Bruce Mac Master: ¡°Uno no puede andar toreando todos los d¨ªas los miedos de la gente si quiere que inviertan en el pa¨ªs¡±
El presidente de la ANDI, el principal gremio empresarial de Colombia, se?ala que el Gobierno produce una incertidumbre muy costosa para la econom¨ªa
Bruce Mac Master (Cartagena de Indias, 59 a?os) est¨¢ apurado. Suele estarlo, pero esta semana lo est¨¢ m¨¢s. Como cabeza del mayor gremio del empresariado colombiano, la Asociaci¨®n Nacional de Empresarios (ANDI), prepara el Congreso Empresarial Colombiano que se desarrollar¨¢ en Medell¨ªn entre este mi¨¦rcoles y el viernes. No es el primero que hace, pues encabeza la poderosa entidad desde 2013. Conoce lo p¨²blico, pues fue viceministro de Hacienda y luego el primer director del Departamento de Prosperidad Social (DPS), una entidad encargada de la pol¨ªtica social del Gobierno y de los programas para las familias m¨¢s vulnerables, durante el Gobierno de Juan Manuel Santos. Y tiene experiencia en lo privado, pues fue uno de los fundadores de una de las mayores bancas de inversi¨®n del pa¨ªs, Inverlink. Mientras ultima detalles para un encuentro en el que no solo participan grandes empresarios, sino ministros, congresistas, rectores universitarios o expertos internacionales, aclara que no sabe si asista el presidente Gustavo Petro, de quien ha sido cr¨ªtico. ¡°Me reun¨ª con ¨¦l en la Casa de Nari?o y le entregu¨¦ su invitaci¨®n. Estoy a la espera de que me confirme¡±, explica a pocas horas de que comience la convenci¨®n.
Pregunta. En los ¨²ltimos d¨ªas, usted ha venido advirtiendo que la anunciada reforma tributaria podr¨ªa llevar a Colombia a la recesi¨®n. ?Por qu¨¦ lo dice?
R. As¨ª es, y lo digo porque en la ANDI hemos corrido modelos matem¨¢ticos sobre el impacto de las dos reformas anteriores, la de 2021 del Gobierno de Duque y la de 2022 de este Gobierno. Hemos encontrado que han tenido varios impactos negativos, pero especialmente en la inversi¨®n. Colombia suma dos a?os sin inversi¨®n, lo que hace casi imposible que la econom¨ªa pueda crecer. Ahora viene efecto acumulativo sobre inversi¨®n. Hay que tener en cuenta que, en estos dos a?os, el presupuesto general de la naci¨®n ha crecido un 41% en t¨¦rminos nominales, mientras el gasto en burocracia lo ha hecho un 49,5%. En t¨¦rminos reales, descontando la inflaci¨®n, ha sido un 26%. Lo que hay es un gasto ya muy grande que no produce inversi¨®n futura, ni aumenta la productividad, un asunto clave por el que el presidente ha se?alado preocupaci¨®n. Si eso ha pasado en los dos primeros a?os del Gobierno, tenemos un reto gigantesco que nos lleva a preguntar si debemos pagarle 12 billones de pesos m¨¢s al Estado para que lo aumente, que es la cifra que el Gobierno dice que le falta por financiar del presupuesto que present¨® para 2025.
P. El Gobierno se?ala que en parte se debe al aumento del costo de la deuda...
R. S¨ª, y es cierto. Pero lo que encontramos es que en buena medida se debe al aumento de la incertidumbre, algo que tambi¨¦n hemos calculado en la ANDI. Eso se nota en el aumento del spread [la diferencia en las tasas que se pagan a los acreedores] frente a pa¨ªses comparables como Per¨² o Chile, que ya es del 32%. Al final, lo que pasa sencillamente es que la econom¨ªa de Colombia no puede cumplir la ambici¨®n de gasto del presidente, que si se mantiene nos puede producir un efecto recesivo grave. Ac¨¢ algo fundamental es que el Congreso parece no tener claro que debe dar ese debate es ya, al discutir el monto del presupuesto. Si lo aprueba, nos lleva indefectiblemente a una tributaria de m¨ªnimo esos 12 billones, porque la consecuencia de un presupuesto desfinanciado es una ley de financiamiento ¡ªy que puede ser por m¨¢s dinero, seg¨²n ha calculado el Comit¨¦ Aut¨®nomo de la Regla Fiscal [un equipo independiente de expertos que concept¨²a si el d¨¦ficit del Estado cumple con una regla aritm¨¦tica que est¨¢ en la Constituci¨®n, la regla fiscal]¨D.
P. En lo que no intervendr¨¢ el Legislativo es en el encausamiento de los cr¨¦ditos bancarios a ciertos sectores econ¨®micos, como hab¨ªa propuesto el presidente ?Qu¨¦ opini¨®n le merece el llamado ¡°acuerdo por el cr¨¦dito¡±, entre el Gobierno y el gremio de los bancos?
R. Me parece muy interesante. Se logr¨® con una propuesta que hab¨ªamos hecho, que el Gobierno usara las herramientas que ya existen de dirigir los fondos de garant¨ªas y los subsidios estatales a ciertos sectores, para que se entreguen m¨¢s cr¨¦dito a ellos. Se evit¨® una cat¨¢strofe. Lo que ven¨ªa iba a tener un impacto demasiado grave, porque la simple presentaci¨®n de un proyecto de ley para que el Congreso aprobara las inversiones forzosas, como propuso el presidente, habr¨ªa aumentado la incertidumbre. Es que el Gobierno debe entender el impacto negativo de esos debates que crea y que generan dudas sobre el pa¨ªs, un efecto que incluso llega al fisco. Lo que necesitamos es revertir la ca¨ªda en la inversi¨®n, y para eso se necesitan afirmaciones confiables del Estado alrededor de cosas que se van a mantener o se van a hacer. Uno no puede andar toreando todos los d¨ªas los miedos de la gente si quiere que vayan a invertir.
Eso se nota, por ejemplo, en el sector energ¨¦tico, donde decisiones que estaban tomadas est¨¢n frenadas. Se acumulan ya m¨¢s de cinco a?os de atraso en la toma de decisiones, lo que quiere decir que incluso viene del Gobierno anterior, pero que se acumula. O se nota en la salud, donde se invert¨ªan alrededor de 600 millones de d¨®lares al a?o, y ha ca¨ªdo a menos de 300 millones. Y es que ?qui¨¦n va a ser tan loco de invertir si no se sabe si la estatal Adres va a pagar, si la UPC va a ser suficiente, si el Gobierno lo va a investigar, as¨ª haga todo bien?
P. Se le ve muy negativo... ?no encuentra hechos positivos del Gobierno en lo econ¨®mico?
R. Claro, hay cosas. Lo m¨¢s notable es la valent¨ªa pol¨ªtica en su manejo de los precios de los combustibles. Subirlos no es una decisi¨®n f¨¢cil, y no se logra sin costo pol¨ªtico. Otra que puede ser buena es si logra canalizar el cr¨¦dito con el pacto que acaba de firmar, aunque est¨¢ por verse c¨®mo se concreta ese acuerdo.
P. Para eso se inician unas mesas sectoriales. La primera, seg¨²n indicaron el ministro y el presidente de Asobancaria, es la de vivienda, un sector muy golpeado por cambios en la pol¨ªtica p¨²blica.
R. Eso funcionaba muy bien. Nos enredamos en lo ideol¨®gico, porque el Gobierno decidi¨® solo dar subsidios a los supervulnerables, asumiendo que eran capaces de pagar un cr¨¦dito, a la vez que elimin¨® los programas que les entregaban viviendas grandes. Advertimos mil veces que era imposible, y pas¨® lo que pas¨®: cuando las personas llegaban al ¨²ltimo momento, cuando ten¨ªan aprobado el subsidio y con la vivienda elegida llegaban al banco a pedir su pr¨¦stamo, resultaba que las entidades no les pod¨ªan prestar porque no cumpl¨ªan los requisitos. Entonces, un sector que ha sido muy importante para la econom¨ªa, jalon¨® todo para abajo. Ojal¨¢ el pacto ayude a reactivarlo.
P. ?Ve impacto de esa estrategia conciliadora del Gobierno en sus reformas sociales?
R. El ministro del Interior nos invit¨® a una reuni¨®n este lunes, con su colega de Salud y el director de la Adres, y el avance que tuvimos es que se comprometieron a mostrarnos el texto que no conocemos a¨²n. Es un paso, pero demuestra hasta qu¨¦ punto es cierto que est¨¦ concertada. Por ahora, digo que cualquier reforma debe cumplir con dos principios generales: lograr una mejor atenci¨®n de salud de forma inmediata, planeando la transici¨®n de un sistema a otro paso por paso, y ser sostenible en el mediano y el largo plazo en lo fiscal. Cuando a nadie le han mostrado las cifras de su costo fiscal, no se sabe c¨®mo se va a financiar cualquier cambio. Sin esas dos cosas, no deber¨ªamos hablar de reforma. Mientras tanto, el Gobierno ha tomado decisiones administrativas que interrumpen el flujo de caja del sistema, con la idea de que al ahogarlo llevaba a los actores a aceptar la reforma. Lo que aplicaron al sector salud, la presi¨®n para negociar, es lo que debieron hacer a los grupos ilegales,
P. ?Y la reforma laboral?
R. Sobre ella, tres cr¨ªticas. Primero, es incre¨ªble que este Gobierno haya roto el di¨¢logo social. Eso empez¨® bien, pero se rompi¨® cuando el Gobierno decidi¨® presentar las reformas sin conciliarlas. Luego ha tomado decisiones sin hablarlas, ha emitido conceptos inconsultos. Por todo eso me fui ante el director general de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo, que tiene como principio el trabajo tripartido entre trabajadores, empresarios y Gobiernos. Logr¨¦ que la organizaci¨®n internacional de empleadores presente una queja por ese actuar del Gobierno colombiano. Bueno, los otros puntos: la propuesta no genera empleo ni ataca la informalidad, el gran elefante en la sala. Es una gran sorpresa que una ministra de or¨ªgenes sindicales deje de lado los tres temas. La reforma se dedica a quedar bien con los trabajadores sindicalizados.
P. Pero el Gobierno cedi¨® en la parte que ten¨ªa que ver justamente con las negociaciones colectivas, los sindicatos...
R. Yo dir¨ªa que el de ahora es un texto menos malo. Por ejemplo, el original prohib¨ªa el di¨¢logo directo entre los empleados y los empleadores, ten¨ªa que ser a trav¨¦s de los sindicatos.
P. En conclusi¨®n, es usted muy cr¨ªtico de las propuestas del Gobierno.
R. Ninguna ha cogido fuerza y tienen debilidades. Por ejemplo, una transici¨®n energ¨¦tica sin planificaci¨®n nos lleva a un riesgo inmenso de la perdida de la autonom¨ªa energ¨¦tica. La pol¨ªtica de subsidios es errada; no se debe regalar plata sino generar las condiciones que terminen eliminando la vulnerabilidad de forma permanente. Los actuales, que llevan dinero al bolsillo de las familias, pisan las fronteras de entregar d¨¢divas para bien y para mejorar en la favorabilidad.
P. ?Espera al presidente en el encuentro de Medell¨ªn, para hablar de eso?
R. ?l est¨¢ invitado, claro. Yo personalmente fui a la Casa de Nari?o, nos reunimos y le entregu¨¦ la invitaci¨®n. El primer a?o fue, el segundo sencillamente no lleg¨®. Este a?o les he pedido que nos aclaren si va. Ojal¨¢ que s¨ª, para que haya un di¨¢logo.
P. ?Qu¨¦ dir¨ªa en ese di¨¢logo?
R. Vaya el presidente o no, conversaremos alrededor de lo democr¨¢tico. Como los capitanes de los barcos en las tempestades que se agarran al tim¨®n, nos aferramos a la democracia, las instituciones y la Constituci¨®n. No podemos olvidar los temas grandes por dedicarnos a la la far¨¢ndula pol¨ªtica, a la polarizaci¨®n, a qui¨¦n ser¨¢ el candidato en 2026. Debemos volver a debatir los temas estructurales, pensar en el desarrollo econ¨®mico, el desarrollo social, la superaci¨®n de la pobreza y las inequidades.
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