, ha vivido en una crisis permanente, que se ahonda con cada detalle que se conoce del creciente esc芍ndalo de corrupci車n de la Unidad Nacional para la Gesti車n del Riesgo de Desastres, UNGRD, y las descomunales cifras que maneja esa entidad, que bajo la administraci車n de Sneyder Pinilla y Olmedo L車pez se pusieron a...
El Gobierno del cambio, que se eligi車 con m芍s de 11 millones de votos, ha vivido en una crisis permanente, que se ahonda con cada detalle que se conoce del creciente esc芍ndalo de corrupci車n de la Unidad Nacional para la Gesti車n del Riesgo de Desastres, UNGRD, y las descomunales cifras que maneja esa entidad, que bajo la administraci車n de Sneyder Pinilla y Olmedo L車pez se pusieron al servicio de una agenda de transacciones pol赤ticas non santas con la clase pol赤tica para eventualmente ganar votos en el Congreso y pasar las iniciativas gubernamentales. Ante esa realidad no es exagerado que muchos perciban el cambio como un desastre ahogado en un mar de corrupci車n.
En el entramado de deshonestidad en la UNGRD, seg迆n se desprende de las declaraciones de Sneyder y Olmedo, est芍n involucrados cuatro ministros, dos altos funcionarios y nueve congresistas. Y se especula que hasta el ELN recibi車 contratos con dineros p迆blicos como garant赤a para continuar sentados en la mesa de negociaciones. Todo un cartel delincuencial que atrae la atenci車n medi芍tica, sacude el pa赤s pol赤tico e indigna al pa赤s nacional, y en especial a quienes cre赤an, ilusionados, que el cambio no se escrib赤a con &c* de corrupci車n ni de contratos contaminados.
Se trata de una dura prueba para el Pacto Hist車rico, cuya posibilidad de permanencia en el poder, despu谷s del 2026, ha quedado mucho m芍s debilitada; la justicia, con la Fiscal赤a a la cabeza que tendr芍 que demostrar imparcialidad y eficiencia; y el Gobierno, que deber芍 recomponer el camino y reconstruirse para terminar con dignidad su per赤odo; y un desaf赤o para la democracia que deber芍 salir fortalecida de este episodio que ha tra赤do a colaci車n otros esc芍ndalos de gran calado, como el proceso 8.000, cuyos estertores, 30 a?os despu谷s, siguen siendo una pesadilla para los protagonistas de esa 谷poca.
La corrupci車n es el c芍ncer de la democracia y el Congreso de la Rep迆blica una de las entidades con imagen m芍s negativa del pa赤s por su rechazo a las agendas reformistas, la ineficiencia y las pr芍cticas clientelistas. Erradicar ese flagelo fue el caballo de batalla sobre el cual cabalg車 durante d谷cadas el hoy presidente en su ascendente carrera pol赤tica.
El pa赤s recuerda que durante su vida parlamentaria Petro atac車 con contundencia a quienes se aliaron con lo peor de la clase pol赤tica, como los hermanos Moreno Rojas y el carrusel de la contrataci車n, para acceder al poder; y a los paramilitares y sus aliados de los clanes pol赤ticos regionales y nacionales con los que a sangre y fuego dominaron amplias extensiones del territorio, causaron decenas de miles de v赤ctimas, dominaron las administraciones y saquearon el erario. Esa lucha, muchas veces en solitario y con enorme valent赤a, le permiti車 a Petro construir una imagen de radical en defensa de lo p迆blico, la transparencia, la vida y la democracia.
Como alcalde de Bogot芍 sali車 airoso de los episodios de falta de transparencia de algunos de sus servidores y se escud車 en la persecuci車n desatada en su contra por el entonces procurador Alejandro Ordo?ez, quien escapulario en mano lo destituy車 de manera arbitraria y lo elev車 al grado de m芍rtir de la izquierda.
Ahora, como primer mandatario la corrupci車n de su c赤rculo cercano se ha convertido en su calvario diario, y en alimento poderoso de los medios de comunicaci車n y las redes sociales, que explotan cada titular y ganan likes mientras el Gobierno decae en las encuestas. Tambi谷n en munici車n electoral para una derecha extraviada y sin argumentos, que sigue sin encontrar una ruta que le permita conectarse de nuevo con el electorado y sin un l赤der ganador en el tarjet車n del 2026.
Fiel a su manera de enfrentar las cosas, Petro pidi車 perd車n a los colombianos en su discurso ante el Congreso, el pasado 20 de julio, por lo acontecido con la UNGRD. ※Quiero pedirles perd車n a ustedes como representantes del pueblo y a la ciudadan赤a por lo que ha acontecido en la UNGRD. Olmedo L車pez viene de la izquierda y ha estado vinculado a ella desde hace d谷cadas§, dijo.
Ning迆n presidente, hasta entonces, hab赤a asumido su responsabilidad frente a una crisis de esa magnitud. ※Yo fui el que lo puse all赤 y en eso hay una responsabilidad pol赤tica y tengo que asumirla§, agreg車 Petro.
Ante la gravedad de los hechos, las declaraciones de los directivos de la UNGRD y la contundencia de las pruebas aportadas, el discurso anticorrupci車n del Gobierno Petro, por ahora, ha perdido esencia y contundencia. La izquierda ha extraviado la promesa de valor de la pr車xima contienda electoral, que tampoco ha ganado la derecha con un pasado de 200 a?os de mandatos con las manos manchadas por el saqueo del erario y la violencia fratricida.
La creciente impopularidad del jefe de Estado y la agudizaci車n de la crisis han obligado al Gobierno a refinar la estrategia y poner en marcha nuevas acciones t芍cticas, sin que se vea una pronta mejor赤a de la situaci車n ante las nuevas revelaciones de los acusados por la Fiscal赤a en el caso UNGRD. Por un lado, Petro se blinda con un nuevo gabinete ministerial, que incluye a la primera l赤nea de sus activistas radicales, como el ministro de Educaci車n, Daniel Rojas, y, por otro, compensa morigerando sus ambiciones reeleccionistas, aunque insiste en su utop赤a del poder constituyente.
Para ello nombr車 un ministro del Interior como Juan Fernando Cristo, de origen liberal, con el mandato de apaciguar a la opini車n p迆blica, tender puentes con todos los sectores para intentar consensos que hagan posible la convivencia pol赤tica, calmar a la bancada del Pacto Hist車rico, y promover un acuerdo nacional en el que nadie cree para convocar una Asamblea Nacional Constituyente por los cauces constitucionales. Al mismo tiempo, desde la presidencia aceleran en busca de la unidad de los partidos de izquierda para afrontar las elecciones de 2026, en las que desde ya se percibe un sabor a derrota.
La b迆squeda de ese acuerdo nacional deber芍 comenzar con el propio Pacto Hist車rico, para que sus congresistas dejen de crucificar al ministro Cristo, como hizo la senadora Isabel Zuleta el pasado mi谷rcoles en el Capitolio Nacional. Y, asimismo, tendr芍 que poner como primer punto la lucha contra la corrupci車n, que es un tema transversal a la agenda de reformas planteadas por el Gobierno, porque la reforma pol赤tica es necesaria, precisamente, para superar los vicios que envilecen el ejercicio de lo p迆blico, como la financiaci車n de las campa?as electorales, que es la madre de las desgracias que corroen la democracia.
Es parapetada en la ocurrencia de hechos de corrupci車n, adem芍s, que la tecnocracia bogotana ha podido construir en los 迆ltimos cien a?os una muralla impenetrable que impide la verdadera descentralizaci車n y autonom赤a territorial. Hacer cumplir la Constituci車n de 1991, en este campo, es un imperativo hist車rico para modernizar el pa赤s y derrotar los males que aquejan a las regiones como el hipercentralismo y el hiperpresidencialismo. As赤 como erradicar la corrupci車n del sistema judicial, otra de las grandes reformas aplazadas, para que nunca m芍s se repita la historia del Cartel de la Toga.
Es previsible que la lucha contra la corrupci車n sea el term車metro del 谷xito de la fiscal entrante, y el eje de la campa?a presidencial del 2026, que est芍 en plena marcha. El presidente Petro tiene dos a?os para demostrar que fue capaz de sacudirse de la etiqueta que hoy tiene a sus espaldas.
Depurar su administraci車n imponiendo un duro protocolo de transparencia tiene que ser un hecho fehaciente y no solo una promesa vac赤a del mandatario. En este caso es imposible pensar en la unidad de cuerpo. Gran responsabilidad tiene el Gobierno para impedir que el cambio se ahogue en el desastre generado por funcionarios corruptos. Hay que volver a leer el discurso inspiracional y los objetivos enunciados en la posesi車n de Petro para entender qu谷 ha cumplido y d車nde queda su bandera de lucha contra la ilegalidad y la corrupci車n.
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