Entre el bosque y la muerte en Paraguay
Denuncian el asesinato de un ind¨ªgena ayoreo que viv¨ªa en aislamiento voluntario en Paraguay
El cuerpo sin vida de un ind¨ªgena ayoreo fue encontrado al atardecer del ¨²ltimo y caluroso d¨ªa del a?o 2023 junto al tronco seco de un quebracho blanco en un camino de tierra de Paraguay. El cad¨¢ver acostado sobre espinosos arbustos ten¨ªa la piel de piernas y brazos cubierta de negro, como se pintan tradicionalmente los hombres del pueblo ayoreo que viven en aislamiento voluntario, bosque adentro. Estaba a las puertas del ...
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El cuerpo sin vida de un ind¨ªgena ayoreo fue encontrado al atardecer del ¨²ltimo y caluroso d¨ªa del a?o 2023 junto al tronco seco de un quebracho blanco en un camino de tierra de Paraguay. El cad¨¢ver acostado sobre espinosos arbustos ten¨ªa la piel de piernas y brazos cubierta de negro, como se pintan tradicionalmente los hombres del pueblo ayoreo que viven en aislamiento voluntario, bosque adentro. Estaba a las puertas del segundo bosque continuo m¨¢s grande de Am¨¦rica del Sur, el Gran Chaco, compartido con Argentina, Brasil y Bolivia.
Los ayoreo son el ¨²nico pueblo ind¨ªgena de Am¨¦rica fuera de la Cuenca Amaz¨®nica con integrantes viviendo sin establecer relaciones con la sociedad que les rodea, es decir, el Estado, las ONG, los evang¨¦licos, los cazadores furtivos, los antrop¨®logos o los youtubers. Algo solo posible en la Amazonia y en el Chaco, por la enorme masa boscosa que son ambas regiones desde antes de la colonizaci¨®n.
El domingo 31 de diciembre, alguien avis¨® por tel¨¦fono a la comisar¨ªa local y una foto empez¨® a circular en los grupos de WhatsApp del Chaco. As¨ª pas¨® la imagen a los tel¨¦fonos de los ayoreo y de otros pueblos ind¨ªgenas de la zona, tambi¨¦n de los paraguayos y de los menonitas, cuyas cooperativas ganaderas controlan parte de la seguridad y la infraestructura de la zona, a falta de presencia del Estado paraguayo. Un poco m¨¢s tarde, la foto y la noticia lleg¨® a las ciudades y a la Fiscal¨ªa.
Las piernas y brazos cubiertos de negro, como se pintan tradicionalmente los hombres del pueblo ayoreo para cazar en el bosque chaque?o lleno de espinas y caraguat¨¢s; de pumas y yaguaret¨¦s. Y la mitad superior del cuerpo, de la cintura para arriba, destrozada.
El t¨®rax abierto y perforado por las fieras demuestra que llevaba un tiempo all¨ª, a 1.800 metros de Lageranza¡¯i, una peque?¨ªsima localidad paraguaya en una de las ¨¢reas naturales m¨¢s v¨ªrgenes del continente y m¨¢s alejadas de los oc¨¦anos: en pleno territorio ancestral del pueblo ayoreo, oriundo de los bosques y lagunas de la frontera entre Bolivia y Paraguay.
¡°En cuanto vimos la foto y los dedos del pie completamente abiertos supimos que era un ayoreo aislado. Porque los aislados no usan zapatos y los dedos se abren. Adem¨¢s de la pintura negra tradicional y la pulsera en su brazo¡±, explic¨® a EL PA?S Guei Basui Picanerai, uno de los ocho jefes comunitarios que viajaron el 6 de enero hasta el lugar donde apareci¨® el cuerpo, a unas seis horas en coche desde la ciudad menonita de Filadelfia, la m¨¢s grande del Chaco paraguayo y a 14 horas de la capital, Asunci¨®n.
Los l¨ªderes de las cuatro organizaciones pol¨ªticas ayoreo aseguran que alguien le dispar¨® y huy¨® dejando el cuerpo sin auxilio. Por eso piden una ¡°profunda investigaci¨®n¡± a la Fiscal¨ªa, que por esos pagos apenas tiene agentes y que, cuando acudi¨® a levantar el cad¨¢ver el 2 de enero, no retir¨® pruebas como una mata de cabello que los l¨ªderes ayoreo encontraron despu¨¦s, seg¨²n cuenta Basui y muestra en v¨ªdeos en sus redes sociales.
¡°Exigimos que se tome en cuenta nuestra denuncia y exigimos participar de todo el proceso de investigaci¨®n. Todo el pueblo ayoreo est¨¢ muy triste porque puede ser alguno de los parientes que no fueron contactados que todav¨ªa viven en el monte¡±, escriben los l¨ªderes ayoreo en un comunicado enviado a la prensa esta semana.
El cuerpo apareci¨® cerca de un tajamar, un pozo donde los ganaderos acumulan el agua de lluvia, cerca de uno de los caminos polvorientos de la zona m¨¢s frondosa del Chaco paraguayo. All¨ª, un mill¨®n de hect¨¢reas del parque nacional Defensores del Chaco en Paraguay y otras cuatro millones de hect¨¢reas del parque Kaa Iya de Bolivia dan cobijo a los grupos de ayoreo que viven como antes de la colonizaci¨®n: n¨®madas, cazando y recolectando. Sus fronteras las dibuja el bosque.
¡°Mirando el cuerpo, pensamos que la persona trat¨® de cruzar el camino y tomar agua, pero se cruza con alguien ah¨ª, calculamos que con un estanciero. Quiz¨¢ se asusta y le dispara. Fue a la altura de la estancia Tr¨¦bol¡±, relata Basui por tel¨¦fono al regreso de su viaje a Lagerenza¡¯i.
¡°Pedimos que se respete el territorio y la forma de vida de nuestros parientes aislados que decidieron no salir de su bosque que es su mundo porque se sienten m¨¢s seguros ah¨ª. En Paraguay todav¨ªa varios grupos de ayoreo aislados viven en el bosque pero se destruye m¨¢s y m¨¢s y adem¨¢s no se respeta la vida de ellos¡±, a?aden los l¨ªderes de este pueblo de unos 5.000 integrantes entre Paraguay y Bolivia.
La fiscal¨ªa ha dicho que realizar¨¢ una prueba de ADN que podr¨ªa estar lista dentro de dos semanas. El cuerpo est¨¢ ahora en Asunci¨®n, seg¨²n los l¨ªderes ayoreo.
¡°Nuestro Ministerio P¨²blico no tiene la sensibilidad que debiera para intervenir de igual manera en los casos que tienen que ver con los pueblos ind¨ªgenas, aqu¨ª no se le da el mismo tratamiento y no se le da la misma celeridad no hay una acci¨®n decidida por su parte¡±, a?ade a EL PA?S, Miguel ?ngel Alarc¨®n, coordinador de la ONG Iniciativa Amotocodie, dedicada al acompa?amiento de la preservaci¨®n del pueblo, territorio y la cultura ayoreo.
?Qu¨¦ significa en aislamiento voluntario?
Los ayoreo han estado siempre en el coraz¨®n del Gran Chaco, viviendo en grupos de unas cincuenta personas, ejerciendo su derecho a la autodeterminaci¨®n, reconocido por el Sistema Interamericano de Derechos Humanos y por la propia Constituci¨®n paraguaya. En Am¨¦rica viven 120 pueblos ind¨ªgenas aislados, la inmensa mayor¨ªa en la frontera de Brasil con Venezuela, Colombia, Per¨² y Bolivia.
Los ayoreo, protegidos por su forma de vida n¨®mada, por el bosque y la sabana y por la suerte sobrevivieron a las expediciones europeas y las guerras modernas hasta bien entrado el siglo XX. Solo a partir de 1960 la obsesi¨®n de la organizaci¨®n evang¨¦lica estadounidense Nuevas Tribus, ahora rebautizada como Ethos 360, los enfrent¨® a nuestra realidad. Los evang¨¦licos los forzaron a salir, a veces pac¨ªficamente, otras veces no.
Otro de los l¨ªderes que acudi¨® a investigar la aparici¨®n del cuerpo es Porai Picanerai, de la comunidad de Chaid¨ª, que significa ¡°refugio¡± en idioma ayoreo, porque es donde se ha ido quedando en los ¨²ltimos 20 a?os muchos de los que fueron expulsados del bosque por misioneros y militares. C¨®mo ¨¦l mismo.
Porai Picanerai cuenta que los misioneros le forzaron a dejar su bosque y su familia en 1986. Porai relat¨® a EL PA?S c¨®mo Nuevas Tribus les oblig¨® a vivir en una reducci¨®n, donde muchos mor¨ªan por la falta de anticuerpos para las enfermedades de la sociedad envolvente y donde deb¨ªan dedicarse a trabajos semiforzados.
Hasta hoy, Porai y otros ayoreo luchan por titular su territorio, lo defienden y recorren, rebosante de aire caliente y tierra seca para documentar las invasiones y expulsar a los madereros y a los estancieros de ganado que pueden, como ha ocurrido ahora, encontrarse con alguno de sus familiares en aislamiento y matarlo.
Es tan grande el Chaco, que tambi¨¦n es uno de los lugares del planeta donde m¨¢s r¨¢pido avanza la deforestaci¨®n. Paraguay fue el pa¨ªs m¨¢s deforestado de Am¨¦rica del Sur desde 1990 hasta 2015, seg¨²n la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO). Ahora sigue en segunda posici¨®n, seg¨²n el sistema satelital Global Forest Watch (GFW).
Unas 250.000 hect¨¢reas de bosques son destruidas cada a?o aqu¨ª. Unas 1.400 hect¨¢reas por d¨ªa, unos siete ¨¢rboles por segundo, seg¨²n el c¨¢lculo de la ONG Guyra Paraguay. Para producir carne y para producir cuero de exportaci¨®n. (Hay dos pel¨ªculas de Paraguay que relatan muy bien este fen¨®meno y c¨®mo afecta a los ayoreo: Apenas el Sol, de Aram¨ª Ull¨®n y Eami, de Paz Encina).
Es tan grande el Chaco, que algunos cientos de ayoreo logran hasta hoy apartarse de las carreteras. De los camiones y de los buld¨®ceres amarillos que arrancan los ¨¢rboles de cuajo. Saben lo que hay fuera: guardias armados de estancias ganaderas, narcotraficantes y contrabandistas de madera, misioneros religiosos y fiscales corruptos. Y no les gusta. Especialistas en conservaci¨®n ambiental y antrop¨®logos de la ONG Iniciativa Amotocodie concuerdan con los ayoreo: su supervivencia depende de que se detenga la deforestaci¨®n en la zona y se garantice que su territorio ancestral siga siendo bosque. Y a ser posible, suyo.
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