Am¨¦rica Latina lidera la agenda ambiental en un mundo en crisis
Los gobiernos de la regi¨®n deben demostrar un liderazgo responsable que aborde de manera integral la p¨¦rdida de biodiversidad, el cambio clim¨¢tico y asegure el desarrollo sostenible
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Muy a menudo, cuando pensamos en el cambio clim¨¢tico, en la p¨¦rdida de biodiversidad, o la contaminaci¨®n, estos grandes problemas se nos antojan abstractos, et¨¦reos e incluso lejanos. Esto pasa en gran medida porque nosotras, como la mayor¨ªa de quienes nos leen, vivimos en ¨¢reas urbanas con poco contacto diario con la naturaleza. No obstante, esta distancia f¨ªsica con nuestro entorno natural no cambia el hecho de que la salud de la poblaci¨®n y de nuestras econom¨ªas dependa directamente de la salud de la naturaleza.
Todos los ecosistemas que nos rodean, los que observamos a simple vista y los m¨¢s distantes, nos proveen medios de subsistencia, alimentos, agua, medicinas y una amplia gama de beneficios, desde la polinizaci¨®n de las frutas y hortalizas que consumimos d¨ªa a d¨ªa, hasta la regulaci¨®n de inundaciones. De igual forma, un clima estable garantiza la seguridad de los ciclos agr¨ªcolas y reduce los riesgos de huracanes y sequ¨ªas.
Esto lo estamos entendiendo en Am¨¦rica Latina, por las malas, con las ¡°guerras del agua¡± que nos embisten en diferentes latitudes, as¨ª como con se?ales alarmantes de que ecosistemas vitales para el equilibrio planetario se est¨¢n acercando a un punto de no retorno ecol¨®gico. Por ejemplo, de continuar el ¨ªndice actual de deforestaci¨®n, la Amazonia podr¨ªa convertirse en desierto, afectando a regiones como Los Andes, la Plata y los humedales en el Pantanal; e incluso induciendo cambios en los patrones de agua a nivel global, p¨¦rdidas irreparables de biodiversidad y liberaci¨®n de carbono, lo que exacerbar¨ªa el cambio clim¨¢tico y p¨¦rdidas en los medios de vida de comunidades locales y pueblos ind¨ªgenas.
En el otro lado de la moneda, hay algo positivo de estas interrelaciones. En nuestra regi¨®n, presenciamos historias sorprendentes de quienes se han convertido en jardineros de corales en Colombia y creadores de guarder¨ªas bajo el mar para recuperar estos ecosistemas en Brasil. Los arrecifes de coral, seriamente afectados por el calentamiento de los oc¨¦anos, pueden a su vez cuidar la salud de las personas provey¨¦ndoles de alimento, protegi¨¦ndoles de tormentas, promoviendo el turismo basado en naturaleza y siendo fuente de componentes medicinales para combatir diversas enfermedades.
Este es el caso de la gran mayor¨ªa de nuestros ecosistemas naturales: son sumamente fr¨¢giles, est¨¢n siendo afectados directamente por las actividades humanas con grandes riesgos hacia el futuro y la salud de estos ecosistemas, que tambi¨¦n es la nuestra, invita a una responsabilidad de cuidado conjunta.
En 2024 y 2025, Am¨¦rica Latina tiene la oportunidad de liderar acciones contundentes a nivel global en estos temas. Dos pa¨ªses latinoamericanos ser¨¢n epicentro de los esfuerzos de Naciones Unidas para hacer frente a estas problem¨¢ticas: Colombia organizar¨¢ la Cumbre de Biodiversidad en octubre de este a?o (COP16), mientras que Brasil albergar¨¢ la Cumbre de Cambio Clim¨¢tico en noviembre de 2025 (COP30).
La regi¨®n est¨¢ bien posicionada para jugar un papel de l¨ªder y predicar con el ejemplo, pues aunque genera menos del 10% de las emisiones globales de los gases causantes del cambio clim¨¢tico, tiene uno de los m¨¢s altos niveles de biodiversidad del planeta, con una incre¨ªble riqueza de especies, particularmente end¨¦micas.
Los gobiernos de Am¨¦rica Latina y el Caribe deben, pues, demostrar un liderazgo responsable, que aborde de manera integral la p¨¦rdida de biodiversidad, el cambio clim¨¢tico y asegure condiciones habilitantes para el desarrollo sostenible. En este sentido, es indispensable avanzar en procesos conjuntos de planificaci¨®n, implementaci¨®n y financiamiento, alrededor de las siguientes acciones:
- Primero, garantizar que los procesos nacionales de planificaci¨®n de pol¨ªticas sobre clima y biodiversidad se integren en el desarrollo de estrategias sectoriales;
- Segundo, priorizar y establecer estrategias financieras con participaci¨®n de banca nacional de desarrollo, banca multilateral, sector privado y cooperaci¨®n internacional de pa¨ªses desarrollados, con miras a implementar soluciones basadas en la naturaleza que puedan contribuir tanto a los objetivos clim¨¢ticos como a los de biodiversidad y el ejercicio de los derechos humanos;
- Tercero, aumentar la representaci¨®n y recursos para que pueblos ind¨ªgenas y comunidades locales afrodescendientes, campesinas, pesqueras, mujeres, j¨®venes, ni?as y ni?os y otros actores afectados desproporcionadamente por su vulnerabilidad o nivel de marginaci¨®n, act¨²en sobre el cambio clim¨¢tico y la biodiversidad a trav¨¦s de enfoques hol¨ªsticos;
- Cuarto, apoyar las asociaciones p¨²blico-privadas, junto con las iniciativas no estatales, como catalizadores clave para una acci¨®n integradora.
El futuro de Latinoam¨¦rica y del planeta depende de nuestra acci¨®n inmediata. Es obligaci¨®n de los tomadores de decisi¨®n y l¨ªderes regionales seguir el ejemplo de proteger ecosistemas vitales para asegurar la salud de las personas en los acuerdos de la COP16, y la futura COP30, y posicionar una voz latinoamericana fuerte y s¨®lida.