Indignaci¨®n dentro del Gobierno por el nombramiento de Benedetti como asesor de Petro
La vicepresidenta Francia M¨¢rquez y cinco jefes de carteras se niegan a entrar en el Consejo de Ministros
El nombramiento de Armando Benedetti ha ca¨ªdo como una bomba dentro del Gobierno. Este lunes en la noche, la vicepresidenta Francia M¨¢rquez y cuatro ministros se han negado a participar en el consejo semanal que tienen con el presidente Gustavo Petro, seg¨²n fuentes de la Casa de Nari?o, la residencia presidencial. A su vez, los congresistas de izquierdas han empezado a movilizarse para apoyar a los ministros en sus cr¨ªticas a la decisi¨®n de Petro de designar a su pol¨¦mico exjefe de campa?a como asesor directo, con un despacho cercano al suyo.
Por sorpresa, el presidente recibi¨® ayer en Palacio a Benedetti, que dos d¨ªas antes hab¨ªa anunciado su intenci¨®n de dejar su puesto en la embajada colombiana ante la FAO, en Roma. En su carta de renuncia, alegaba motivos familiares y de salud, despu¨¦s de haberse sometido durante 35 d¨ªas a un tratamiento por su adicci¨®n a las drogas en M¨¦xico. Parec¨ªa que se tomar¨ªa un descanso despu¨¦s de 26 a?os continuados en pol¨ªtica, pero no, nada de eso. Al salir de la reuni¨®n con Petro, Benedetti anunci¨® que comenzar¨ªa a trabajar de inmediato como asesor del presidente y que tendr¨¢ un despacho muy cercano al suyo.
El resto del Gabinete se encuentra en shock, seg¨²n varios ministros consultados. Salvo Laura Sarabia, la n¨²mero 2 de Petro, nadie m¨¢s estaba enterado de la decisi¨®n, ni siquiera el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, encargado de los asuntos pol¨ªticos del Gobierno. La indignaci¨®n corre por todo el aparato gubernamental, sobre todo el que proviene del Pacto Hist¨®rico, la alianza de izquierdas que se articul¨® para conseguir que Petro llegase al poder. Los ministros de Cultura, Defensa, Trabajo y Minas han plantado al presidente en una decisi¨®n muy dura, al tratarse todos ellos de fieles defensores de Petro.
En el Congreso, de acuerdo a fuentes del Legislativo, los congresistas de izquierdas han empezado a movilizarse ante el disgusto que les provoca la llegada de Benedetti al c¨ªrculo ¨ªntimo del presidente. El m¨¢s directo ha sido el senador Iv¨¢n Cepeda, a la vez un defensor de Petro, que no entiende esta decisi¨®n. ¡°Expreso mi respaldo a las ministras y los ministros de nuestro gobierno que piden una reflexi¨®n cr¨ªtica sobre la llegada de Armando Benedetti a la Casa de Nari?o. Existe una serie de hechos que cuestionan severamente la compatibilidad de esa decisi¨®n con nuestro proyecto pol¨ªtico¡±, ha escrito en X.
Los ministros consideran que no hay manera de defender ¨¦ticamente el nombramiento de Benedetti. ¡°Es indignante¡±, dicen en los pasillos, sin ocultarse. Benedetti fue jefe de campa?a de Petro y no fue nombrado ministro en 2022, cuando empez¨® el Gobierno, por cinco casos que arrastraba en la justicia por corrupci¨®n y enriquecimiento il¨ªcito, entre otros asuntos. El pol¨ªtico de Barranquilla argumentaba que ninguna de esas causas hab¨ªa tomado vuelo ni hab¨ªa derivado en su condena. Pero Petro pensaba que ese era un riesgo que pod¨ªa estallarle en mitad de su mandato y envi¨® a Benedetti a Caracas, a restablecer como embajador las relaciones con Venezuela.
Benedetti se sinti¨® herido y desde all¨ª atac¨® a Sarabia, que a la vez era su antigua secretaria. Pensaba que Sarabia era la que obstaculizaba su vuelta a la primera l¨ªnea pol¨ªtica. Benedetti filtr¨® unos audios de sus llamadas telef¨®nicas con Sarabia en los que amenazaba con revelar secretos oscuros de la campa?a: ¡°Nos hundimos todos. Nos acabamos todos. Nos vamos presos¡±. Fue destituido de su cargo, pero meses despu¨¦s enviado a Roma. Estando en ese puesto viaj¨® a Madrid y protagoniz¨® una pelea en un apartamento con su esposa, que lo denunci¨® por malos tratos. La Canciller¨ªa le abri¨® una investigaci¨®n por estos hechos que sigue su curso. Por todo esto, hasta los m¨¢s fieles a Petro se han mostrado muy cr¨ªticos contra su decisi¨®n. A excepci¨®n del ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, que dijo ser ¡°petrista de sangre¡±, lo que le lleva a acatar las ¨®rdenes del presidente.
Desde Casa de Nari?o han quitado importancia al nombramiento, asegurando que su jefa ser¨¢ Sarabia y que no se encargar¨¢ de la agenda, no tendr¨¢ asiento en el Consejo de Ministros ni se ocupar¨¢ de partidas presupuestarias. Sin embargo, nada de eso ha calmado a los cr¨ªticos, que amenazan con amotinarse. Benedetti, con su mera presencia, ha incendiado el Gobierno.