El paro de camioneros en Colombia se fortalece sin una salida a la vista: ¡°Esto se va a espesar, va para largo¡±
En el tercer d¨ªa de negociaciones entre el Gobierno y los l¨ªderes gremiales, todav¨ªa no hay un consenso sobre la aplicaci¨®n gradual del alza al precio del combustible di¨¦sel
Se cumplen tres d¨ªas del paro m¨¢s grande que ha afrontado el presidente Gustavo Petro. Este mi¨¦rcoles, mientras la ministra de Transporte, Mar¨ªa Constanza Garc¨ªa, se reun¨ªa con los l¨ªderes gremiales para buscar un acuerdo que permita el levantamiento de las manifestaciones, los transportadores que bloquean la salida de Bogot¨¢ por el sur afrontaban otra disputa. Wilson Perdomo, el l¨ªder del punto ubicado en el Portal Sur de Transmilenio, el sistema de transporte masivo de la ciudad, le dice a EL PA?S que enfrenta un problema interno. Aunque la orden de los representantes en la mesa ha sido mantener libre una v¨ªa para que veh¨ªculos particulares, ambulancias y carrozas f¨²nebres se puedan movilizar, al lugar han llegado manifestantes que insisten en cerrar el paso sin excepciones. ¡°Nos est¨¢n haciendo quedar mal con el Gobierno. Esto nos puede costar que se levante la mesa¡±, lamenta.
Hacia el mediod¨ªa de este mi¨¦rcoles, Perdomo calcula que al menos 900 transportadores hab¨ªan apagado sus veh¨ªculos sobre la v¨ªa que comunica a Bogot¨¢ con el municipio aleda?o de Soacha y que es la arteria vial que conecta a la capital con el sur y suroccidente del pa¨ªs, incluyendo a Buenaventura, el puerto comercial m¨¢s importante de Colombia. Cargas de frutas, verduras, leche, l¨¢minas de construcci¨®n y hasta productos c¨¢rnicos, que se han ido descomponiendo por la falta de refrigeraci¨®n. Iv¨¢n Bedoya, un transportador que iba hacia el puerto sobre el Pac¨ªfico, revuelve la sopa en la olla que montaron los camioneros en la mitad de la v¨ªa. ¡°Esto se va a espesar¡±, dice para referirse al paro, pero tambi¨¦n al almuerzo. ¡°El tema va para largo¡±, afirma.
Bedoya dice que las razones del bloqueo van m¨¢s all¨¢ del alza al precio del combustible del s¨¢bado pasado de 1.940 pesos (alrededor de 50 centavos de d¨®lar, un 20% de su costo), y asegura que se debe a incumplimientos del presidente. ¡°Muchos votamos por ¨¦l porque prometi¨® no subir los precios, pero hasta la canasta familiar est¨¢ imposible de comprar¡±. Hace c¨¢lculos r¨¢pidos: un transporte desde Medell¨ªn (al oriente del pa¨ªs) hasta Buenaventura est¨¢ costando cerca de 2,6 millones de pesos (unos 623 d¨®lares). ¡°De ah¨ª hay que sacar para la gasolina, que son 600.000 pesos (150 d¨®lares); los peajes, que pueden sumar 400.000 pesos (100 d¨®lares); y las ganancias del patr¨®n. A los conductores nos queda menos del 10% de lo que cobran¡±, se?ala.
Los reclamos contra el alza se han estrellado con una cerrada negativa a reservarse desde lo m¨¢s alto del Gobierno. El presidente Gustavo Petro ha dicho, a trav¨¦s de su cuenta de X, que ¡°el alza del di¨¦sel es justa porque s¨®lo se est¨¢ recuperando el dinero de un subsidio que nunca se debi¨® haber dado y que ya suma una gran fracci¨®n de la deuda p¨²blica de Colombia¡±. Se refiere a que el precio del ACPM, el nombre colombiano para el combustible de los motores di¨¦sel que usa la gran mayor¨ªa de los transportadores de carga, es inferior al que tendr¨ªa en el mercado internacional, y que el fisco le reconoce la diferencia a la petrolera de mayor¨ªa estatal Ecopetrol. El incremento, que no se limita al alza ya realizada, sino que en principio suma dos m¨¢s de alrededor de 2.000 pesos cada una en 2025, busca evitar esos pagos y reducir el abultado d¨¦ficit fiscal. En la mesa se discuten los montos y periodicidades de los incrementos, sin soluci¨®n alguna hasta el momento.
Mientras esas negociaciones avanzaban este mi¨¦rcoles, en la Autopista Sur de Bogot¨¢ los transportadores manten¨ªan los bloqueos intermitentes. Bogot¨¢ estaba casi incomunicada, por lo menos en la entrada y salida de productos que son fundamentales para su econom¨ªa y la de todo el pa¨ªs. Mientras los camioneros atravesaban conos sobre las v¨ªas para impedir el paso de veh¨ªculos, dos guardas de movilidad de la ciudad y dos polic¨ªas de tr¨¢nsito intentaban mediar entre quienes protestaban y quienes intentaban cruzar el bloqueo. Hacia el mediod¨ªa, una decena de manifestantes exig¨ªa a los veh¨ªculos particulares mostrar las razones de su traslado, para definir si los dejaban pasar. ¡°Llevo una mujer en embarazo¡±, grit¨® un conductor, mientras algunos camioneros revisaban los documentos m¨¦dicos que les hab¨ªa entregado. ¡°Voy con un se?or al que se le muri¨® el pap¨¢ en Cali¡±, aleg¨® otro hombre. Solo demostrando la urgencia, los transportadores dan paso.
Quienes all¨ª se encuentran, protestantes, no son los due?os de los costosos camiones, sino quienes los conducen por las v¨ªas de un pa¨ªs de cordilleras desafiantes y hondos ca?ones. Afirman que tienen la certeza de que el alza no afectar¨¢ a sus patrones, sino que tocar¨¢ sus bolsillos, y los de otras personas de clase media baja. ¡°A ellos no se les da nada no pagarnos un d¨ªa de trabajo, los afectados somos nosotros porque no llevamos la comida a la casa¡±, dice Jhon Bilbao, quien completa un d¨ªa entero en las protestas. Cada d¨ªa de paro les significa dejar de percibir, al menos, 100.000 pesos (unos 25 d¨®lares), la tarifa base que cobran por hacer un viaje.
En los puntos de bloque no hay lugar para opositores. Si un cami¨®n intenta pasar, es detenido a la fuerza. ¡°O para o le pinchamos una llanta¡±, gritan algunos de quienes protestan cuando un veh¨ªculo intenta seguir. David Cardona, conductor de un veh¨ªculo de carga que iba hacia la central de abastecimiento de Bogot¨¢, Corabastos, fracas¨® en su intento. Los manifestantes le impidieron el paso con gritos y amenazas. ¡°?bamos a comprar unas harinas para un negocio de arepas que tenemos en el municipio de Mesitas del Colegio¡±, aclara en referencia a un pueblo a unos 50 kil¨®metros de la ciudad. A bordo va su abuelo, Jos¨¦ Alonso Ardila, un hombre de 90 a?os que administra el negocio familiar. ¡°Ten¨ªamos peligro de no abrir ma?ana y por eso ped¨ª que me trajeran a comprar la harina¡±, explica Ardila. Buscan respaldo de la Polic¨ªa para salir del bloqueo sin ser agredidos. Lo logran, pero no pueden pasar.
En ese sector de la ciudad est¨¢ ubicada la Terminal del Sur, donde los viajeros se preparan para pasar la noche a la intemperie o en el suelo del edificio. Alejandro Osorio se sienta sobre dos maletas robustas al borde del and¨¦n. Dice que a esa hora se resguarda del sol, pero que ya se est¨¢ preparando para pasar la noche, a la espera de que se normalice la movilidad y pueda viajar hasta la ciudad de Ibagu¨¦, de donde es oriundo. ¡°No sab¨ªa nada del paro, llegamos ac¨¢ y vimos que todo estaba cerrado, pero yo pens¨¦ que se iba a normalizar pronto y no tenemos d¨®nde m¨¢s pasar la noche¡±, cuenta.
A sus espaldas, sobre el mismo and¨¦n, pasan mototaxis, veh¨ªculos de transporte informal que suelen movilizar personas en trayectos cortos. ¡°Hoy estamos cobrando 6.000 pesos (1,5 d¨®lares) en un trayecto que normalmente cuesta 1.500 pesos (40 centavos de d¨®lar)¡±, explica uno de quienes viven de usarlos como suced¨¢neo a un deficiente transporte p¨²blico. Las motos o bicicletas son el ¨²nico medio de movilizaci¨®n para las personas que deben trasladarse hacia el barrio San Mateo, en Soacha. Es eso o caminar hasta dos horas de trayecto.
En ese lugar, uno de los puntos m¨¢s grandes del paro en Bogot¨¢, los transportadores tambi¨¦n se preparan para pasar una noche m¨¢s. Algunos dicen que creen que la protesta se extender¨¢ hasta el viernes o el s¨¢bado, cuando se cumplir¨ªa una semana del alza. Por lo pronto, la posici¨®n del Gobierno es no ceder en la petici¨®n de los transportadores de derogar el decreto del alza, sino negociar su aplicaci¨®n. De ese consenso depende que se levanten los m¨¢s de 80 bloqueos que hay en 16 de los 32 departamentos del pa¨ªs, y que las afectaciones econ¨®micas desemboquen en nuevas crisis.
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