Diablada, morenada y llamerada: las danzas folcl¨®ricas que dividen a Bolivia y Per¨²
El pa¨ªs andino denuncia ante la Unesco que su vecino se ha apropiado de bailes que en realidad tienen origen en su territorio
Bolivia y Per¨², dos pa¨ªses que alguna vez vez fueron uno solo, han reavivado una vieja pol¨¦mica que desata tensiones: la disputa por el origen de la diablada, la morenada y la llamerada, tres danzas folcl¨®ricas que se bailan en ambos territorios y que protagonizan festividades masivas de tradici¨®n. En el 2014, la Organizaci¨®n Bolivia de Defensa y Difusi¨®n del Folklore (Obdefolk) puso el grito en el cielo al enterarse de que la Unesco hab¨ªa aprobado el expediente de postulaci¨®n de la Festividad de Virgen de la Candelaria de Puno ¡ªuna regi¨®n peruana de la sierra sur que limita con La Paz¡ª para consagrarse como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, cosa que termin¨® sucediendo.
Aquella vez el presidente de Obdefolk, Napole¨®n G¨®mez, obtuvo una victoria p¨ªrrica: la Unesco oblig¨® al Gobierno peruano a reconocer que la danza, la m¨²sica y los trajes con que se festeja la Candelaria provienen de los pueblos de Bolivia, pero no pudo evitar que dicha festividad fuera investida. El tr¨¢mite ya estaba enrumbado y solo le qued¨® cuestionar a sus autoridades, pase¨¢ndose en diversos medios de comunicaci¨®n. Diez a?os despu¨¦s, emulando al c¨¦lebre militar franc¨¦s que lleva por nombre, ha desplegado una estrategia para revertir dicha designaci¨®n. En febrero envi¨® una carta a la Unescp en Par¨ªs, donde solicita la revisi¨®n del estatus de la Candelaria como Patrimonio Mundial y a la par ha creado una iniciativa con la aspiraci¨®n de convertirse en viral: que este 4 de agosto, en la v¨ªspera de la Independencia de Bolivia, por lo menos en ciento veinte ciudades dancen en se?al de protesta y lo difundan en sus redes.
¡°No se trata de reunir la mayor cantidad de bailarines, sino la mayor cantidad de ciudades y pa¨ªses¡±, se?alan. Han puesto como requisito que porten banderas bolivianas y carteles con el eslogan: Bolivianos contra el plagio en reclamo a la Unesco. Como m¨ªnimo deben ser tres parejas y puede ser en espacios abiertos o cerrados. No necesariamente deben ser en simult¨¢neo. Pero s¨ª causar el mayor el ruido posible. En tres meses de haber lanzado la campa?a aseguran contar con comitivas en poco m¨¢s de cien ciudades.
Lo curioso del asunto es que Napole¨®n G¨®mez no acusa directamente a los peruanos sino a los pune?os, con quienes comparte el lago Titicaca. ¡°La situaci¨®n nos llega al coraz¨®n de cada uno de los bolivianos, porque vemos tanta distorsi¨®n, tantos inventos. Los pune?os le mienten a los hermanos peruanos que son honestos y respetan a Bolivia y, adem¨¢s, le mienten al mundo¡±, dijo hace poco en una conferencia en Oruro, la regi¨®n que se atribuye la concepci¨®n de la diablada, la morenada y la llamerada. Esta vez la denuncia de Obdefolk cuenta con el soporte de la Asociaci¨®n de Conjuntos Folkl¨®ricos de Oruro (ACFO) y los dirigentes de la Festividad del Gran Poder y la Festividad de Chutillos en Potos¨ª.
¡°Es hora de que todos los bolivianos asumamos nuestra responsabilidad y hagamos de esto una causa nacional¡±, ha dicho Napole¨®n G¨®mez, quien espera sumar al Gobierno. Lo cierto es que su carta dirigida a la Unesco ha encontrado eco. En abril recibieron una respuesta firmada por Fumiko Ohinata, secretaria de la Convenci¨®n para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, donde sostienen que abordar¨¢n el tema en la decimonovena sesi¨®n del Comit¨¦ de Intergubernamental que se realizar¨¢ del 2 al 7 de diciembre en Asunci¨®n, Paraguay.
La respuesta peruana no se ha hecho esperar. Eladia Margot De la Riva Valle, vicegobernadora regional de Puno y presidenta del Comit¨¦ de Salvaguardia de la Festividad Virgen de la Candelaria, indica que no existe ning¨²n plagio y que tienen c¨®mo defender la autenticidad de las danzas pune?as. ¡°La diablada tiene su origen en Juli, una ciudad a orillas del Titicaca. No existe ninguna apropiaci¨®n, y lo vamos a demostrar¡±. Por su parte, el regidor de Puno, Henry Flores Villasante, ha anunciado que en los pr¨®ximos d¨ªas organizar¨¢n una conferencia de prensa con documentos en mano para sustentarlo. ¡°Si quieren debatir, vamos a debatir. Estamos en coordinaci¨®n con varios historiadores pune?os para hacerlo. Habr¨¢ una respuesta contundente. Estamos seguros de lo que defendemos. Al se?or Napole¨®n (G¨®mez) le vamos a dar Waterloo¡±, ha prometido con sorna.
Adem¨¢s, Flores Villasante, quien tambi¨¦n lidera la directiva que organiza la Candelaria, ha comunicado que est¨¢n preparando un contragolpe: un oficio a la UNESCO para que el Carnaval de Oruro, declarado como Patrimonio Cultural Inmaterial en el 2008, pierda su inscripci¨®n. ¡°El sustento de la ficha t¨¦cnica est¨¢ lleno de datos de Puno. C¨®mo pueden criticar a la Candelaria si ellos mismos han incurrido en una falta. Nosotros tambi¨¦n vamos a alcanzarle un documento a la Unesco, alzando nuestra voz de protesta porque ellos debieron ampararse en datos reales. Han utilizado datos de Ludovico Bertonio, misionero de Juli en el Virreinato del Per¨² y de cronistas peruanos como el Inca Garcilaso de la Vega. Debieron ce?irse a la verdad. Vamos a observar su ficha de candidatura¡±, ha amenazado.
Un antiguo ensayo del periodista boliviano Wilson Garc¨ªa M¨¦rida, director del diario digital Sol de Pando, contin¨²a siendo un vigente llamado a la cordura sobre este debate hist¨®rico. ¡°En el territorio andino que atraviesa la frontera republicana entre Bolivia y Per¨² (e incluso Chile), habitan pueblos quechua-aymaras que tienen una misma identidad cultural; sus expresiones religiosas, sus fiestas y sus modos de vida son exactamente las mismas (...) Los pasantes en ambos lados del Titicaca apellidan igual: Quispe, Choque, Mamani, Chambi, Condori¡; y no es que los peruanos nos robaron a los bolivianos hasta los apellidos. Los mismos colores y sabores, las mismas polleras y los mismos rostros de bronce, id¨¦nticos ritmos y matices locales son casi imperceptibles¡±. Lo que suceder¨¢ en los pr¨®ximos meses no pinta para ser tan sensato.
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