Un cuarto de siglo de lucha para sanear un r¨ªo en Buenos Aires
Decenas de vecinos que llevan m¨¢s de 25 a?os peleando para el saneamiento del Riachuelo consideran que las medidas tomadas hasta ahora por las instituciones son ¡°puro maquillaje¡±
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Eva Duarte mira el r¨ªo con resignaci¨®n. En La Boca, un colorido barrio de Buenos Aires que en las ¨²ltimas d¨¦cadas se ha vuelto un gran atractivo tur¨ªstico, el cauce del Riachuelo luce sin la basura que lo caracteriz¨® durante m¨¢s de un siglo. Ya no hay barcos hundidos, embarcaciones abandonadas ni animales muertos, aunque un olor p¨²trido asoma al atardecer. Parece limpio, pero la contaminaci¨®n se mantiene igual que hace 25 a?os, cuando un grupo de vecinos de la cuenca que recorre 64 kil¨®metros encar¨® la lucha para lograr el saneamiento. Tras a?os de reclamos, los activistas alzan la voz por la protecci¨®n del ambiente y no dan por perdida la batalla, a pesar de las adversidades.
Cuando Duarte, nacida en Lan¨²s hace 37 a?os, regrese a su casa, en Villa Fiorito, una villa miseria en los suburbios de Buenos Aires conocida popularmente porque all¨ª naci¨® Diego Maradona, ver¨¢ un ¡°abandono total¡±. ¡°Suciedad, contaminaci¨®n de l¨ªquidos que liberan las f¨¢bricas ubicadas en la ribera, ning¨²n cuidado ambiental...¡±, describe. En su barrio afloran las enfermedades de la piel en ni?os y adultos. ¡°Est¨¢ todo en decadencia¡±, remata.
La historia de reclamos para sanear el Riachuelo comenz¨® hace m¨¢s de un cuarto de siglo. Un grupo de vecinos de Villa Inflamable, un asentamiento humilde que linda con el Polo Petroqu¨ªmico Dock Sud, en la zona sur del Gran Buenos Aires, fue a la Justicia para exigir el saneamiento. Beatriz Mendoza, una psic¨®loga social que trabajaba en una unidad sanitaria de la zona, encabez¨® el reclamo: recogi¨® testimonios de habitantes afectados por erupciones en la piel, dolores de cabeza y problemas respiratorios, y en 2004 present¨® una demanda junto a ellos contra el Estado y 44 empresas ubicadas a la vera del r¨ªo para que se revierta la contaminaci¨®n.
En 2008, la Corte Suprema argentina orden¨® sanear la cuenca. Desde entonces, hubo obras y tareas de limpieza a cargo de la Autoridad de Cuenca Matanza-Riachuelo (Acumar), que dise?¨® el Plan Integral de Saneamiento Ambiental, con el objetivo de ¡°mejorar la calidad de vida de los habitantes de la cuenca en todos sus componentes (agua, aire y tierra) y prevenir da?os con suficiente y razonable grado de predicci¨®n¡±, seg¨²n informaci¨®n oficial.
Para los activistas, las obras han sido insuficientes y, en gran medida, ¡°puro maquillaje¡±, seg¨²n Alfredo Alberti, el hombre de 79 a?os que preside la Asociaci¨®n de Vecinos de La Boca y reside en la zona hace 45 a?os. Para Alberti, ¡°la contaminaci¨®n del aire y el agua es la misma que antes de la decisi¨®n de la Corte¡±. En octubre de 2024, el m¨¢ximo tribunal puso fin al control que ejerc¨ªa sobre las obras, argumentando que su intervenci¨®n fue positiva para ¡°cumplir el prop¨®sito de generar la reforma estructural que resultaba imprescindible para alinear la actividad del Estado con los principios y derechos consagrados en la Constituci¨®n¡±. Para los vecinos fue un duro golpe.
Acumar ¡°est¨¢ en condiciones de ejecutar la pol¨ªtica p¨²blica¡±, dice el fallo, aunque los vecinos temen que, sin supervisi¨®n de la Corte y con el recorte presupuestario que sufri¨® el organismo en el primer a?o del Gobierno de Javier Milei, se paralicen las obras, se restrinjan los controles a las industrias contaminantes ¨Cprincipalmente curtiembres y alimenticias¨C y haya un retroceso en las mejoras de la ¨²ltima d¨¦cada y media. Seg¨²n la autoridad de la cuenca, la limpieza sigue en marcha, a pesar de que el organismo cuenta con el mismo presupuesto que en 2023, y contin¨²a la eliminaci¨®n de desechos t¨®xicos.
Lo cierto es que los niveles de contaminaci¨®n contin¨²an muy por encima de los l¨ªmites permitidos por la ley y se registra alta presencia de plomo, ars¨¦nico, mercurio y cromo. Andr¨¦s N¨¢poli, presidente de la Fundaci¨®n Ambiente y Recursos Naturales (FARN), asegura que la calidad del agua ¡°est¨¢ un poco mejor¡± que hace 16 a?os, cuando la Corte orden¨® el saneamiento, pero aclara que ¡°las sustancias m¨¢s importantes de contaminaci¨®n no han variado, porque las obras de infraestructura no est¨¢n en funcionamiento y ha desaparecido el control industrial¡±.
Hay dos obras fundamentales que, seg¨²n vecinos y organizaciones ambientales, llevan mucha demora: una planta de tratamientos de residuos cloacales y un polo industrial al que deber¨¢n mudarse todas las curtiembres de la cuenca Matanza-Riachuelo.
¡°La Justicia claudic¨®¡±
Como hace 25 a?os, los vecinos mantienen activa la llama del reclamo por el saneamiento del Riachuelo, que ya no capta gran atenci¨®n pol¨ªtica. Sin embargo, son cada vez menos y est¨¢n hartos y agotados. No han dejado de o¨ªr promesas infructuosas. Incluso, la exsecretaria de Recursos Naturales del Gobierno de Carlos Menem, Mar¨ªa Julia Alsogaray, lleg¨® a prometer que ser¨ªa saneado en 1.000 d¨ªas. ¡°Vamos a ir a pasear en barco, tomar mate, ba?arnos y pescar¡±, dijo. No ocurri¨®.
Sergio Gonz¨¢lez, un vecino nacido en Lan¨²s de 69 a?os, se sum¨® a la batalla hace m¨¢s de d¨¦cadas, preocupado por la contaminaci¨®n y las inundaciones que arrasaban barrios humildes. Conoci¨® a Alberti y otros vecinos en una asamblea que reuni¨® a m¨¢s de 300 organizaciones que exig¨ªan la limpieza del r¨ªo. Hoy reconoce que se ven menos residuos, pero dice que no alcanza, porque casi cinco millones de residentes de zonas linderas al Riachuelo conviven con industrias que arrojan sus desechos sin tratamiento y efluentes cloacales que terminan en el agua. ¡°Hay una desidia muy grande¡±, se queja.
Juana Dom¨ªnguez (68), vecina del asentamiento Villa Jard¨ªn, ubicado a 30 metros del r¨ªo, asiente y explica que los ni?os de su barrio crecen con problemas de aprendizaje, dificultades respiratorias y erupciones en la piel. ¡°Hay plomo en sangre¡±, alerta. Alberti navega en su memoria y recuerda los inicios de la pelea, cuando junto a otros vecinos recorr¨ªan las escuelas para concientizar. Tambi¨¦n acudieron a investigadores para determinar el estado del agua y el suelo y elevaron reclamos a las autoridades. ¡°Hoy la contaminaci¨®n est¨¢ probada, hay una sentencia judicial, pero seguimos sin respuestas. Cre¨ªmos que la Justicia iba a obligar a que se resuelva, pero claudic¨®¡±, dice enojado.
La impulsora de la causa, Beatriz Mendoza, lamenta el retroceso judicial: al enterarse del fallo de la Corte Suprema pens¨® que era un atentado a los Derechos Humanos. ¡°Los vecinos siempre construimos, logramos mejoras ambientales, construcci¨®n de viviendas, cloacas, espacios verdes y la llegada de servicio de luz el¨¦ctrica en la zona¡±, explica, aunque se apena: ¡°La producci¨®n industrial gana siempre, aunque los vecinos se contaminen¡±.
Una salida internacional
Los activistas han perdido la esperanza de que la Justicia argentina brinde una respuesta que garantice la limpieza de un r¨ªo hist¨®ricamente descrito como uno de los m¨¢s contaminados del mundo. Por eso, apelan a una ¡°salida internacional¡±. N¨¢poli, de FARN, adelanta que impulsar¨¢n una presentaci¨®n ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en reclamo por la ¡°denegaci¨®n de justicia y la falta de protecci¨®n de los derechos establecidos en tratados de Derechos Humanos¡±.
Eva Duarte, la m¨¢s joven del grupo, repite que no bajar¨¢ los brazos: ¡°No me voy a cansar de presentar reclamos¡±. Alberti est¨¢ decepcionado. ¡°Ya no queremos presentar m¨¢s notas. Ahora apelamos a una respuesta de los poderes judiciales internacionales. Hay un movimiento vecinal que resiste, pero poner el cuerpo es muy desgastante¡±, asegura.