La Sinfon¨ªa de la decepci¨®n
Se va 2024, el a?o de la corrupci¨®n en la UNGRD, el regreso de Benedetti a la Casa de Nari?o y el hip¨®crita silencio de Petro ante la dictadura en Venezuela
Se acaba el 2024, a?o en donde qued¨® en evidencia que izquierda y derecha funcionan igual. Que ambas orillas pol¨ªticas se mueven al ritmo de la partitura de la corrupci¨®n y que a la hora de ganar elecciones o aprobar leyes lo que importa es el sonido del dinero que, en vez de hacerle mejor la vida a los colombianos, termina como bot¨ªn, repartido entre miembros del Gobierno y congresistas.
Lo de ...
Se acaba el 2024, a?o en donde qued¨® en evidencia que izquierda y derecha funcionan igual. Que ambas orillas pol¨ªticas se mueven al ritmo de la partitura de la corrupci¨®n y que a la hora de ganar elecciones o aprobar leyes lo que importa es el sonido del dinero que, en vez de hacerle mejor la vida a los colombianos, termina como bot¨ªn, repartido entre miembros del Gobierno y congresistas.
Lo de la Unidad de Gesti¨®n del Riesgo es apenas un ejemplo. Olmedo y compa?¨ªa no son m¨¢s que muestras de algo m¨¢s grave y triste: el repugnante modo de hacer pol¨ªtica en Colombia viene haciendo met¨¢stasis desde hace mucho tiempo y no hay quimioterapia que valga. Los partidos tradicionales se acostumbraron a convertir en negocio propio los despachos p¨²blicos, mientras que los nuevos partidos sucumben ante la tentaci¨®n y replican el modelo.
El presidente Petro puede estar diciendo verdad cuando asegura que no dio la orden de entregar contratos a cambio de respaldo pol¨ªtico, pero eso no quita la responsabilidad pol¨ªtica de haber puesto en sus cargos a todos los que participaron del espolio al erario. As¨ª como ¨¦l nombr¨® al denostado presidente del Fondo Nacional del Ahorro que estaba barriendo la casa para llenar esa entidad con recomendados del Partido Liberal. As¨ª como ¨¦l nombr¨® a embajadores indignos como Daniel Mendoza o al gris Armando Benedetti.
De hecho, este ¨²ltimo personaje, poderoso camale¨®n pol¨ªtico, tambi¨¦n es s¨ªmbolo de la decepci¨®n. ?Qu¨¦ hechizo incre¨ªble hizo sobre el pulqu¨¦rrimo Gustavo Petro para que, en vez de desterrarlo de su gobierno en medio de todos sus esc¨¢ndalos personales y judiciales, su m¨¢s reciente reubicaci¨®n lo haya dejado en la oficina vecina del presidente, ganando un millonario salario por hacer algo que nadie lo ha visto hacer? ?Qu¨¦ moral tiene el dedo se?alador de Petro cuando es reh¨¦n de alguien as¨ª?
Es lo mismo que pasa con Venezuela y las irregulares elecciones que eternizan a Nicol¨¢s Maduro como dictador. El hip¨®crita silencio de quien se mostraba a s¨ª mismo como defensor de los derechos humanos es penoso. Y claro que uno entiende que Colombia no debe meterse en los asuntos de otros Estados, pero vaya moral flexible de aquel que condena las estrategias pol¨ªticas de Javier Milei en Argentina, mientras que guarda silencio ante las persecuciones del vecino Maduro. ?Para unos s¨ª y para otros no? ?Hay que condenar a Israel por el genocidio en Gaza, pero no se puede abrir la boca cuando hay presos pol¨ªticos y asedio a los opositores en Venezuela?
S¨ª es verdad. A Petro lo eligieron para mejorar las condiciones de vida de los desfavorecidos en un pa¨ªs donde estos son mayor¨ªa. Y sin embargo las cifras de colombianos que emigran, as¨ª sea con falaces solicitudes de asilo, no han hecho m¨¢s que aumentar. A Petro lo eligieron para que trajera la paz con los grupos armados. Y no se ha visto sino m¨¢s y m¨¢s inseguridad en los campos. A Petro lo eligieron para que aplicara su ¡°pol¨ªtica del amor¡±, pero cada vez que puede lanza mensajes llenos de odio hacia cualquiera que no piense como ¨¦l. Inolvidable ser¨¢ el d¨ªa que dijo ¡°malditos¡± a aquellos que no aprobaron su reforma tributaria. Inolvidable ser¨¢ el d¨ªa en que dijo que un negro no puede ser conservador.
Se va 2024, a?o de la decepci¨®n total. Una decepci¨®n que tiene un director de orquesta, as¨ª a este le cueste aceptarlo cuando las cosas salen mal. El director de la decepci¨®n es Gustavo Petro.