La ONU debate c¨®mo proteger el ¡°lejano oeste de los oc¨¦anos¡±

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?C¨®mo hacer que las ¡°aguas de nadie¡± se conviertan en ¡°las de todos¡±? Con esa pregunta en mente, inaugur¨® la ONU este lunes en Nueva York lo que se espera que sea la ¨²ltima fase de una larga negociaci¨®n sobre el futuro de la altamar. La organizaci¨®n busca un acuerdo respecto a las ¨¢reas marinas fuera de la jurisdicci¨®n nacional, es decir, todas aquellas que est¨¢n m¨¢s all¨¢ de las 200 millas n¨¢uticas que pertenecen a los Estados soberanos, y que suponen casi dos tercios del total. Regular lo que pasa en ellas es el primer paso para lograr blindar al menos el 30% de los oc¨¦anos para 2030, el objetivo m¨ªnimo que establecen ambientalistas y acad¨¦micos para recuperar la deteriorada biodiversidad que custodia el fondo marino.

La meta de la Conferencia Intergubernamental para la negociaci¨®n del Tratado sobre Biodiversidad Marina en ?reas M¨¢s All¨¢ de la Jurisdicci¨®n Nacional, que se extender¨¢ hasta el 26 de agosto, es lograr un marco legal vinculante en este espacio, que actualmente no est¨¢ regulado por un solo organismo ni en torno a un objetivo com¨²n.

Los oc¨¦anos son la cuna de una infinita biodiversidad, el regulador de temperatura del planeta y un inigualable sumidero de carbono. Sin embargo, las leyes para protegerlos llevan a?os desfasadas. La norma anterior a esta que se quiere aprobar es la Convenci¨®n de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar), conocida como la ¡®Constituci¨®n de los oc¨¦anos¡¯. Esta se aprob¨® en 1982, una fecha en la que el calentamiento global y la urgencia clim¨¢tica no estaban en la agenda pol¨ªtica. Desde entonces, el 64% de los oc¨¦anos han estado desprotegidos.

El bi¨®logo y explorador en residencia de National Geographic Enric Sala define las aguas internacionales como el ¡°salvaje oeste¡±. ¡°Como no pertenecen a nadie, est¨¢n en un limbo del que se aprovechan varias flotas. Esta es la principal amenaza. Ah¨ª es muy f¨¢cil hacerle trampas a las pocas leyes existentes¡±, explica por tel¨¦fono. En un estudio publicado en la revista cient¨ªfica Nature en el que particip¨®, se demostraba que prohibir la pesca en estas aguas beneficiar¨ªa a los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo con mar, porque todos los ejemplares que no fueran capturados en altamar, acabar¨ªan llegando a costas nacionales. El golpe a la industria tampoco ser¨ªa muy alto, ya que solo el 1,4% de la pesca global depende exclusivamente de estas zonas.

Este tratado puede imponer barreras que protejan a la naturaleza de actividades da?inas como la pesca insostenible y la miner¨ªa en fondos marinos y crear ¨¢reas marinas protegidas que fomenten la conservaci¨®n. Sin embargo, organizaciones ambientalistas como Greenpeace y WWF temen que todo quede en ¡°papel mojado¡±. Y es que el ¨²ltimo encuentro para acercarse a este objetivo, la II Conferencia de los Oc¨¦anos de las Naciones Unidas (UNOC), que tuvo lugar a finales de julio, finaliz¨® con un sabor agridulce. Si bien asistieron 150 naciones y se marcaron metas comunes, el acuerdo no fue vinculante; lo que se traduce ¡ªsobre todo en lo que concierne el medio ambiente¡ª en una mera declaraci¨®n de buenas intenciones.

¡°El nefasto estado de los oc¨¦anos supone que el momento de actuar es este¡±, avis¨® este lunes el secretario general de la conferencia, Miguel de Serpa Soares, que urgi¨® tambi¨¦n a todos los pa¨ªses a mostrar esp¨ªritu de ¡°cooperaci¨®n¡±. M¨¢s de 40 organizaciones ecologistas, unidas bajo la Alianza de la Alta Mar, han fijado una lista de cuestiones que consideran b¨¢sicas para que el pacto pueda ser considerado un ¨¦xito. Estas se centran, principalmente, en que se facilite el establecimiento de ¡°santuarios marinos¡±, zonas libres de actividades que destruyen la biodiversidad. Adem¨¢s, exigen que se posibilite que la Conferencia de las Partes (COP) de la Convenci¨®n Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Clim¨¢tico tome decisiones por votaci¨®n cuando no sea posible el consenso, lo que har¨ªa mucho m¨¢s real su criticada capacidad de acci¨®n.

¡°Es una oportunidad ¨²nica¡±

¡°La peor parte del cambio clim¨¢tico se la llevan los oc¨¦anos¡±, explica por tel¨¦fono Luisina Vueso, coordinadora de campa?a para Greenpeace Argentina, desde Nueva York, ¡°pero parece que solo lo tienen en cuenta quienes lo sufren en primera persona. Esta es una oportunidad ¨²nica y de aqu¨ª tienen que salir garant¨ªas s¨®lidas y robustas que nos acerquen a los objetivos marcados por la ciencia¡±. Para Jessica Battle, experta de la organizaci¨®n WWF, la ambici¨®n es clave, como expres¨® en un comunicado la entidad. ¡°Es hora de dejar de lado el inter¨¦s propio y tomar las decisiones correctas para el futuro de nuestro oc¨¦ano, nuestro clima y nuestras comunidades¡±.

Pero conseguir un acuerdo ambicioso no parece tarea f¨¢cil. Son ya dos las d¨¦cadas que se lleva discutiendo este tratado sin que se haya llegado a m¨¢s compromisos globales que los adoptados de forma voluntaria. En ese tiempo, la presi¨®n de pesca industrial ya est¨¢ sobre el 55% de los oc¨¦anos y m¨¢s de 100 especies marinas est¨¢n en peligro cr¨ªtico de extinci¨®n. ¡°No hay tiempo para seguir desperdici¨¢ndolo¡±, zanja Vueso.