Crecer en el conflicto armado: la guerra se ensa?a con los ni?os de Colombia
Los grupos armados expanden su control territorial y lo aprovechan para ocupar escuelas y reclutar a menores de edad
Dilan Camilo Erazo sali¨® la noche de este martes a jugar al f¨²tbol con sus amigos. Ten¨ªa 10 a?os y viv¨ªa en una zona rural de Argelia, en el sur del Cauca, uno de los epicentros del conflicto armado colombiano. De repente, un dron operado por los disidentes de las extintas FARC sobrevol¨® la cancha y dej¨® caer un explosivo. Seis personas terminaron heridas. Dilan falleci¨®. Dos d¨ªas despu¨¦s, miembros del Estado Mayor Central (EMC) convocaron a centenares de personas en el gimnasio de un colegio del pueblo y los hicieron guardar un minuto de silencio por Dilan. Acto seguido un comandante de ese grupo armado, vestido de uniforme militar, tom¨® el micr¨®fono y responsabiliz¨® al Ej¨¦rcito por la muerte del ni?o. En un video del momento, se nota que nadie m¨¢s se atreve a hacer un ruido.
Un d¨ªa despu¨¦s del asesinato de Dilan, se hicieron virales unas im¨¢genes aterradoras. Un grupo de ni?os peque?os aparece sentado en el piso de un aula de clase en El Tambo, a dos horas de la capital caucana de Popay¨¢n. Algunos lloran, otros revelan el miedo en su cara. Afuera, el EMC y las Fuerzas Armadas est¨¢n en pleno combate. Los profesores intentan calmar a los peque?os. ¡°Vale, tienes que estar tranquila¡±, dice un docente a una ni?a. ¡°Vamos a cantar alguito para que se tranquilicen¡±, agrega otro adulto. Los ni?os siguen llorando. Una se muerde las u?as. Otros se abrazan.
Al otro lado del pa¨ªs, hace poco m¨¢s de una semana, 18 personas fueron raptadas en Arauca. Han pasado ocho d¨ªas y siguen secuestrados. La ONU asegura que hay cinco menores de edad entre los privados de libertad. Ning¨²n grupo ha aceptado su responsabilidad; las autoridades responsabilizan a la guerrilla del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN). En el municipio de Ricaurte, al sur de Nari?o, cuatro ni?os del pueblo ind¨ªgena Aw¨¢ se ecuentran desaparecidos desde el pasado lunes. Y al norte de Antioquia, la ma?ana del martes, el Ej¨¦rcito detuvo a siete camionetas blindadas de la Unidad de Nacional Protecci¨®n (UNP), la entidad del Gobierno encargada de proteger a las personas cuyas vidas est¨¢n en peligro, como los l¨ªderes sociales, los pol¨ªticos o los altos funcionarios. En los veh¨ªculos hab¨ªa 18 disidentes del EMC, incluidos varios cabecillas que hacen parte de las negociaciones con el Gobierno y otros que ten¨ªan ¨®rdenes de captura en su contra. Uno de los combatientes ten¨ªa 17 a?os.
¡°Ha sido una semana bastante dolorosa y fuerte. Muy impactante para la vida de los ni?os y las ni?as¡±, se lamenta por videollamada Julia Castellanos, la coordinadora del Observatorio de Ni?ez y Conflicto Armado de la Colaci¨®n contra la vinculaci¨®n de ni?os, ni?as al conflicto armado en Colombia (Coalico). Castellanos afirma que no es novedoso que los ni?os colombianos queden atrapados en la guerra. Seg¨²n Coalico, casi 47.000 ni?os y adolescentes fueron afectados de manera directa el a?o pasado por el conflicto armado. La coordinadora advierte que varios fen¨®menos han crecido en los ¨²ltimos a?os: ¡°Hemos venido monitoreando desde el 2020 un aumento considerable de las violaciones como reclutamiento, desplazamiento, ataques a escuelas y hospitales. Sobre todo ataques a escuelas. Los grupos armados que est¨¢n en combates las usan y ocupan para posicionarse y para vincularse con ni?os y adolescentes¡±.
La escuela como arma de guerra
Castellanos cuenta que los grupos armados han expandido su control territorial en Colombia desde la pandemia. Los datos de la ONU lo confirman: en 2021 eran 156 los municipios afectados por el conflicto armado; en 2022 fueron 180; y para 2023 ya sumaban 206, en 28 de los 32 departamentos colombianos. Mientras las organizaciones criminales han ido aumentando su presencia y control, muchos colegios han pasado ¡°de ser espacios seguros a ser espacios de riesgo¡±.
En el municipio de Algeciras (Huila), por ejemplo, el Gobierno local se vio obligado a suspender durante varias semanas este a?o el Programa de Alimentaci¨®n Escolar (PAE) que daba de comer a m¨¢s de 3.000 ni?os, por ¡°interferencia¡± del EMC. En el Caquet¨¢, la ONU ha recibido reportes de ni?os que han dejado los estudios porque los grupos armados plantaron minas cerca de sus escuelas. Y en el norte del Cauca, en Corinto, se cerr¨® durante varios meses de 2023 el colegio Jos¨¦ Mar¨ªa Obando, ubicado justo en frente de la estaci¨®n de polic¨ªa. Los hostigamientos a la comisar¨ªa eran tan frecuentes que la escuela est¨¢ repleta de marcas de impacto de bala.
¡°Sobre todo en el sur del pa¨ªs hay una din¨¢mica bastante fuerte con los enfrentamientos cerca de las escuelas. Es una situaci¨®n persistente¡±, cuenta Castellanos. Son combates que no solamente ponen a los alumnos en peligro f¨ªsico: ¡°Hay docentes pidiendo que se cierren las escuelas, familias evitando que sus ni?os vayan al colegio, se han encontrado municiones en las instituciones¡±. Todo esto resulta en que se dispare la tasa de deserci¨®n escolar, y que haya muchos m¨¢s ni?os en sus casas, aburridos, sin nada para hacer y sin oportunidades para salir adelante: la receta perfecta para que un grupo armado los reclute.
El reclutamiento de menores
¡°Lo que hemos alertado desde marzo de este a?o es un temor de p¨¦rdida de gobernabilidad en Colombia¡±, dice por videollamada Juliette De Rivero, la representante en el pa¨ªs del Alto Comisionado de la ONU para los derechos humanos. Cuenta que los grupos armados cada vez tienen m¨¢s poder en muchas regiones y que lo usan para destruir el tejido social de las comunidades: obligan a la poblaci¨®n a seguir sus reglamentos, imponen econom¨ªas il¨ªcitas, limitan la libre circulaci¨®n, imparten justicia, extorsionan, secuestran. ¡°Entonces los ni?os carecen tanto de oportunidades que pr¨¢cticamente su ¨²nica alternativa es relacionarse con estos grupos armados¡±, se lamenta la representante.
De Rivero afirma que el reclutamiento de menores es la principal preocupaci¨®n de las comunidades: ¡°Es la primera queja siempre que visitamos el territorio¡±. La Defensor¨ªa del Pueblo registr¨® en el primer semestre del a?o 152 casos de reclutamiento de ni?os, ni?as y adolescentes. El 80% de esos casos ocurrieron en el Cauca, de lejos el departamento m¨¢s afectado. Tambi¨¦n hubo ocho casos de menores reclutados en Arauca, siete Nari?o y Putumayo, y otros en Norte de Santander, Cundinamarca, Amazonas, Guaviare, Huila y Vaup¨¦s. Tanto la Defensor¨ªa como las dos expertas entrevistadas insisten en que muchos casos de reclutamiento no son denunciados por miedo a las represalias. De Rivero agrega que ¡°un gran porcentaje de los ni?os y ni?os reclutados son ind¨ªgenas, particularmente en el Cauca¡±.
Al igual que la violencia dentro y cerca de las escuelas, el reclutamiento ha aumentado desde la pandemia. Los criminales se ubican cerca a los colegios y ofrecen a los ni?os dinero, motos, celulares caros, la fantas¨ªa de poder salir adelante. Una vez que los menores entran al grupo armado, Castellanos, de Coalico, cuenta que desde este a?o est¨¢ ocurriendo algo nuevo y siniestro: ¡°Antes, reclutaban a los ni?os y empezaban un periodo de dos o tres meses de entrenamiento. Ahora no. Les dan el fusil y se van directamente a zonas de combate. Este a?o se ha visto un aumento considerable en ni?os y ni?as muertos en combate¡±.
EL PA?S viaj¨® hace unas semanas a Corinto para hacer un reportaje sobre el conflicto armado en el norte del Cauca. Efectivamente, varios l¨ªderes ind¨ªgenas all¨¢ reportaron que menores de su comunidad estaban siendo reclutados y enviados inmediatamente a combates en el sur del pa¨ªs. ¡°No tenemos la oportunidad de recuperarlos. Los usan como carne de ca?¨®n¡±, asegur¨® Junior Elkin Pilcu¨¦, del Resguardo Ind¨ªgena P¨¢ez Corinto.
La paz total
Para De Rivero, la representante de la ONU, hay una soluci¨®n clara pero muy dif¨ªcil de lograr para mejorar los derechos humanos de estos ni?os: acabar con los grupos armados. ¡°El compromiso de desmantelar a los grupos armados es muy importante. Este Gobierno se ha mostrado comprometido. Tiene que avanzar con las pol¨ªticas de desmantelamiento y consolidarse en los lugares m¨¢s afectados por el conflicto¡±, asegura. La paz total, la pol¨ªtica bandera del presidente Gustavo Petro, ha tratado de lograr justamente eso, negociando a la vez con todos los diversos grupos. Sin embargo el proyecto no ha logrado despegar en los ya casi dos a?os del Gobierno Petro. Y el conflicto armado, que ya hab¨ªa aumentado durante la pandemia, cuando mandaba Iv¨¢n Duque, ha recrudecido. ¡°Pocos pa¨ªses han tenido guerras tan largas¡±, sentencia De Rivero. Generaciones de ni?os son v¨ªctimas de una guerra que no es de ellos.
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