¡°Votar¨¦ si consigo la plata para llegar a la mesa electoral¡±
El conflicto armado, la lejan¨ªa de los puntos de votaci¨®n o las dificultades econ¨®micas est¨¢n detr¨¢s de parte de la abstenci¨®n y de miles de ciudadanos que no pueden ejercer su derecho
En la comunidad de la Villa, en el Medio Atrato, Choc¨®, hay al menos 800 personas que quisieran votar este domingo y no saben si podr¨¢n. En esta aldea rural ¡°de gente pobre pero trabajadora¡± vive Aurelino Quejada, de 62 a?os. Es l¨ªder comunitario y el cabecilla de la odisea que supuso encontrar ¡°la platica¡± para movilizar a sus vecinos en la primera vuelta hasta el Llano de Bar¨¢, donde est¨¢ la mesa electoral. La ¨²nica forma de llegar es atravesando el r¨ªo en un bote y pagando unos 35 galones de gasolina a 13.000 pesos cada uno. Pudieron ir 300 personas. Esta vez est¨¢ m¨¢s dif¨ªcil: ¡°No tenemos ni un peso recolectado a¨²n. Votar¨¦ el domingo si consigo la forma de llegar¡±.
Aunque no existen datos que correlacionen la abstenci¨®n y los problemas log¨ªsticos de acceso por conflicto, falta de recursos econ¨®micos o cuidados a personas mayores o dependientes, los expertos se?alan que tienen mucho que ver, sobre todo en las zonas rurales del mapa colombiano. Diego Alejandro Rubiano, subcoordinador del Observatorio Pol¨ªtico Electoral de la MOE es cr¨ªtico con la situaci¨®n: ¡°Sabemos que no estamos logrando llegar del todo a las ¨¢reas m¨¢s alejadas. Es un reto, por la geograf¨ªa y la falta de infraestructuras de estas comunidades. Muchas veces, aunque se concentran varias viviendas juntas, no hay una escuela donde montar el equipo¡±.
Actualmente, hay m¨¢s de 12.000 puestos de votaci¨®n, pero hay lugares como la villa del Calamar, en Guaviare, que a pesar de tener 300 km2, cuenta con apenas dos puestos. Y no es una excepci¨®n. De acuerdo con el experto, los criterios de creaci¨®n de estas mesas electorales est¨¢n sujetos a una ¡°norma antigua¡± que exige que se creen en aldeas de m¨¢s de 20 viviendas, con una infraestructura m¨ªnima a la que hacer llegar el material. La distancia del electorado no es una variable. Y el voto por correo no es una opci¨®n. ¡°El Choc¨® siempre estuvo olvidado. En cuanto a desarrollo, en presupuesto, en seguridad¡¡±, lamenta Quejada. ¡°Incluso a la hora de votar. Ah¨ª tambi¨¦n se olvidaron de nosotros. ?Con qu¨¦ ganas vamos a votar en las siguientes?¡±.
La gente que sale de esa manera a votar en mula o se gasta 200.000 pesos en combustible para ir en canoas o pasan por trochas¡ Esa gente tambi¨¦n es colombiana y deber¨ªa poder votar sin dificultadJos¨¦ David Ortega, l¨ªder social en el sur de C¨®rdoba
A Pedro, del Valle del Cauca, ir a votar le puede costar la vida. La zona en la que vive est¨¢ bajo un paro armado y los paramilitares tienen prohibido a la gente de su comunidad salir a votar. Sin embargo, un grupo de 77 agricultores tiene pensado fingir que va a hacer unas compras en la cabecera y votar. No sin miedo. ¡°Si uno lleva la contraria aqu¨ª te reciben con una bala, te queman los cultivos, la casa, te desplazan¡ ?C¨®mo no vamos a tener miedo?¡±, se pregunta por tel¨¦fono. ¡°Lo vamos a hacer porque queremos un cambio. Pero es peligroso¡±, explica este campesino que prefiere no revelar su nombre real ni el de su comunidad, por miedo a represalias.
Para miles de colombianos la abstenci¨®n es forzada. Y en un momento electoral como el actual, en el que estos votos son la clave para inclinar la balanza entre extremos, la frustraci¨®n entre los ciudadanos que no pueden ejercer como tal aumenta. ¡°Esta vez s¨ª me da mucha rabia no poder¡±, dice por tel¨¦fono Luis Ernesto Nieto, de 42 a?os, ¡°Ser¨ªa muy bueno un cambio en este pa¨ªs, pero va a ser imposible¡±.
Este caficultor vive en la vereda China Alta, en Ibagu¨¦, y solo recuerda haber votado en las elecciones de 2018. Pero las condiciones clim¨¢ticas han dificultado siempre su derecho al sufragio. Hace un mes que el fen¨®meno de La Ni?a azot¨® la regi¨®n y cort¨® todas las v¨ªas de acceso. ¡°Tal vez si alguno tiene moto, puede ir. Sino, tocar¨ªa caminar siete horas. Y a m¨ª me da miedo un derrumbe espont¨¢neo¡±. Son 130 familias sin opci¨®n de elegir.
En este caso, la mesa electoral est¨¢ a tan solo 27 kil¨®metros de la vereda. ¡°Pero es imposible¡±, dice Jos¨¦ Rodr¨ªguez, de 41, vecino del mismo pueblo. ¡°Todos queremos votar, pero, ?c¨®mo llegamos? Tampoco hay ninguna campa?a pol¨ªtica que nos facilite el traslado, como s¨ª las hubo en las del Congreso¡±.
Para Jos¨¦ David Ortega, l¨ªder social y vocero de la asociaci¨®n campesina del sur de C¨®rdoba, esta situaci¨®n es ¡°insultante¡±. ¡°Los territorios alejados siguen siendo los que no tienen garant¨ªas. Conozco cientos de casos, pueblos de 70 personas en las que votan ocho; de 35 y que salieron solo dos y porque ten¨ªan una mula. La gente que sale de esa manera a votar y se gasta 200.000 pesos en combustible para ir en canoas o pasan por trochas¡ Esa gente tambi¨¦n es colombiana y deber¨ªa poder votar sin dificultad¡±, zanja. ¡°Deber¨ªa haber un gasto oficial para ello¡±.
¡°Ten¨ªamos que hacer algo¡±
Cuando el gasto oficial no es una opci¨®n, los vecinos m¨¢s comprometidos son los que toman parte y se organizan. En estas elecciones, las redes sociales han servido como trampol¨ªn de decenas de iniciativas de recaudaci¨®n de fondos y movilizaci¨®n comunal. Jos¨¦ Solano es el coordinador nacional de ollas comunitarias y fue ese trato directo con poblaci¨®n m¨¢s vulnerable lo que le hizo darse cuenta. ¡°Eran muchos los que quer¨ªan y no pod¨ªan. Ten¨ªamos que hacer algo¡±. As¨ª que se puso manos a la obra (virtual) y lanz¨® un tuit pidiendo presupuesto para pagar mototaxis que los llevaran desde sus veredas a las cabeceras municipales.
Recibi¨® decenas de respuestas y llamadas de gente de Cundinamarca, Cauca, Santander... ¡°Tenemos recaudados 254.000 pesos y necesitamos al menos un mill¨®n y medio¡±, cuenta optimista. En su lista, hay ya 231 personas deseando recibir la transferencia. ¡°Los pol¨ªticos no tienen en cuenta esta realidad¡±. A unos 200 kil¨®metros de ah¨ª, en Ibagu¨¦, Eliana Camacho, ama de casa, tambi¨¦n se est¨¢ coordinando con sus vecinos con la misma intenci¨®n. Lo hace porque ¡°no quiero ver a tantos viejitos sin pensi¨®n ni a ni?os sin graduarse o sin salarios dignos al crecer¡±. Y cree que el voto es la forma de cambio. ¡°Esperamos poder ayudar al menos a 200 personas, sobre todo adultos mayores o personas sin recursos. Hay gente que no tiene ni para desayunar, pero vamos a esforzarnos para que al menos s¨ª tengan para votar¡±.
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