El fantasma de la polio reaparece en Per¨²: as¨ª se erradic¨® en el pasado
Ante el riesgo de rebrotes en Am¨¦rica Latina, los vacunadores peruanos que lograron erradicar la enfermedad en los a?os 90 cuentan sus aprendizajes
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Hace m¨¢s de 30 a?os, hubo un triunfo hist¨®rico en Am¨¦rica Latina: Roger Zapata, un pediatra peruano, encontr¨® el ¨²ltimo caso de enfermedad por poliovirus salvaje en todo el continente americano. Pero, en aquel momento, Zapata a¨²n no sab¨ªa que esta era una proeza. Era agosto de 1991 y el m¨¦dico, que hab¨ªa recibido la notificaci¨®n de un ni?o contagiado en Pichanaki, un distrito del departamento central de Jun¨ªn, procedi¨® a realizar un barrido de vacunaci¨®n y b¨²squeda en toda la regi¨®n junto a un amplio equipo de profesionales y voluntarios.
Era el procedimiento habitual en esos a?os. ¡°Eran brigadas a pie, y cada brigada ten¨ªa la indicaci¨®n de preguntar, buscar, indagar¡± en cada hogar si hab¨ªa casos de par¨¢lisis en ni?os que pudieran ser s¨ªntomas de polio, explica Zapata. Se trata de una enfermedad altamente infecciosa, paralizante y en ocasiones mortal que se puede evitar con una vacuna.
La campa?a de vacunaci¨®n fue exitosa, pero Zapata a¨²n se pregunta c¨®mo ese caso lleg¨® a Pichanaki. El pediatra recuerda que, a trav¨¦s de una ¡°b¨²squeda activa¡±, el equipo descubri¨® una serie de rutas de migraci¨®n de trabajadores en los cafetales rurales, ¨¢reas particularmente elusivas a campa?as de vacunaci¨®n. Gracias a la inclusi¨®n de estas personas en las campa?as de inmunizaci¨®n, tres a?os despu¨¦s, en 1994, la OPS declar¨® a Per¨² libre de polio, el ¨²ltimo pa¨ªs en las Am¨¦ricas. As¨ª supo Zapata del simbolismo de su labor.
Treinta a?os despu¨¦s, en 2023, un jarro de agua fr¨ªa: se report¨® un nuevo contagio en el departamento amaz¨®nico de Loreto en un ni?o que no hab¨ªa sido vacunado. A diferencia el caso de Pichanaki, este fue un poliovirus derivado de la vacuna. La inmunizaci¨®n oral contra la polio, usada en todo el continente, est¨¢ hecha con virus vivos atenuados. Al excretarse, estos pueden llegar a otros ni?os y tambi¨¦n proporcionarles inmunidad. Pero si la cadena de contagio es muy larga y afecta a no vacunados, estos virus pueden mutar y volver a provocar la enfermedad. Sucede ¡°en raras ocasiones¡±, en palabras de la Organizaci¨®n Panamericana de la Salud, pero sucede. En Per¨², concretamente siete veces entre 2003 y 2013.
El caso de Loreto es la octava vez. Pero, adem¨¢s, es una bandera roja que alerta sobre las bajas tasas de vacunaci¨®n y las condiciones de vida de la poblaci¨®n, ya que el virus se transmite especialmente en ¡°zonas con poca higiene y sistemas de saneamiento¡±, seg¨²n la OMS. El Centro Nacional de Epidemiolog¨ªa, Prevenci¨®n y Control de Enfermedades indica que el 93% de las regiones peruanas tienen un alto riesgo de poliomielitis. Los est¨¢ndares internacionales requieren un 95% de cobertura vacunal en ni?os menores de 5 a?os para evitar rebrotes: el ¨²ltimo a?o que Per¨² cumpli¨® con esto fue en 2018. En 2020, durante la pandemia, la cifra cay¨® m¨¢s de 15 puntos porcentuales, aunque se recuper¨® en 2022 al 81,6%.
La inestabilidad pol¨ªtica tampoco ha ayudado: el ministro de Salud actual, C¨¦sar V¨¢squez, es el primero en haber mantenido la cartera por m¨¢s de un a?o desde septiembre de 2017. Sus quince predecesores tuvieron mandatos m¨¢s cortos; en los ¨²ltimos ocho a?os, Per¨² ha tenido 17 ministros y ministras de Salud.
El Plan Nacional de Vacunaci¨®n para el a?o fiscal 2024 prev¨¦ una partida de m¨¢s de 22 millones de soles (unos 5,75 millones de d¨®lares) para ¡°el cierre de brechas¡± de inmunizaci¨®n. Durante 2023, se administraron vacunas contra la polio a m¨¢s de 1.200.000 ni?os y ni?as, y en 2024 se espera alcanzar una cifra similar. Hasta ahora, el Gobierno ha realizado campa?as puntuales de inmunizaci¨®n, pero los barridos, similares a los de hace tres d¨¦cadas en muchas de las mismas zonas alejadas y rurales, no empezar¨¢n hasta agosto.
Zapata no cre¨ªa que volver¨ªa a hablar de barridos contra la polio: ¡°Yo pensaba que de verdad hab¨ªamos llegado a la meta, que el esfuerzo de muchas personas, no solamente en Per¨² sino a nivel continental, estaba dando su fruto¡±.
Una de estas personas es Alfonso Nino, compa?ero de Zapata, quien trabaj¨® en la erradicaci¨®n de la polio en la zona amaz¨®nica del pa¨ªs. ¡°Ten¨ªamos que vacunar m¨¢s o menos a 40.000 personas con una sola cadena de fr¨ªo y no hab¨ªa refrigeradoras, entonces ten¨ªamos que llevar el hielo unas cuatro o cinco horas y lo enterr¨¢bamos [para conservarlo], as¨ª lleg¨¢bamos a los ¨²ltimos lugares¡±, relata.
Mientras Per¨² enfrentaba una profunda crisis econ¨®mica, agravada por la presencia de grupos armados como Sendero Luminoso o el Movimiento Revolucionario T¨²pac Amaru (MRTA), el equipo de Nino y Zapata llegaba a los lugares m¨¢s rec¨®nditos. En Ja¨¦n, ciudad que tambi¨¦n sufri¨® de un brote de la enfermedad, su campa?a de barrido organiz¨® a los maestros que se encontraban en huelga. ¡°Fue un ¨¦xito, porque los profesores fueron coordinadores, vacunadores, monitoreaban¡ Era un movimiento social que fue extraordinario¡±, recuerda.
Los territorios dominados por las guerrillas ten¨ªan como factor com¨²n una baja implicaci¨®n del Estado. ¡°Hab¨ªa muchas partes del pa¨ªs donde el Gobierno peruano no acced¨ªa porque estaba tomado por Sendero Luminoso o el MRTA¡±, recuerda Jorge Lossio, historiador especializado en salud p¨²blica. ¡°La idea de que ingresaran vacunadores con apoyo militar o policial hubiera sido contraproducente¡±. En cambio, la mayor¨ªa de trabajadores y voluntarios sanitarios transitaron ¨¢reas de dominio guerrillero sin amparo de las armas estatales. ¡°Hubo zonas donde los senderistas permitieron entrar a los vacunadores, porque entend¨ªan que era para la salud p¨²blica, hubo otras donde les hicieron saber que iban a tomar represalias y hubo zonas donde dinamitaron locales o destruyeron infraestructura¡±, apunta el historiador.
Ante esa ausencia del Estado, dice Lossio, la clave del ¨¦xito fue la sociedad civil. ¡°Me refiero a escolares, universitarios, voluntarios, p¨¢rrocos, vendedores ambulantes, la radio, la televisi¨®n, artistas¡ Y el Club Rotario, que fue muy importante¡±. Ahora llamada Rotary International, esta ONG moviliz¨® a miles de voluntarios y verti¨® millones de d¨®lares en todo el continente americano para erradicar la polio. De alguna manera, llen¨® los vac¨ªos de un Estado debilitado que no cumpli¨® con algunos de los compromisos de salud que hab¨ªa asumido.
¡°La gente sal¨ªa con una responsabilidad social, y eso se ha ido perdiendo en el tiempo, ?no?¡±, reflexiona Nino. Su pregunta retumba en el abismo que separa su recuerdo de la situaci¨®n actual. La pandemia no solo corroy¨® la cobertura vacunal contra la polio, sino que tambi¨¦n cataliz¨® desconfianza con los f¨¢rmacos y las pol¨ªticas de salud p¨²blica.
¡°Se empez¨® a discutir por qu¨¦ el Estado ten¨ªa que ser el encargado de la vacunaci¨®n contra el covid-19, por qu¨¦ no era el individuo o la empresa privada¡±, dice por su parte Lossio. ¡°Ah¨ª hay un cuestionamiento general al Estado que, para m¨ª, tiene que ver con el neoliberalismo (...) que llev¨® a que se piense menos en t¨¦rminos colectivos y m¨¢s en individuales¡±. Esto se suma a la suspicacia contra las vacunas en s¨ª, unas suspicacias que hace tres d¨¦cadas superaron miles de personas de las comunidades ind¨ªgenas peruanas, con cosmovisiones alrededor de la salud muy diversas.
Pero los tiempos han cambiado. Y al combate de otras enfermedades como el dengue o la covid se suma la desinformaci¨®n. Adem¨¢s, la polio se asocia a una enfermedad del pasado: ¡°El costo del ¨¦xito al haber erradicado algunas enfermedades es que mucha gente no le ve la importancia¡±, opina Lossio. Sin embargo, eso no significa que la sabidur¨ªa de los antiguos vacunadores no sea ¨²til.
¡°Los j¨®venes no tienen memoria de lo que es la polio¡±, lamenta Zapata. ¡°Nosotros llegamos a armar un barrido en un distrito en 24 horas (...) No buscamos el reconocimiento, pero hay una cosa que no se hace y es la transmisi¨®n de conocimientos¡±, apunta el m¨¦dico. ¡°Las experiencias se pierden, est¨¢n perdidas¡±.
Nino, su antiguo compa?ero, lamenta que ¡°todos los ministerios piensan ahora que la soluci¨®n de los problemas es t¨¦cnica y no social. Por ejemplo, si hay dengue, es un problema epidemiol¨®gico, pero no de c¨®mo vive la gente, de c¨®mo se mueve la gente¡±. Y sentencia con la autoridad que da haber erradicado una enfermedad: ¡°Ninguna pandemia en el mundo se ha combatido si no ha habido apoyo social, y eso lo hemos olvidado¡±.