Rosario Murillo purga a ¡®El Mapache¡¯, el leal jefe de la escolta personal de Daniel Ortega
El comisionado Marcos Alberto Acu?a Avil¨¦s fue destituido tras un altercado con la ¡®copresidenta¡¯ de Nicaragua, que dirige una campa?a de ¡°compactaci¨®n del Estado¡±
Ascendi¨® en el escalaf¨®n policial bajo su sombra protectora y, pronto, se convirti¨® en su sombra. Eran poqu¨ªsimos los movimientos del nicarag¨¹ense, Daniel Ortega en los que no estuviera, flanqueando su espalda, el comisionado Marcos Alberto Acu?a Avil¨¦s, protegi¨¦ndolo a menos de un brazo de distancia y coordinando como jefe la escolta personal presidencial. Un trabajo casi a tiempo completo y que hac¨ªa, seg¨²n fuentes policiales, con ¡°dedicaci¨®n total¡± al caudillo sandinista. Entre las filas de la Polic¨ªa Nacional lo llaman El Mapache, debido a ese antifaz que el cansancio le fue pintando alrededor de sus ojos durante los 25 a?os que le sirvi¨® al mandatario se?alado por un grupo de expertos de Naciones Unidas de comandar cr¨ªmenes de lesa humanidad.
En las fotos de Ortega que la propaganda sandinista distribuye, siempre aparece, casi en el mismo primer plano, el comisionado Acu?a con walkie talkies dando ¨®rdenes a sus subordinados¡ o con un fusil cruzado sobre el pecho en las tarimas enfloradas al gusto de la copresidenta Rosario Murillo quien, el pasado 24 de julio, se convirti¨® en su verduga.
El Mapache fue destituido por ¨®rdenes expresas de Murillo, seg¨²n Confidencial, el medio de comunicaci¨®n que revel¨® la ca¨ªda del oficial de alto rango. Horas despu¨¦s de la publicaci¨®n de la redacci¨®n dirigida por el periodista Carlos Fernando Chamorro, la Polic¨ªa Nacional emiti¨® un comunicado se?alando al comisionado Acu?a de ¡°desobedecer flagrantemente ¨®rdenes superiores, poniendo en riesgo la seguridad ciudadana¡±.
¡°En consecuencia y de conformidad a lo establecido en la Ley 872 [Ley de la Polic¨ªa Nacional] y sus reformas, se le impuso baja deshonrosa y ser¨¢ juzgado por el delito de incumplimiento de deberes, desobediencia e insubordinaci¨®n¡±, indic¨® la cuestionada instituci¨®n policial.
¡°La misma noche de su destituci¨®n¡±, narra Confidencial, ¡°Acu?a fue internado en el hospital Carlos Roberto Huembes, que atiende a la Polic¨ªa Nacional, para que lo estabilizaran, porque se le hab¨ªa subido la presi¨®n¡±. Desde entonces permanece incomunicado en el centro sanitario, custodiado por oficiales.
Ascenso y lealtad
El comisionado Acu?a era parte del equipo de seguridad de Daniel Ortega desde los a?os noventa. Durante toda esa d¨¦cada, como oficial, se gan¨® la confianza del caudillo sandinista quien, en ese entonces como opositor, siempre mantuvo influencias en la Polic¨ªa Nacional. En enero de 2007, cuando Ortega regres¨® al poder, El Mapache se convirti¨® en el jefe de la escolta presidencial, una unidad policial que no deja de crecer en n¨²mero cada a?o.
Entre 2008 y 2010, Acu?a logr¨® ser ascendido a subcomisionado, comisionado y posteriormente a comisionado mayor. Un trayecto profesional que, seg¨²n un oficial retirado de la jefatura policial consultado por EL PA?S, debi¨® costarle unos tres quinquenios¡ pero la lealtad a Ortega lo catapult¨®.
Otras fuentes policiales coincidieron que el comisionado conoc¨ªa todos los movimientos de Ortega. Era su guardaespaldas de confianza, el preferido y el mandatario se sent¨ªa c¨®modo con ¨¦l. ¡°Un oficial muy profesional, de trato educado y respetuoso, con dedicaci¨®n total a ¨¦l y no a ella, Rosario Murillo¡±, dijo por su parte a Confidencial un exfuncionario del Gobierno sandinista.
El ascenso final del comisionado Acu?a en el escalaf¨®n policial ocurri¨® en 2014, cuando ¨Cjunto a otros comisionados leales y encargados de la represi¨®n de opositores¨C, Ortega le dio el grado de comisionado general a trav¨¦s del Acuerdo Presidencial 160-2014. El m¨¢ximo reconocimiento para un oficial en la Polic¨ªa Nacional. Por eso, entre la oficialidad, caus¨® estupor la ca¨ªda de El Mapache.
Las fuentes policiales citadas por Confidencial sostienen que la destituci¨®n del comisionado general Acu?a est¨¢ relacionada a las ¡°relaciones de tensi¨®n¡± que manten¨ªa en los ¨²ltimos meses con la copresidenta Murillo. ¡°La ca¨ªda de Acu?a, ordenada por Murillo, se produjo despu¨¦s de una discusi¨®n con la vicepresidenta el 24 de julio, en torno a una situaci¨®n y un tema que no pudieron identificar¡±, asegura el medio de comunicaci¨®n.
¡°Acu?a siempre estuvo en la Direcci¨®n de Seguridad Personal, que es la que se encarga de la protecci¨®n de personalidades. Desde muy temprano entr¨® al cuerpo de escoltas de Daniel Ortega. Usualmente es un grupo de ¨¦lite y en el que no hay mucha rotaci¨®n, porque en esos grupos de escoltas lo que prevalece son las relaciones personales muy cercanas que se construyen; de muy alta confianza¡±, explica el oficial retirado de la jefatura policial. ¡°Este muchacho creci¨® y se promovi¨® a la sombra de Ortega. Es alguien sumamente cercano. Entonces lo que yo veo, lo que sucedi¨® con el comunicado que sac¨® la Polic¨ªa, es que la que controla todo alrededor de Ortega es Rosario Murillo. Est¨¢ virtualmente secuestrado por ella. Es decir, quien tendr¨ªa la voz de mando, la autoridad sobre Acu?a ser¨ªa Ortega¡ a esas personas no las cambian as¨ª por as¨ª, a menos que ocurra algo muy especial¡±.
Purgas y ¡°compactaci¨®n del Estado¡±
La destituci¨®n del comisionado general Acu?a ocurre en un momento de purgas en las instituciones de gobierno. Desde hace m¨¢s de un a?o, fuentes sandinistas sostienen que la copresidenta Murillo ha ordenado las defenestraciones de decenas de altos funcionarios sandinistas, incluida la presidenta de la Corte Suprema de Justicia, Alba Luz Ramos. La mayor¨ªa de los destituidos ¡°eran leales a ¨¦l y no a ella¡±.
La gran purga de Murillo, con la venia de su esposo, se enmarca en el proyecto de sucesi¨®n familiar del poder. Ella ha purgado a funcionarios que no gozan de su absoluta confianza ¨Co que le parece que ya no le son leales¨C para sustituirlos. De manera que, cuando sea el momento de ejecutar la sucesi¨®n din¨¢stica, en la que el ¡°delf¨ªn aupado¡± por Murillo es su hijo Laureano Ortega Murillo, no encuentre detractores. Esa es la conclusi¨®n que sacan analistas pol¨ªticos y opositores.
La semana pasada, en medio de la destituci¨®n de funcionarios (muchos por supuestos casos de corrupci¨®n), la Presidencia anunci¨® ¡°una compactaci¨®n del Estado¡±. Un ¡°reordenamiento, reestructuraci¨®n y redise?o¡± en las diferentes instituciones gubernamentales. Algo que ha generado diversas interpretaciones. La primera es que la ¡°barrida¡± masiva de funcionarios estar¨ªa en sinton¨ªa con una recomendaci¨®n del Fondo Monetario Internacional (FMI) para reducir la deuda p¨²blica.
Otra hip¨®tesis es que las finanzas estatales est¨¢n en crisis o que la Presidencia pretende ejercer un mayor control en las ejecuciones presupuestarias debidos a los supuestos casos de corrupci¨®n denunciados extraoficialmente.
En el comunicado oficial sobre ¡°la compactaci¨®n del Estado¡±, el Gobierno alega ¡°ahorro y eficiencia en el gasto y la gesti¨®n p¨²blica¡±. Sin embargo, los cr¨ªticos consideran que tambi¨¦n la medida est¨¢ orientada a limpiar las planillas de funcionarios p¨²blicos que no han demostrado suficiente lealtad al proyecto de sucesi¨®n din¨¢stica que empuja la pareja presidencial, en especial la copresidenta Murillo.
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