Una Constituci¨®n para entrar al siglo XXI
El 4 de septiembre, Chile decidir¨¢ si aprueba una nueva Constituci¨®n o contin¨²a con la actual. Una decisi¨®n que no solo tiene un efecto jur¨ªdico-pol¨ªtico, sino varios otros significados
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En primer lugar, el cambio constitucional es un cambio de modelo de sociedad. La nueva propuesta en Chile parte de una base m¨¢s igualitarista en torno a los derechos sociales, m¨¢s horizontal en su toma de decisiones, genera autonom¨ªas territoriales en las regiones y es m¨¢s abierta en relaci¨®n con las posibilidades de cambio, no solo a la propia Constituci¨®n, sino en torno a la discusi¨®n de leyes y otras normas, adem¨¢s de incorporar plenamente la perspectiva de g¨¦nero. Por su parte, el texto vigente, escrito en 1980, tiene como ideal una sociedad estructurada en torno a la propiedad y los ingresos, altamente jerarquizada y donde la vivencia de la sociedad es muy desigual.
El segundo gran significado del cambio constitucional est¨¢ dado por el origen y gestaci¨®n de esta nueva Constituci¨®n, la cual, si se aprueba, ser¨¢ la primera Constituci¨®n democr¨¢tica en la historia de Chile. Todas las anteriores fueron impuestas en guerras o dictaduras, como es el caso de la de 1980, que si bien ha tenido modificaciones en democracia, no alteraron su base estructural.
Apegado a las l¨®gicas del siglo XIX y XX, la Constituci¨®n que rige a Chile actualmente pretende una unicidad cultural y una rigidez normativa que es considerada importante para otorgar una certeza que se centra en las expectativas de inversi¨®n y no en la vida de las personas. La nueva Constituci¨®n en cambio, reconoce la existencia de diversidad en todo su espectro, superando esa idea de unicidad que no pareciera estar adecuada a los tiempos. As¨ª pues, se hace cargo de nuestra interculturalidad, cuesti¨®n que no se agota en la existencia de pueblos ind¨ªgenas, sino en diversidades et¨¢reas, de g¨¦nero, de capacidades, territoriales, etc¨¦tera. Esta inclusividad es el tercer gran contenido del cambio constitucional.
En lo que se refiere a la flexibilidad normativa, adem¨¢s de una visi¨®n diferente sobre c¨®mo se organiza mejor al derecho, la nueva Constituci¨®n toma una realidad del siglo en el que vivimos, donde la incertidumbre es permanente y vivimos, como dir¨ªan Bordoli y Baumann, en un estado de crisis. Frente a esa situaci¨®n se requiere de posibilidades de adaptaci¨®n r¨¢pida y por lo tanto se requiere de una Constituci¨®n con conceptos m¨¢s abiertos, que permitan a los legisladores ir adaptando sus decisiones para hacer frente a los desaf¨ªos que se presenten.
Lamentablemente este punto, que debiera ser una cuesti¨®n m¨¢s comprendida, ha generado un debate p¨²blico de alta toxicidad, pues quienes se sienten amenazados por el reconocimiento de estas diversidades y prefieren mantener el orden que les beneficia, hacen un ejercicio funesto: miran el rango abierto de posibilidades que otorga la Nueva Constituci¨®n, eligen aquella interpretaci¨®n que re¨²ne una mayor cantidad de sus temores y avanzan vociferando sobre ellos, como si la ¨²nica realidad posible fuera aquella que m¨¢s detestan, a pesar de que la Constituci¨®n no lo exprese de esa forma y que sea en extremo poco probable que la ley vaya a regular en la forma que imaginan.
Por ¨²ltimo, pero no menos importante y en l¨ªnea con el esp¨ªritu de asumir los desaf¨ªos de la sociedad actual, la nueva Constituci¨®n nos posiciona frente a la crisis clim¨¢tica y ecol¨®gica que como humanidad hemos causado. As¨ª pues, reconoce la crisis y reconoce tambi¨¦n que seres humanos y naturaleza formamos una unidad indisoluble, siendo la protecci¨®n ambiental tambi¨¦n la protecci¨®n de nosotros mismos. El texto construye una estructura de relaci¨®n con el medio ambiente avanzada y ¨²nica, que recoge las mejores experiencias comparadas y abre un campo de posibilidades para el cuidado de nuestro territorio y el bienestar de generaciones presentes y futuras.
En esta misma l¨ªnea, otro de los avances m¨¢s significativos del texto est¨¢ en relaci¨®n con el reconocimiento de las mujeres, lo que se manifiesta notablemente en declarar que seremos una democracia paritaria (con igualdad de hombres y mujeres en cargos de representaci¨®n), pero tambi¨¦n en una serie de otras normas que consideran expresamente la perspectiva de g¨¦nero.
De ganar el apruebo, daremos un paso enorme en un momento trascendental de m¨²ltiples crisis a nivel global y alta incertidumbre. La b¨²squeda de certezas, tranquilidad y estabilidad para un pa¨ªs como el nuestro pasa precisamente por hacernos cargo de los problemas de arrastre que tenemos, y tambi¨¦n por enfrentar los nuevos desaf¨ªos. Esta nueva Constituci¨®n es un avance, y nos encamina hacia el ma?ana.