El gran defensor del pl¨¢stico que triunfa con el reciclaje en Chile
Michel Compagnon logr¨® darle un giro a la empresa familiar dos d¨¦cadas atr¨¢s para hacer de materiales como redes de pescar en desuso un negocio rentable. En 2022, la compa?¨ªa factur¨® 15 millones de d¨®lares
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A 120 kil¨®metros de la costa chilena, en un terreno industrial al sur de Santiago, huele a mar. En invierno, incluso, se ven mejillones entre los montacargas y los cerros de redes de pesca. Dentro de la f¨¢brica, eso s¨ª, se respira pl¨¢stico caliente. Michel Compagnon, de 47 a?os, creci¨® inhalando ese olor en las plantas de Comberplast que hoy recorre en calidad de ingeniero comercial de la empresa. La diferencia con los productos que manufacturaba la marca cuando estaba en manos de su padre es que el aroma ahora es pl¨¢stico reciclado. Al a?o trituran cerca de 5.500 toneladas de desechos de redes de nylon, cabos de poli¨¦ster o pallets de pl¨¢stico, y cada 50 segundos una m¨¢quina escupe un nuevo producto: desde cajas hasta patinetas o gafas de sol. ¡°El pl¨¢stico es el mejor material del mundo, pero lo usamos p¨¦simo. No es basura, es materia prima¡±, sostiene Compagnon, una especie escasa de ecologista.
Cuando la sociedad comenz¨® a ser consciente de que el pl¨¢stico era uno de los materiales m¨¢s contaminantes del planeta, cerca del 2000, los Compagnon decidieron montar una planta de reciclaje. Optaron, adem¨¢s, por no fabricar ning¨²n producto de un solo uso, solo de larga vida ¨²til y que se pudiera reutilizar. ¡°Caminamos por el desierto harto rato. Lo que menos nos dec¨ªan nuestros clientes era que est¨¢bamos locos, pero cuando se puso de moda la econom¨ªa circular nosotros llev¨¢bamos 15 a?os en eso. Ya no ten¨ªamos que ir a tocar puertas. Eran ellos los que ven¨ªan para ac¨¢¡±, cuenta el ingeniero. Cinco a?os atr¨¢s, Comberplast fabricaba menos de mil toneladas de pl¨¢stico reciclado al a?o, una cifra que ha ido creciendo exponencialmente y que este 2023 espera alcanzar las 10.000.
En el mundo se fabricaban dos millones de toneladas de pl¨¢stico a mediados del siglo pasado. En 2021, la producci¨®n alcanz¨® las 461 millones de toneladas, tras un incremento acelerado en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, seg¨²n cifras de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE). Del total que se pone en el mercado anualmente, apenas un 6% proviene del reciclaje.
En sus vacaciones de 2016, Compagnon visit¨® la Patagonia junto a su familia. Adem¨¢s del paisaje natural de la zona austral, se encontr¨® con muchos cabos ¡ªresistentes cuerdas trabadas en forma de mallas¡ª que contaminaban los fiordos. M¨¢s de 140 millones de toneladas de pl¨¢stico contaminan los ecosistemas acu¨¢ticos, seg¨²n la OCDE. Con la mentalidad de que el pl¨¢stico tiene una segunda vida, el ingeniero se llev¨® un par en la maleta: ¡°Para m¨ª estaban botando materia prima. Lo que hab¨ªa que hacer era sacarlo del medio ambiente y devolverlo al uso humano¡±.
Tras un trabajo t¨¦cnico, su equipo logr¨® romper los cabos para darles un nuevo uso. Luego contact¨® a sindicatos de pescadores, conocedores de la zona, y les ofreci¨® pagarles por kilo de residuos de cabos. Ellos los recolectar¨ªan en sus botes y los trasladar¨ªan a centros de acopio. Con la capacidad de romperlos y convertirlos en piezas de construcci¨®n, agricultura o miner¨ªa, naci¨® el programa ¡°Atando Cabos¡±, ganador del premio Latinoam¨¦rica Verde 2019. ¡°Cuando logramos que toda la cadena ganara, se transform¨® en una bola de nieve¡±, cuenta Compagnon. Los cabos representan cerca de un 50% del material que se recicla en Comberplast, seguido por redes de pesca (20%) y pallets pl¨¢sticos (20%). En 2022, facturaron 15 millones de d¨®lares.
A casi 2.000 kil¨®metros al norte de la Patagonia, en Coquimbo, Osciel Vel¨¢squez, un expescador artesanal de crust¨¢ceos y presidente de la Sociedad Nacional de Pesca (Sonapesca) se enter¨® de lo que estaban haciendo en Comberplast. En 2016, llen¨® su camioneta con 600 kilos de redes de pesca en desuso y lleg¨® a la planta recicladora gracias a la asesor¨ªa de Bureo, otra empresa que se dedica a lo mismo. ¡°Las redes que ya no serv¨ªan eran un cacho (problema). Los vertederos alegaban que tardaban 500 a?os en desintegrarse y muchos tripulantes las botaban directamente al mar¡±, cuenta Vel¨¢squez, y agrega: ¡°Cu¨¢ndo una empresa pesquera ocupa sus redes, tiene que pagar por enviarlas a un vertedero. Ahora se las pasa a un operador de residuos¡±.
La m¨¢quina recicladora se ech¨® a andar y convirti¨® las redes en objetos que van desde sillas ergon¨®micas hasta ropa deportiva. ¡°Ahora tenemos a toda la industria comprometida juntando redes¡±, agrega. Ya han entregado m¨¢s de 6.000 toneladas del material y la alianza con Comberplast pretende que las redes de pesca pasen de representar el 20% del material que reciclan, al 50%.
Sonapesca se integr¨® a la Alianza Latinoamericana para la Seguridad Alimentaria a trav¨¦s de la Pesca Sustentable (ALPESCAS), conformada por 12 pa¨ªses de la regi¨®n, un organismo que hoy tambi¨¦n es presidido por Vel¨¢squez. Desde ah¨ª crearon en 2021 el programa ¡°Redes de Am¨¦rica¡±, integrado actualmente por seis pa¨ªses, entre los que figuran Argentina, M¨¦xico y Per¨². Redes para Am¨¦rica tiene como meta trianual recolectar 4.500 toneladas de redes de pesca en desuso para 2024, de las cuales ya se han reunido el 55%. El pr¨®ximo paso, comenta Vel¨¢squez, es dejar 15 centavos por kilo del material en las comunidades que lo entregan para potenciar la econom¨ªa circular.