Los silencios de Chancay, el mayor puerto comercial de Sudam¨¦rica que se levanta en Per¨²
El debate sobre los impactos sociales y ambientales del proyecto, que est¨¢ a punto de inaugurarse, est¨¢ casi ausente. Varias voces sostienen que el pa¨ªs no est¨¢ preparado para la gran transformaci¨®n que implicar¨¢ la megainfraestructura
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Assilem Llanos Izquierdo tiene 9 a?os y no para de moverse por la peque?a sala de la casa. Agarra con cierta aprehensi¨®n adornos de una mesa, abraza a alguien, se para un momento, vuelve a moverse. Tiene una vincha colorida en la cabeza, una polera rosada, un pantal¨®n de buzo plomo y zapatillas negras con blanco. Tambi¨¦n una mirada tierna y un rictus algo agitado.
La peque?a vive con el s¨ªndrome de Schaff-Yang, una variante rar¨ªsima del espectro autista, del que solo existen unos 200 casos en el mundo. Cada vez que, como resultado de la construcci¨®n del megapuerto de Chancay y sus instalaciones, se oye una voladura, la peque?a se asusta mucho. ¡°Para m¨ª es una tortura todos los d¨ªas porque veo c¨®mo los trabajos descontrolados de la empresa Cosco afectan la salud y la vida de mi hija¡±, dice Melissa Izquierdo, su madre, mientras trata de sujetarla para que se tranquilice un poco.
De lo que casi no se habla
De momento, no hay forma de evitarlo. Desde que en el 2016 comenz¨® a construirse la gigantesca infraestructura, ubicada a 71 kil¨®metros de Lima, la vida de los chancayanos ha cambiado. Seg¨²n algunos, para bien: este puerto gigantesco, propiedad de la empresa estatal china Cosco Shipping, convertir¨¢ al Per¨² en un centro de conexi¨®n casi inigualable en la regi¨®n. Tendr¨¢ 15 espigones (actualmente tiene cuatro) que permitir¨¢n entrar a barcos enormes y una profundidad de al menos 20 metros.
De acuerdo con Carlos Aquino, economista y profesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, el puerto ¡°funcionar¨¢ las 24 horas, de manera computarizada¡± y conectar¨¢ a barcos comerciales de otros estados latinoamericanos con Asia, ahorr¨¢ndoles unos 15 d¨ªas de viaje.
Sin embargo, para Melissa Izquierdo y otros ciudadanos de Chancay, otrora conocido por su potencial pesquero artesanal e industrial, la nueva era no ser¨¢ tan feliz. ¡°Nuestra ha vida ha cambiado rotundamente, se han afectado nuestras viviendas y nuestra salud¡±, dice Miriam Arce, del Frente de Defensa de Chancay, quien vive casi a la espalda de las inmensas instalaciones.
Un hecho ocurrido el martes 16 de mayo del 2023 parece darle la raz¨®n. Hacia las 9 de la ma?ana, en la zona de Chancay llamada Peralvillo, el suelo se hundi¨® y resultaron rajadas cerca de una decena de viviendas, dos de ellas severamente. El evento fue consecuencia de la construcci¨®n de un t¨²nel subterr¨¢neo que forma parte del complejo portuario.
La empresa compens¨® a los afectados, pero el incidente gener¨® una protesta en Chancay y sembr¨® cierta desconfianza en la localidad. Hasta ahora, en el lugar de los hechos, se observa una casa inclinada como consecuencia del incidente. Adem¨¢s dos operarios que trabajaban en la infraestructura han muerto entre mayo y julio mientras desempe?aban sus funciones.
La mar no est¨¢ serena
A los veteranos pescadores del puerto de Chancay el oficio tambi¨¦n se les ha complicado. ¡°Ahora tenemos que irnos m¨¢s lejos a pescar¡±, dice uno de ellos, que prefiere permanecer an¨®nimo. La construcci¨®n de la infraestructura ha provocado que el fondo marino haya sido dragado. Si antes capturaban corvinas en el sector llamado La Punta, la llegada del puerto los desplaz¨® a ¨¢reas m¨¢s alejadas, lo que hace que los pescadores sientan que hoy faenar es m¨¢s complicado, que les lleva m¨¢s tiempo y consiguen menos producto. ¡°Cuando no estaba Cosco, en unas cuatro horas volv¨ªa cargado¡±, dice otro hombre de mar. ¡°Ahora, ya no es as¨ª¡±.
Antony Ape?o, bi¨®logo de la ONG Cooperacci¨®n, explica que ¡°las alteraciones en los fondos marinos han generado una descomposici¨®n del h¨¢bitat de los organismos bent¨®nicos (mariscos y otras especies), los cuales sirven de alimento a los peces¡±. Los pescadores, apunta, tendr¨¢n que desplazarse a otras zonas y entrar¨¢n en competencia con los de otros puertos.
La empresa acepta que ha afectado la fauna, por lo que est¨¢ compensando a los pescadores. En un comunicado remitido a Am¨¦rica Futura, Cosco se?ala que, adem¨¢s de dotaciones econ¨®micas, los apoyan con ¡°becas estudiantiles, revisi¨®n t¨¦cnica de las embarcaciones y programas de reconversi¨®n laboral¡±. Pero no todos quieren dejar su actividad y desarrollar oficios que nunca conocieron.
Adem¨¢s, hay temor por el real impacto en el ecosistema marino. El bi¨®logo Stefan Austermhule elabor¨® un informe donde hace varias observaciones a la Modificaci¨®n del Estudio de Impacto Ambiental (MEIA) realizado en 2020 para corregir el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) original, que data del 2013. Esta sola modificaci¨®n sugiere que el proceso ha sido problem¨¢tico.
Seg¨²n tal informe, la recuperaci¨®n del fondo marino demorar¨¢ entre 3 y 15 a?os, y no, como sostiene la empresa, en un lapso ¡°mayor a un a?o y menor a 10¡å. Austermhule sostiene que este lapso aumentar¨¢ si la compa?¨ªa realiza m¨¢s dragados.
Un humedal en el ojo de la tormenta
Austermuhle present¨® 50 observaciones al MEIA y dice que 29 de ellas no han sido levantadas. Adem¨¢s de las referidas al ecosistema marino y la fauna bent¨®nica, hay tres referidas al humedal Santa Rosa, un ecosistema muy cercano a la megainfraestructura. Tiene 78 hect¨¢reas y a¨²n es hermoso: cuenta con varios espejos de agua, un manto verde y cientos de aves revoloteando.
Este ecosistema alberga a 44 especies de plantas y 73 especies de aves, algunas de las cuales migran desde las zonas altoandinas, como el yanavico (Plegadis ridgwayi) y el pato puna (Anas puna). Otras, como la gaviota de Franklin (Larus pipixcans), vienen de Norteam¨¦rica. Desde 2020, el lugar es un ?rea de Conservaci¨®n Ambiental (ACA).
La bi¨®loga Beatriz Alc¨¢ntara, que hoy hace una consultor¨ªa sobre el humedal para Cosco, explic¨® en un estudio de 2009 que se trata de un sitio peculiar, pues tiene 44 especies de plantas nativas e introducidas, algo inusual en este tipo de ecosistemas. Agrega que no cree que el mayor problema sea el megapuerto, sino la presencia de otros agentes contaminantes.
Algo similar acota un estudio presentado en enero de este a?o por la Autoridad Nacional del Agua de Per¨² (ANA), que revela que existen nueve amenazas sobre el humedal, entre ellas el pastoreo de ganado ovino y vacuno, la descarga de desag¨¹es agr¨ªcolas, el arrojo de residuos s¨®lidos y la crianza de gallinas. ¡°Ninguno tiene que ver con el megapuerto¡±, enfatiza Alc¨¢ntara.
Williams Jurado, coordinador del Comit¨¦ de Vigilancia Ambiental del Humedal Santa Rosa, afirma que el ruido y el movimiento de tierras s¨ª ha afectado a las aves, y que varias ¡°se han ido m¨¢s al sur, ya no se ven tantas como antes¡±. Ese es el caso de la migratoria gaviota de Franklin, que, seg¨²n su testimonio, se queda ahora menos tiempo en el pantano.
Sin embargo, para la bi¨®loga Alc¨¢ntara, hay aves que se perturban m¨¢s por el sonido de un ave depredadora que por una explosi¨®n. Consultado al respecto Antonio Tovar, bi¨®logo de la Universidad Nacional Agraria La Molina, asegur¨® que, dependiendo de la especie, hay aves que se adaptan m¨¢s a la presencia humana que otras que, adem¨¢s, son muy sensibles a las explosiones.
Sin duda, el megapuerto de Chancay traer¨¢ beneficios para el pa¨ªs: el Gobierno estima que generar¨¢ 7.500 empleos directos e indirectos y posicionar¨¢ al Per¨² como un punto estrat¨¦gico comercial. Adem¨¢s, de acuerdo a la empresa especializada en gestionar cadenas de suministro Nowports, este reducir¨¢ los costos log¨ªsticos y aliviar¨¢ la congesti¨®n de El Callao, el puerto vecino a Lima.
El problema es que el discurso p¨²blico sobre el tema luce muy centrado s¨®lo en los beneficios econ¨®micos, como demuestran las recientes declaraciones de la presidente Dina Boluarte. Pero la bonanza no llega para todos. Melissa Izquierdo a¨²n espera un acuerdo entre ella y la empresa gestora de la obra para darle mayor asistencia a su hija, que sufre a diario como resultado de las explosiones. Arce, por su parte, est¨¢ preocupado por el futuro de su familia. El precio de los terrenos en Chancay se ha disparado de un d¨®lar el metro cuadrado a a 1.000 d¨®lares. Mientras se escucha el ruido de las operaciones y se observa el paso ruidoso de camiones por este pueblo antes m¨¢s tranquilo, ¨¦l reflexiona: ¡°Es posible que nos tengamos que ir de ac¨¢¡±.