Iv¨¢n Duque y el contrabandista
Es raro, muy raro, que el expresidente que fue el enemigo n¨²mero uno del narcotr¨¢fico nunca haya alzado la voz en contra del contrabando
A¨²n resuenan en mi cabeza los gritos iracundos que cada tanto lanzaba en eventos p¨²blicos el entonces presidente Iv¨¢n Duque cuando le hablaba a las tropas del Ej¨¦rcito o a los miembros de la Polic¨ªa orden¨¢ndoles que arreciaran la lucha contra los grupos ilegales y combatieran a como diera lugar el narcotr¨¢fico. En esas ocasiones el presidente animoso se exhib¨ªa como comandante en jefe de las fuerzas armadas, pero tambi¨¦n como el ...
A¨²n resuenan en mi cabeza los gritos iracundos que cada tanto lanzaba en eventos p¨²blicos el entonces presidente Iv¨¢n Duque cuando le hablaba a las tropas del Ej¨¦rcito o a los miembros de la Polic¨ªa orden¨¢ndoles que arreciaran la lucha contra los grupos ilegales y combatieran a como diera lugar el narcotr¨¢fico. En esas ocasiones el presidente animoso se exhib¨ªa como comandante en jefe de las fuerzas armadas, pero tambi¨¦n como el primer guerrero en contra de esa maldici¨®n que nos ha tocado soportar como pa¨ªs desde hace ya casi cincuenta a?os.
Sin embargo, nunca se le escuch¨® alzar la voz contra los contrabandistas. Nunca se le oy¨® gritar hasta desga?itarse que una de las misiones claves para combatir a los narcotraficantes era ponerle fin al contrabando. Es como si nunca nadie le hubiera dicho que los miles de millones de pesos que dejan como ganancia la producci¨®n, transporte y comercializaci¨®n de toneladas y toneladas de coca¨ªna no entran al pa¨ªs en maletines repletos de billetes ni son consignados en cuentas bancarias de los narcotraficantes para que estos luego vayan a un banco con una tarjeta para retirar sus dividendos. Es raro, muy raro, que el enemigo n¨²mero uno del narcotr¨¢fico haya hecho tan poco para cerrar el inmisericorde flujo de d¨®lares que ingresan al pa¨ªs para alimentar nuevos ciclos del narcotr¨¢fico. Raro.
En cambio, el presidente Petro, al menos desde el a?o pasado, ha estado obsesionado con lograr la captura de Diego Mar¨ªn, alias Pap¨¢ Pitufo, para que responda en Colombia por d¨¦cadas enteras de control de esa fuente inagotable de lavado de activos para el narcotr¨¢fico que es el contrabando de bienes a Colombia. ?Por qu¨¦ Petro s¨ª se ha empe?ado en la ca¨ªda de Mar¨ªn, mientras que su predecesor poco o nada hizo?
Infinidad de hip¨®tesis se pueden tejer al respecto. Desde la ignorancia de Duque sobre el poco sofisticado y muy evidente m¨¦todo de los narcos para hacer ingresar a Colombia la plata producto de su multinacional del crimen, hasta una posible y llamativa connivencia con el asunto que lo llevaba a mirar hacia otro lado a pesar de lo evidente. Ya no sabe uno qu¨¦ pensar, pues estamos hablando del mismo Iv¨¢n Duque que neg¨® el ingreso de Pegasus a Colombia, para luego ser desmentido por el gobierno de los Estados Unidos. El mismo gobierno que autoriz¨® cargar aviones con d¨®lares en efectivo para pagar por dicho malware a la empresa israel¨ª que lo concibi¨®. ?Dir¨¢ ahora Duque que ¨¦l tampoco sab¨ªa de Pap¨¢ Pitufo y su esencial labor dentro del proceso log¨ªstico que aceita el narcotr¨¢fico?
Es cierto que el actual gobierno nos debe explicaciones sobre los dineros que Mar¨ªn ofreci¨® a la campa?a Petro. Sobre todo en lo que tiene que ver con el contacto con Xavier Vendrell, ese catal¨¢n que pareciera ser una sombra oscura sobre el presidente Petro. Pero tambi¨¦n es hora de hacer una radiograf¨ªa sobre la inacci¨®n en gobiernos anteriores, que se dec¨ªan tan santos y que resultaron mas bien alcahuetas.
Dicen que Mar¨ªn no quiere venir a Colombia pues aqu¨ª podr¨ªan matarlo. ?Qui¨¦nes? ?A qui¨¦n teme Mar¨ªn? ?A los narcos? ?O a unos poderosos invisibles de muy alto nivel que no permitir¨¢n jam¨¢s que se les vincule con el negocio que durante d¨¦cadas ha sido combustible de nuestra mayor maldici¨®n?