La empresaria que convierte el pl¨¢stico no reciclable en una materia prima

Cuando todav¨ªa estaba en el instituto, la canadiense Miranda Wang encontr¨® su vocaci¨®n en una visita a una planta de procesamiento de residuos. All¨ª, ella y su amiga Jeanny Yao se quedaron impresionadas de la cantidad de pl¨¢sticos que, una vez desechados, van a parar a esos lugares y, sobre todo, del escaso porcentaje de ellos que acaba siendo reutilizado. Seg¨²n nos advierte la ONU, actualmente solo se recicla el 9% de los pl¨¢sticos que se generan en todo el mundo. Ese fue el impulso inicial que, a?os m¨¢s tarde, llev¨® a ambas amigas a fundar la empresa BioCellection y a desarrollar una tecnolog¨ªa de reciclaje qu¨ªmico capaz de convertir los pl¨¢sticos de m¨¢s baja calidad en una materia prima que puede ser utilizada para generar nuevos productos.

¡°Hoy en d¨ªa no existe pr¨¢cticamente ninguna tecnolog¨ªa que funcione con los pl¨¢sticos realmente sucios¡±, explica Wang, que ahora tiene 26 a?os. ¡°Son de tan baja calidad que no tiene sentido limpiarlos y hacer nuevos productos con ellos. Nosotras nos centramos espec¨ªficamente en esos pl¨¢sticos problem¨¢ticos que nadie quiere ni tocar. Recogemos residuos como bolsas de pl¨¢stico sucias o materiales de envasado de un solo uso y los transformamos en materiales valiosos de alto rendimiento hechos con contenido reciclado que tienen las mismas propiedades que los materiales v¨ªrgenes¡±. El destino habitual de estos residuos hasta ahora era, en el mejor de los casos, ser incinerados o acumulados en vertederos cada vez m¨¢s saturados, cuando no acaban contaminando nuestro medio ambiente, en especial los oc¨¦anos.

Para llegar hasta ese descubrimiento recorrieron un largo camino. Cuando Wang estudiaban biolog¨ªa molecular, comenzaron a investigar en la Universidad de Columbia Brit¨¢nica y descubrieron que en el r¨ªo Fraser, situado en sus alrededores, hab¨ªa dos bacterias que com¨ªan pl¨¢stico, pero no lograron llevar su proyecto m¨¢s all¨¢. A partir de entonces comenzaron a recaudar capital para encontrar respuestas a la crisis mundial del pl¨¢stico. Tras conseguir una financiaci¨®n de cinco millones de d¨®lares entre 2015 y 2019, fundaron BioCellection en Silicon Valley para explorar las posibilidades de esos pl¨¢sticos para los que nadie hab¨ªa encontrado un nuevo uso.

Tras a?os de investigaci¨®n, en BioCellection dieron con el gran avance que buscaban: un proceso mediante el cual el pl¨¢stico de polietileno, uno de los m¨¢s comunes y que representa un tercio de la producci¨®n mundial de pl¨¢stico, se pod¨ªa descomponer en precursores qu¨ªmicos usados como bloques para generar materia prima de calidad. ¡°Es un nuevo proceso sostenible y econ¨®mico para fabricar qu¨ªmicos industriales de alto valor a partir de esos pl¨¢sticos¡±, detalla Wang. ¡°Hemos podido utilizar estos qu¨ªmicos para sintentizar materiales que ahora est¨¢n cerca de igualar el rendimiento de fotopol¨ªmeros v¨ªrgenes y poliuretanos termopl¨¢sticos¡±. Por ahora, el material resultante se utiliza en impresi¨®n 3D y en la confecci¨®n de calzado.

Una de las ventajas de este proceso es que disminuye la cantidad de di¨®xido de carbono que se emite en caso de que ese mismo pl¨¢stico se quemara, o si los qu¨ªmicos se elaboraran a partir de petr¨®leo virgen. De esta manera, no solo se consigue aprovechar esos residuos sino que se disminuye la huella de carbono. Para 2023, Wang y su equipo prev¨¦n ser capaces de reciclar cientos de toneladas de residuos pl¨¢sticos. Este impulso le ha valido a Wang ser una de las laureadas en los Premios Rolex a la Iniciativa, los galardones con los que Rolex apoya a aquellos proyectos originales e innovadores destinados a mejorar el conocimiento y el bienestar humanos.

Ahora, Wang y su empresa se centran en dar el siguiente paso: desarrollar una planta de procesamiento cuyo resultado sea materia prima comercializable. ¡°Esto es solo el comienzo de nuestra estrategia prolongada para aumentar y diversificar en un conjunto de productos reciclados de alto rendimiento¡±, concluye Wang.