El dictador Jos¨¦ Mar¨ªa Melo que le priva a Petro
Parad¨®jico es que el presidente Petro, quien vive obsesionado con los golpes de Estado blandos o duros que solamente ¨¦l ve, sienta tanta admiraci¨®n por un militar que tumb¨® y apres¨® a un presidente leg¨ªtimo.
Todo est¨¢ previsto para la repatriaci¨®n de los restos mortales del general Jos¨¦ Mar¨ªa Melo, un golpista que gobern¨® de facto en 1854 mediante una rebeli¨®n contra el presidente leg¨ªtimo Jos¨¦ Mar¨ªa Obando, a quien el dictador puso en prisi¨®n despu¨¦s de haberle ofrecido, al defenestrado, que asumiera la dictadura, algo que Obando rechaz¨®. Melo fue el ¡°h¨¦roe¡± a quien el presidente Petro le mereci¨® pedirle a su amigo, el licenciado Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador de M¨¦xico, que le ayudara a rescatar los restos del golpista, asesinado el primero de junio de 1860 en La Trinitaria, M¨¦xico. El se?or L¨®pez Obrador ya dijo haberlos encontrado y que por tanto proceder¨ªa en consecuencia, para atender el requerimiento de su amigo colombiano.
Parad¨®jico es que el presidente Petro, quien vive obsesionado con los golpes de Estado blandos o duros que solamente ¨¦l ve, sienta tanta admiraci¨®n por un militar que tumb¨® y apres¨® a un presidente leg¨ªtimo. ?l, Melo, que se apoder¨® de los cuarteles de Bogot¨¢ y lider¨® el golpe de Estado en la Rep¨²blica de la Nueva Granada con el que se proclam¨® Jefe Supremo de Estado, dando inicio a la guerra de 1854.
Fue tan turbio su comportamiento como dictador que todas las fuerzas pol¨ªticas de la ¨¦poca se unieron en su contra, para librar al Gobierno de la desastrosa influencia de Melo. Don Venancio Ortiz, testigo de los acontecimientos del golpe de Estado, dej¨® el testimonio pertinente: ¡°Los dos partidos antag¨®nicos (los que sosten¨ªan el libre cambio) que con tanta ojeriza, con tanta desconfianza se hab¨ªan visto hasta entonces, los conservadores y los g¨®lgotas, ya no formaron m¨¢s que un solo partido. Los unos ten¨ªan amor a su obra (los g¨®lgotas) y los otros iban a aprovecharse de ella para reconquistar todos sus derechos (los conservadores)¡±.
Indalecio Li¨¦vano Aguirre, el m¨¢s ilustre historiador del siglo XIX lo defini¨® a la perfecci¨®n: ¡°El gran error de Obando fue haber dejado a un caudillo segund¨®n e impopular en el pa¨ªs, realizar lo que ¨¦l hubiera logrado con mayor idoneidad. Los Generales Mosquera, L¨®pez y Herr¨¢n, marcharon sobre la capital para defender la legitimidad conculcada por la dictadura y lo derrotaron.¡±
Colombia ha sido un pa¨ªs est¨¦ril para las dictaduras. Hay dos golpes de Estado que muestran coincidencias: el de Melo en 1854 y el del general Gustavo Rojas Pinilla el trece de junio de 1953. El historiador Ignacio Arismendi Posada se?ala la complicidad de Obando en el golpe de Estado de Melo ¡°al no haber puesto ninguna resistencia, creencia real o imaginaria en sus fundamentos, que fue arg¨¹ida por los enemigos del mandatario depuesto para que el Congreso luego lo declarara insubsistente y lo marginara as¨ª de modo definitivo del poder presidencial¡±. El trece de junio de 1953, Rojas Pinilla, cabecilla del mot¨ªn, dirigi¨® y ejecut¨® un golpe de Estado contra Laureano G¨®mez y le ofreci¨® la dictadura a Roberto Urdaneta, expresidente interino, quien la rehus¨®. Urdaneta hab¨ªa renunciado en la ma?ana a la presidencia que ejerci¨® hasta el mismo d¨ªa del golpe. La ¨²nica diferencia entre los dos episodios fue que en el caso de Rojas Pinilla no hubo muertos ni heridos. Laureano G¨®mez y su familia fueron desterrados, sanci¨®n que no exist¨ªa ni existe en Colombia.
No es un buen ejemplo el del general Dictador.
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