Que la tarea clim¨¢tica no quede para dentro de cuatro a?os
Los colombianos enviaron un mensaje contundente en la primera vuelta presidencial. En el aire suenan vientos de cambio. Sin embargo, solo hasta el 19 de junio sabremos hacia d¨®nde apuntan estas transformaciones
Llegamos al final de esta contienda electoral con el tema ambiental sobre la mesa, pero con pocos detalles sobre la forma en la que se desarrollar¨ªan las propuestas. Las opciones no son equiparables, inquietan por la omisi¨®n o por el exceso de ambici¨®n, y en todo caso falta claridad en c¨®mo ser¨ªa la implementaci¨®n de los cambios transformadores que deben darse para alcanzar las metas clim¨¢ticas con las que se comprometi¨® el pa¨ªs: reducir 51% sus...
Llegamos al final de esta contienda electoral con el tema ambiental sobre la mesa, pero con pocos detalles sobre la forma en la que se desarrollar¨ªan las propuestas. Las opciones no son equiparables, inquietan por la omisi¨®n o por el exceso de ambici¨®n, y en todo caso falta claridad en c¨®mo ser¨ªa la implementaci¨®n de los cambios transformadores que deben darse para alcanzar las metas clim¨¢ticas con las que se comprometi¨® el pa¨ªs: reducir 51% sus emisiones de GEI a 2030 y ser carbono neutrales en 2050.
El tema ambiental es un elemento que, indudablemente, debe estar en la balanza de decisi¨®n de las y los electores. El mundo y la regi¨®n han mostrado que la crisis clim¨¢tica, la p¨¦rdida de biodiversidad y la degradaci¨®n de ecosistemas han sido determinantes en las elecciones de pa¨ªses como Francia, Estados Unidos, Australia y Chile.
Las consecuencias de llegar a 2026 sin hacer la tarea con la rigurosidad que se requiere ser¨ªan catastr¨®ficas. Perder cuatro a?os de una acci¨®n clim¨¢tica real y efectiva nos dejar¨ªa en un escenario tard¨ªo para que el pa¨ªs aporte a la meta global de no aumentar la temperatura m¨¢s de 1.5¡ãC y, al mismo tiempo, se perder¨ªa tiempo valioso para adaptarnos a los impactos adversos del cambio clim¨¢tico y para implementar una transici¨®n planeada.
Hace unas semanas, una noticia en el Bajo Cauca pas¨® desapercibida. Los campesinos y comerciantes de Taraz¨¢ bloquearon la v¨ªa a Medell¨ªn con camisetas blancas y pancartas. Sus reclamos se resum¨ªan en uno solo: la construcci¨®n de un muro en el r¨ªo que disminuya los riesgos de inundaciones, que en los ¨²ltimos dos meses han dejado 2.000 personas afectadas y un ni?o fallecido. El cambio clim¨¢tico no est¨¢, como muchos creen, a la vuelta de la esquina. Lo estamos experimentando desde hace a?os, vemos sus impactos en el presente, y el tiempo para actuar se nos est¨¢ acabando. Por esto, el 19 de junio la cita no s¨®lo es con la democracia; es con nosotros mismos, con la visi¨®n del futuro que queremos construir.
Ir en la senda de los objetivos propuestos debe incluir una transici¨®n energ¨¦tica justa, que tenga una visi¨®n integral. Ser¨¢ tarea del nuevo presidente liderar un plan que le permita al pa¨ªs recorrer de forma segura y ordenada un camino que modifique radicalmente la dependencia econ¨®mica hacia el carb¨®n, el gas y el petr¨®leo.
Electrificar los usos de la energ¨ªa es el primer paso y el m¨¢s importante. En menos de 15 a?os sectores como el transporte, la industria, la agricultura, solo por mencionar algunos, deber¨ªan usar electricidad producida por fuentes de energ¨ªa renovables no convencionales, que no generen contaminaci¨®n.
Bajo este escenario, es fundamental aumentar la capacidad de fuentes renovables dedicadas a producir hidr¨®geno verde, que se perfila como un combustible limpio que podr¨ªa reemplazar el consumo y uso del gas en el transporte y la industria. Llegar all¨¢ implica que Colombia no caiga en la trampa de seguir desarrollando infraestructura nueva para combustibles de ¡°transici¨®n¡±, cuya vigencia deber¨ªa ser de muy corto plazo. Este es el caso del gas y el hidr¨®geno gris. Seguir apost¨¢ndoles nos alejar¨ªa por lo menos tres d¨¦cadas de las metas trazadas.
Para todo lo anterior, y otros temas relacionados con la agenda clim¨¢tica, se requiere financiaci¨®n, que hasta el momento no ha sido priorizada en el presupuesto del pa¨ªs. En Colombia la financiaci¨®n para el cambio clim¨¢tico, por ejemplo, ha dependido en gran parte de recursos de cooperaci¨®n internacional. Apoyo que debe continuar, pero que se vuelve insostenible si no se dan se?ales claras de que el pa¨ªs est¨¢ encaminado en el cumplimiento de los compromisos pactados en el Acuerdo de Par¨ªs; lo que incluye a?adir con urgencia rubros espec¨ªficos para cambio clim¨¢tico en la priorizaci¨®n del presupuesto nacional. Combinar la diplomacia clim¨¢tica y reportar con transparencia es la clave para mantener e incrementar estas ayudas.
En esta carrera presidencial tambi¨¦n se ha mostrado la venta de bonos de carbono como una soluci¨®n para obtener recursos y financiar la acci¨®n clim¨¢tica. Una soluci¨®n que podr¨ªa convertirse en una maldici¨®n si no se reglamentan esos mercados de carbono de forma que garanticen salvaguardas sociales y ambientales. Pero, adem¨¢s, una soluci¨®n que pondr¨ªa en riesgo el cumplimiento de las metas nacionales de mitigaci¨®n, beneficiando ¨²nicamente a los pa¨ªses compradores de bonos, los cuales s¨ª alcanzar¨ªan sus objetivos.
Algunas de estas ideas las hemos escuchado en boca de los candidatos, con preocupantes confusiones frente a los t¨¦rminos, as¨ª como falta de precisi¨®n. Sin mencionar que en ninguno de los planes de gobierno est¨¢n los ¡°c¨®mos¡± que marquen un camino coherente con el contexto actual del pa¨ªs y del mundo.
Quien llegue a la Casa de Nari?o debe priorizar instrumentos ya establecidos, pero que requieren de mejoras. Un primer paso es buscar que se ampl¨ªe la cobertura del impuesto al carbono, incluyendo al carb¨®n y de ser necesario aumentar su valor. As¨ª mismo, destrabar en el Congreso la destinaci¨®n de los recursos que se perciben por el impuesto, para que realmente financien proyectos de cambio clim¨¢tico.
Podr¨ªamos seguir enumerando temas y prioridades, entre los que estar¨ªan la deforestaci¨®n, la ratificaci¨®n del Acuerdo de Escaz¨², la protecci¨®n a l¨ªderes y lideresas ambientales, la gesti¨®n de ¨¢reas protegidas y ecosistemas marinos. Temas que no son sencillos y que requerir¨¢n de soluciones integrales y de una mayor ambici¨®n. Una ambici¨®n respetuosa por los derechos humanos, por las mujeres, por las comunidades ¨¦tnicas. Una ambici¨®n colaborativa, que nos permita actuar con los pa¨ªses de la regi¨®n para, de una vez por todas, trabajar de manera conjunta en una agenda de inter¨¦s colectivo.
Las prioridades ambientales y de cambio clim¨¢tico ya no pueden ser le¨ªdas como separadas de ¨¢mbitos como la econom¨ªa, el desarrollo rural, la salud p¨²blica, la geopol¨ªtica y la construcci¨®n de paz; y deben mantener importancia y relevancia como cualquier otra cartera del pa¨ªs. Denota una visi¨®n muy estrecha seguir pensando lo ambiental como algo aparte, como cosa de unos pocos, y una negligencia colectiva elegir sin tener en cuenta este aspecto crucial para la vida de todos los seres vivos.
M¨¢s all¨¢ de las elecciones e independientemente de quien gane, debemos seguir participando de manera informada. El pr¨®ximo paso ser¨¢ la construcci¨®n del Plan Nacional de Desarrollo, que deber¨¢ contar con un proceso nacional de consulta y una veedur¨ªa activa por parte de la ciudadan¨ªa, pues podr¨ªa ser la ¨²ltima oportunidad para encaminar al pa¨ªs en la senda del cumplimiento del Acuerdo de Par¨ªs.