Los campesinos que cuidan los canales incas para que Lima beba incluso cuando hay sequ¨ªa
Una comunidad de la sierra peruana lidera una iniciativa para resistir ante las impredecibles lluvias y el aumento de la temperatura. Su labor ayuda a suministrar agua a la capital de Per¨²
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Desde que tiene memoria, para Catalina Olivares Corpus el inicio de la temporada de lluvias es sin¨®nimo de abundancia, trabajo y prosperidad. ¡°El agua es la vida¡±, dice la agricultora de 88 a?os que vive en San Pedro de Casta, una comunidad campesina de la sierra de la regi¨®n de Lima, en Per¨². Pero, cuando las sequ¨ªas empezaron a prolongarse y el reservorio de agua ya no alcanzaba para abastecer a todos los hogares, entendi¨® que el clima y el cielo estaban cambiando.
Aunque es dif¨ªcil establecer una fecha exacta, Catalina Olivares calcula que las lluvias en San Pedro de Casta se volvieron impredecibles hace 20 a?os. ¡°El ¨²ltimo invierno comenz¨® a finales de diciembre. A veces, llueve un mes y al siguiente ya no. A veces llegan en enero y al a?o siguiente en marzo¡±, asegura Olivares. En la comunidad campesina ubicada a 3.000 metros de altura, donde viven alrededor de 240 familias, el cambio clim¨¢tico ha deteriorado progresivamente los cultivos de tub¨¦rculos, plantas medicinales y frutas.
Con el pasar de las d¨¦cadas, Catalina Olivares se percat¨® que la producci¨®n comenz¨® a disminuir. La cosecha de papa y habas, de las que depend¨ªa para alimentarse y eran su principal fuente de ingresos econ¨®micos, era cada a?o m¨¢s escasa. ¡°Vend¨ªamos hasta 40 costales de habas en Lima y 25 costales de papas al mes. Los a?os van pasando y ahora ni un sol ganamos de la papa. Ya no vendemos nada. Solo hay para comer¡±, se lamenta la agricultora.
El agua de las lluvias que almacenan los pozos municipales tampoco alcanza para abastecer a todos los hogares de la comunidad. Durante los meses de sequ¨ªa, los grifos funcionan entre las 5 y las 10 de la ma?ana, y luego durante un par de horas m¨¢s por la tarde. Los agricultores han establecido turnos para regar sus cultivos. Cada 20 d¨ªas, un grupo de 10 comuneros accede a su raci¨®n de agua. No tienen acceso a agua potable, pues La Atarjea, la planta de tratamiento que provee a Lima, se encuentra varias millas r¨ªo abajo.
El Servicio Nacional de Meteorolog¨ªa e Hidrolog¨ªa del Per¨² (Senamhi) registr¨® que, en los ¨²ltimos 50 a?os, las lluvias de la zona se intensificaron entre marzo y mayo, alterando las tendencias en los ciclos de las precipitaciones y el calendario agr¨ªcola. La instituci¨®n prev¨¦ que, entre 2036 y 2065, habr¨¢ un aumento generalizado de la temperatura y variaciones significativas en las precipitaciones anuales. ¡°Estos cambios podr¨ªan tener un impacto considerable en la salud humana, el rendimiento de los cultivos y la gesti¨®n de los recursos h¨ªdricos¡±, indica un informe del Senamhi sobre la variabilidad clim¨¢tica en el distrito de San Pedro de Casta.
El deterioro de los cultivos no es el ¨²nico rezago del cambio clim¨¢tico en la comunidad. ¡°Los j¨®venes se van cuando terminan su secundaria para buscar oportunidades de estudiar en Lima. Y muchos ya no regresan, se van a otras regiones o al extranjero. Ac¨¢ faltan oportunidades, quiz¨¢s la principal causa sea la falta de agua¡±, dice Victor Rojas Calixtro, alcalde distrital de San Pedro de Casta. El ¨²ltimo censo nacional que el Instituto Nacional de Estad¨ªstica e Inform¨¢tica (INEI) realiz¨® en 2017 indicaba que el grupo etario m¨¢s numeroso en la zona eran los adultos mayores de 65 a?os.
Catalina Olivares ha visto c¨®mo cuatro de sus seis hijos emigraron al extranjero una vez que acabaron la secundaria. ¡°Van a buscar trabajo, ?qu¨¦ va a ganar ac¨¢? Si no hay nada, ni comida. A veces sufrimos mucho¡±, dice Catalina. La Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones (OIM) ha identificado los desastres ambientales, la degradaci¨®n de los medios de subsistencia y otros efectos del cambio clim¨¢tico como uno de los factores que propician la migraci¨®n en las zonas rurales.
¡°Amor al agua¡±
En el 2016, Catalina Olivares y los otros 240 comuneros de San Pedro de Casta se propusieron sanar sus tierras ancestrales. Trabajaron junto con la ONG Aquafondo para rehabilitar las amunas, canales de riego prehisp¨¢nicos que recogen las lluvias y las filtraciones de los glaciares en lo alto de las monta?as para alimentar los r¨ªos. ¡°Todos vamos obligatoriamente a cuidar las amunas, sin ganar un medio. Es trabajo gratuito, es amor al agua¡±, dice Catalina.
En el siglo XIV, las comunidades incaicas construyeron con piedras y arcilla este sistema de irrigaci¨®n que bordea las monta?as de la sierra de Lima para regar los campos agr¨ªcolas del valle. Las amunas tambi¨¦n captan el agua de las quebradas para filtrarla en la tierra, una pr¨¢ctica conocida como siembra de agua. Ahora, los comuneros de San Pedro de Casta las han restaurado para luchar contra la creciente crisis h¨ªdrica y mitigar los efectos del cambio clim¨¢tico. En marzo ¨²ltimo, la organizaci¨®n The Nature Conservancy Per¨² estim¨® que las amunas proporcionan hasta un 32% del agua que consume la comunidad.
Los esfuerzos colectivos han dado sus frutos. Se han rehabilitado 66 kil¨®metros de amunas, indican las cifras m¨¢s recientes de Aquafondo. Estas proveen 10 millones de metros c¨²bicos de agua infiltrada a los r¨ªos Santa Eulalia y R¨ªmac, los principales afluentes de la ciudad de Lima, la capital del Per¨². ¡°Si no hici¨¦ramos este trabajo de infiltraci¨®n, Lima padecer¨ªa de agua¡±, asegura Eufronio Obispo, un agricultor de 72 a?os que particip¨® en los trabajos y ha sido seis veces presidente de la comunidad.
En Lima, la segunda ciudad des¨¦rtica m¨¢s grande del mundo, viven 10 millones de peruanos, registra el INEI. Debido a la escasez de precipitaciones, una de sus principales fuentes h¨ªdricas es el r¨ªo R¨ªmac, considerado uno de los m¨¢s deteriorados y contaminados del Per¨². La labor ecol¨®gica de los agricultores de San Pedro de Casta en beneficio de los r¨ªos les ha otorgado el t¨ªtulo de guardianes del agua de la ciudad.
Y es que la vida en la comunidad campesina se ha organizado desde tiempos inmemoriales para preservar el recurso que les permite subsistir. Todos los a?os, a mediados de octubre, se celebra la Fiesta del Agua o la Champer¨ªa, un conjunto de faenas comunales dedicadas a limpiar los canales de riego.
Hern¨¢n Cornejo Vel¨¢squez, antrop¨®logo y docente en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, asegura que las costumbres de la comunidad representan uno de los testimonios m¨¢s importantes del mundo andino prehisp¨¢nico. ¡°Pese al paso del tiempo y la modernidad, los registros hist¨®ricos indican que la celebraci¨®n de la Champer¨ªa es una tradici¨®n que se ha mantenido casi intacta por siglos¡±, asegura el investigador.
Victor Rojas Calixtro, alcalde del municipio de San Pedro de Casta, asegura que en los ¨²ltimos a?os han expandido los cultivos de palta, chirimoya, manzanos y membrillos, gracias al incremento de la provisi¨®n de agua.
En noviembre de 2024, el Ministerio del Ambiente (MINAM) aprob¨® la Estrategia Nacional frente al Cambio Clim¨¢tico para el a?o 2050, cuyo objetivo es guiar las pol¨ªticas estatales hacia la preservaci¨®n de los ecosistemas, la reducci¨®n de las emisiones de carbono y la mitigaci¨®n de los efectos del cambio clim¨¢tico.
Por su parte, el alcalde V¨ªctor Rojas indica que una de las prioridades de su gesti¨®n es construir un nuevo reservorio de agua. La Direcci¨®n General de Cambio Clim¨¢tico y Desertificaci¨®n del MINAM le indic¨® a Am¨¦rica Futura que, junto con la Autoridad Nacional del Agua (ANA) y el Gobierno Regional de Lima, eval¨²an implementar en la zona soluciones tecnol¨®gicas que eviten la erosi¨®n de las praderas y mejoren la infiltraci¨®n de agua.
Pero, en esta comunidad de la sierra, tienen claro desde hace tiempo que la recuperaci¨®n de sus saberes ancestrales es el camino a seguir. ¡°Los j¨®venes est¨¢n regresando, aperturando sus fronteras agr¨ªcolas con los frutales y trayendo tecnolog¨ªa. Algunos utilizan el riego tecnificado, aprovechan al m¨¢ximo el agua superficial. Hay esperanza de que se cumpla hemos so?ado desde siempre¡±, se?ala Eufronio Obispo.