¡°Ping¨¹inos que anidan en cajas¡±: Pen¨ªnsula Vald¨¦s, un sitio patrimonio inundado de pl¨¢sticos
La indignaci¨®n popular en Argentina ha provocado que el Gobierno acelere la limpieza de este ¨¢rea protegida plagada por toneladas de cajones, redes, baldes, guantes y otros desechos pl¨¢sticos
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Las im¨¢genes de residuos pl¨¢sticos en las costas de Pen¨ªnsula Vald¨¦s, un ¨¢rea protegida de la provincia de Chubut que posee uno de los ecosistemas marinos m¨¢s ricos del mundo, provocaron una fuerte indignaci¨®n en las ¨²ltimas semanas en Argentina. Seg¨²n las estimaciones gubernamentales, son 40 toneladas de cajones rotos, baldes, guantes y redes provenientes de la actividad pesquera en la zona.
El mar de pl¨¢sticos se acumula desde hace meses en Punta Delgada, Estancia El Pedral, Bah¨ªa Cracker, Punta Cormoranes y en las islas Tova y Tovita, que forman parte de las 887.000 hect¨¢reas marinas y terrestres declaradas Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco (1999).
La noticia estall¨® en las portadas de los diarios argentinos en abril tras denuncias por las demoras en la limpieza. Finalmente, la remoci¨®n comenz¨® la ¨²ltima semana del mes pasado y se extender¨¢ hasta fines de mayo, mientras la fauna no se encuentre en la costa. La cuesti¨®n ahora es resolver el fondo del problema: por qu¨¦ hay tanta basura de la industria pesquera en el oc¨¦ano.
La pen¨ªnsula Vald¨¦s es un santuario de la naturaleza donde anidan ping¨¹inos, se reproduce la ballena franca austral y es h¨¢bitat de elefantes y lobos marinos, delfines, orcas y un sinn¨²mero de aves. ¡°Vi animales lastimados encima de los pl¨¢sticos y, en Tovita hay ping¨¹inos que anidan dentro de las cajas y tambi¨¦n se ven algunos muertos en la costa rodeados de basura¡±, dice Yago Lange, ex deportista ol¨ªmpico argentino de vela, y embajador de Parley of the Oceans, una organizaci¨®n internacional que trabaja por el cuidado de los oc¨¦anos.
Lange viene alertando desde hace tiempo sobre las playas contaminadas por desechos de los barcos pesqueros, denunciando las dilaciones en la remoci¨®n de los desperdicios y documentando la situaci¨®n que, dice, empeor¨® en los ¨²ltimos seis meses.
Las autoridades provinciales, nacionales y la industria pesquera reconocen el problema. El viceministro de Ambiente, Sergio Federovisky, ha asegurado que urge identificar a los autores de lo que defini¨® como una ¡°acci¨®n criminal contra el ambiente¡± y sancionar a los responsables. ¡°Hay que entender cu¨¢l es la mec¨¢nica por la cual hay una actividad que decide externalizar brutal y aviesamente sus costos ensuciando un recurso natural tan valioso como son las zonas costeras de la provincia de Chubut¡±, dijo el funcionario.
El subsecretario de Gesti¨®n Ambiental de Chubut, Fernando Pegoraro, ha admitido que en los ¨²ltimos cinco a?os creci¨® la cantidad de residuos en las costas, pero tambi¨¦n dice que las revisiones en la zona son m¨¢s exhaustivas. La provincia de Chubut tiene 1.600 kil¨®metros lineales de costa. Casi un tercio son inaccesibles por su geograf¨ªa de precipicios y riscos, donde se acumulan residuos arrastrados por vientos y mareas.
Seg¨²n explica Pegoraro, en la zona hay dos lugares especialmente impactados por esta situaci¨®n. Uno de ellos es una zona de tres kil¨®metros de playa donde las autoridades han calculado ¡°unos 100 metros c¨²bicos de basura¡±, mientras que en siete kil¨®metros de playa de dos islas han detectado ¡°otros 100 metros c¨²bicos¡±. Un metro c¨²bico equivale a 200 kilos, por lo que, en funci¨®n a esa estimaci¨®n, ser¨ªan al menos 40 toneladas de basura. ¡°La responsable obviamente es la industria pesquera, pero no podemos determinar qu¨¦ barco ni qu¨¦ empresa ni si es nacional, provincial o internacional¡±, apunta el funcionario.
Buscando soluciones al problema
Los cajones que se utilizan para la pesca solo llevan la identificaci¨®n de la empresa frigor¨ªfica que los entrega para la recolecci¨®n del pescado, pero no tienen un DNI del buque que los transporta. Por lo tanto hoy es imposible saber de d¨®nde se caen o qui¨¦n los tira. El Instituto Patag¨®nico de Ciencias Sociales y Humanas trabaja desde marzo en un diagn¨®stico este problema, y ofrecer¨¢ los resultados en julio.
Jorge Fr¨ªas, secretario general de la Asociaci¨®n Argentina de Capitanes de Pesca, apunta que se debe aplicar la Ley de Navegaci¨®n N¡ã 20094, que indica que el capit¨¢n es el garante de que nada caiga al mar. Pero eso no es suficiente. ¡°Todos los materiales deber¨ªan ser marcados con los datos, colores o se?as de la embarcaci¨®n¡±, propone. Y, adem¨¢s, sugiere que la empresa armadora sea responsable solidaria para su cumplimiento.
En ese sentido, el 9 de mayo se aprob¨® una regulaci¨®n sobre la obligatoriedad del marcado e identificaci¨®n de las artes de pesca por arrastre y la declaraci¨®n obligatoria de la cantidad de cajones con las que zarpan las embarcaciones y arriban a puerto. Por ahora, los pesqueros deben contar obligatoriamente con grampines y bicheros a bordo para facilitar la recuperaci¨®n de los cajones que caen al mar.
En la actualidad, la ¨²nica regulaci¨®n vigente que ayuda a mitigar la presencia de pl¨¢sticos y micropl¨¢sticos en el mar es la que se utiliza para la captura de centolla. Desde la industria pesquera, reconocen la necesidad de remediaci¨®n, pero defienden su lugar como generadores de divisas y trabajo.
Fr¨ªas, que lleva navegando el Atl¨¢ntico desde 1985, cuando ten¨ªa 17 a?os, dice que desde entonces ha visto restos de cajones pl¨¢sticos y elementos sint¨¦ticos de la pesca en el mar y las costas. Pero cree que, con el tiempo, las actitudes de los marineros han cambiado. ¡°Desde hace muchos a?os los pescadores no arrojamos pl¨¢sticos ni desechos¡±, dice. En su lugar, asegura, los conservan a bordo hasta desembarcar.
Otra cosa que ha cambiado es la flota pesquera, que se ha multiplicado, as¨ª como la cantidad de cajones para conservar mariscos frescos. ¡°Se encuentran m¨¢s desechos claramente por el crecimiento de la industria pesquera en general y porque hay m¨¢s herramientas para darle visibilidad viral¡±, afirma el sindicalista. Adem¨¢s, Fr¨ªas apunta a otros responsables. Seg¨²n ¨¦l, la basura pl¨¢stica tambi¨¦n llega desde las ciudades.
El presidente de la C¨¢mara Argentina Patag¨®nica de Industrias Pesqueras (Capip), Agust¨ªn de la Fuente, asegura que la industria pesquera tambi¨¦n colabora en la remediaci¨®n. ¡°Queremos ser parte de la soluci¨®n. El Atl¨¢ntico es un mar bravo, robusto, con fr¨ªo, donde hay tormentas y se pueden caer los cajones, no hay mala intenci¨®n¡±, afirma. ¡°Es incoherente pensar que el trabajador de la pesca est¨¦ generando ese impacto por propia voluntad. Lamentablemente est¨¢ pasando, hay que buscarle una soluci¨®n¡±.
Luc¨ªa Castro, directora de Sin Azul No Hay Verde, una organizaci¨®n que defiende la biodiversidad marina, cree que el sector pesquero tiene escaso control y fiscalizaci¨®n. ¡°Es una industria que siempre hizo lo que quiso en el mar¡±, subraya. La ambientalista reconoce que hay factores fuera de control como las condiciones clim¨¢ticas, pero sostiene que no hay justificaci¨®n para el mal manejo de los residuos en el mar o en puertos.
¡°Est¨¢ la figura del observador a bordo que tiene que subir a los barcos y chequear que todo lo que tiene que ocurrir ocurra efectivamente, pero eso no sucede. No hay suficientes fiscalizadores, no hay control arriba de los barcos y en puerto tampoco¡±, apunta. Por el contrario, el director de Fiscalizaci¨®n nacional Juli¨¢n Su¨¢rez asegura que el control y la fiscalizaci¨®n se realiza de forma ininterrumpida.
Pero para Castro, detr¨¢s de los cajones, hay un problema ambiental invisible: la pesca por arrastre que, al igual que el desmonte en tierra, arrasa con el fondo marino a trav¨¦s de redes que levantan lo que encuentran a su paso, obligando al descarte. Seg¨²n c¨¢lculos de la propia industria, el 30% de lo que se pesca es desecho y se arroja por la borda.