Alexander Mercado-Huerta, antrop¨®logo: ¡°La realidad peruana est¨¢ tan llena de absurdos que no necesitamos modificarla para que nos d¨¦ risa¡±
Estudioso del humor, el antrop¨®logo Alexander Huerta-Mercado reflexiona sobre Per¨² a partir de las frases c¨¦lebres de sus personajes populares en su libro ¡®Derramaba lisura¡¯
La mayor¨ªa de frases de la cultura popular cargan con el estigma de haber actuado como cortinas de humo para disipar o desviar la atenci¨®n de alg¨²n entripado pol¨ªtico. Esa mala fama no las priva de tener el poder de perfilar a una sociedad ni de la vitalidad de la que gozan en cada mesa y en cada esquina. Inspirado en el verso de la m¨ªtica Chabuca Granda, Derramaba lisura (Planeta), la ¨²ltima entrega del antrop¨®logo Alexander Huerta-Mercado (Lima, 55 a?os) es una aproximaci¨®n a la peruanidad desde la iron¨ªa, el chisme y lo delirante. En definitiva, sobre c¨®mo se ha tejido el imaginario colectivo de un pa¨ªs fragmentado, informal y en constante ebullici¨®n.
A inicios del a?o 2000, el congresista Gerardo Saavedra Mesones, del extinto partido Per¨² Posible, en un rapto involuntario de sinceridad, jur¨® ¡°por Dios y por la plata¡±, despertando las risas del hemiciclo. Por esos a?os tambi¨¦n la animadora de televisi¨®n Laura Bozzo, acusada de exportar la degradaci¨®n del peruano de a pie, acu?¨® una cari?osa frase que sol¨ªa anticipar la llegada de un infiel a su set: ¡°Que pase el desgraciado¡±. A Reimond Manco, promesa rota del f¨²tbol peruano, una saliente, hambrienta de fama, le adjudic¨® una frase que enalteci¨® su humildad: ¡°T¨®came que soy realidad¡±. Sabidur¨ªa concentrada de un pol¨ªtico, una conductora de talk shows y un futbolista.
Frente a Palacio de Gobierno, desde una mesa del Cordano, bar centenario donde confluy¨® la bohemia lime?a, Alexander Huerta-Mercado ¡ªbarba blanca, pashmina rojinegra, sombrero de ala ancha¡ª disecciona al Per¨², con la genuina curiosidad de quien visit¨® un centenar de veces Trampol¨ªn a la fama ¡ªprograma de televisi¨®n que se mantuvo durante 30 a?os al aire¡ª para comprender por qu¨¦ muchos ciudadanos se dejaban humillar a cambio de un tarro de leche, un pote de pintura o un litro de aceite. ¡°Era una masacre al orgullo a cambio de un premio menor, pero all¨ª descubr¨ª que la gente pensaba que salir en televisi¨®n, as¨ª fueras el hazmerre¨ªr, era una forma de trascender, de sentirse importantes en una sociedad donde eran an¨®nimos¡±, explica.
Pregunta. ?Por qu¨¦ cazar y estudiar el fraseo de la cultura popular peruana?
Respuesta. Porque muchas veces se quiere explicar al Per¨² desde una perspectiva lejana, cuando deber¨ªamos hacerlo desde nosotros mismos. El lenguaje crea la realidad. Al lenguaje popular se le acusa de generar distracci¨®n, ignorancia y baja cultura, pero pienso que estar¨ªamos negando algo que nos atraviesa y que consumimos todos. No se trata de c¨®mo quisi¨¦ramos ser, sino de c¨®mo somos. Es tiempo de acercarnos a lo que pertenecemos, y no tanto a lo que pregonan las ¨¦lites. Lo que nos hace re¨ªr tal vez esconda lo que reprimimos. Es una forma interesante de vernos en el espejo.
P. ?De qu¨¦ nos re¨ªmos los peruanos?
R. De la humillaci¨®n. Tenemos un humor agresivo. Nuestros c¨®micos callejeros m¨¢s que burlarse de s¨ª mismos, se burlan de su p¨²blico. La gente est¨¢ ansiosa de ver a qui¨¦n destruyen para estallar en risas. La burla es una forma permitida de agredir y como tenemos una convivencia de todas las sangres no resuelta, el conflicto fluye en los chistes.
P. Chistes impregnados de discriminaci¨®n¡
R. As¨ª es. Todav¨ªa tenemos una mentalidad colonial donde el racismo sigue existiendo y quienes viven en el campo siguen siendo marginados. El prejuicio hacia quien no se adscribe a las cuestiones de la ciudad permanece. Lamentablemente durante mucho tiempo hemos tenido un humor vertical, de arriba hacia abajo, de burla al d¨¦bil, al necesitado, al pobre. En doscientos a?os de independencia los cambios sociales en el Per¨² han sido lentos, y lo que m¨¢s nos ha costado es modificar nuestra mentalidad.
P. En el libro proyectas el Per¨² en la historia del zorro llamado Run Run que desat¨® una b¨²squeda generalizada en Lima y que fue comprado por una familia que cre¨ªa que era un perro. Cito: ¡°Hemos sido sometidos a un proceso de adaptaci¨®n impuesto desde arriba para terminar encerrados en un entorno que tiende a ser urbano y donde nos vemos obligados a adaptarnos a patrones ajenos¡±.
R. A ver, tenemos que tener en cuenta que durante tres siglos hemos sido colonia, y solo llevamos dos siglos imperfectos de independencia. Hemos sido comparados con patrones europeos y por eso tambi¨¦n solemos bromear con nuestra impuntualidad. Nos han querido someter a modelos a los que tal vez no pertenecemos. Los h¨¦roes que nos han impuesto o son militares o son m¨¢rtires masacrados en guerras. Somos todav¨ªa un pa¨ªs en b¨²squeda de identidad.
P. ?Qu¨¦ es la peruanidad hoy en d¨ªa?
R. No hay una peruanidad, sino varias. Ese es el detalle. No somos un pa¨ªs, sino un peque?o continente, donde lo que m¨¢s nos ha unido ha sido nuestra inconformidad con el Estado. Estamos bastante fragmentados, somos como una gelatina sin cuajar. Nuestra democracia ha sido bastante fr¨¢gil y hemos tendido a elegir gobiernos m¨¢s bien dictatoriales. Durante mucho tiempo hemos sacrificado orden por democracia. Como naci¨®n seguimos en transici¨®n y en proceso de cuajar.
P. De todas las frases se?alas que hay una que solo funciona si la pronuncia su autor. El ¡°?No vayan!¡± del c¨®mico Pablo Villanueva, Melcochita...
R. Hay varias teor¨ªas del humor. Como humillaci¨®n; v¨¢lvula de escape, que es una manera de decir cosas que as¨ª nom¨¢s no dir¨ªas; la incongruencia, lo que te genera sorpresa; y el ritmo fren¨¦tico. Lo que llama la atenci¨®n del ¡°?No vayan!¡± es la contradicci¨®n, porque deseas que asistan a tu evento, pero lo haces pidiendo lo contrario. Pero sobre todo el ritmo fren¨¦tico con el que lo dice Melcochita que genera alegr¨ªa. No en vano es un sonero. El absurdo nos gusta. La realidad peruana est¨¢ tan llena de absurdos que no necesitamos modificarla para que nos d¨¦ risa. As¨ª que esta entrevista: ?no la lean! (risas).
P. Ya veremos qu¨¦ tanto caso le hacen¡
R. Es una frase muy p¨ªcara, pero m¨¢s all¨¢ de eso el ¡°?No vayan!¡± es la representaci¨®n de lo absurdo que puede ser la vida en un pa¨ªs que fue insertado a la modernidad como meter un masmelo en una alcanc¨ªa. Estamos repletos de informalidad. Somos dif¨ªciles de domesticar. El periodista uruguayo Emilio Lafferranderie dec¨ªa: ¡°Si dicen que los chanchos vuelan en el Per¨², quiz¨¢ sea cierto¡±.
P. Hace unos a?os pegamos un hit a nivel internacional: Mi bebito fiu fiu, un mix del productor musical Tito Silva, quien se inspir¨® en una frase de la supuesta amante del expresidente Mart¨ªn Vizcarra. ?C¨®mo conciben los peruanos el amor?
R. El concepto de amor que tenemos en el Per¨² es dulce, rosado. Creemos que merecemos un amor de tarjeta de D¨ªa de San Valent¨ªn o de un poema amoroso de Gustavo Adolfo B¨¦cquer. De cogernos de la mano y ver la puesta de sol. Es una idealizaci¨®n de telenovela. Un amor que se basa mucho en el cristianismo que todo lo aguanta. En el caso de Vizcarra fue el presidente de la pandemia y hasta entonces se ve¨ªa serio y distante. El mix peg¨® porque se ve una dimensi¨®n de una masculinidad dulce y vulnerable, contraria a la idea que hemos construido del hombre rudo, del macho peruano. Es interesante c¨®mo la cultura popular nos est¨¢ reclamando ser m¨¢s bebitos fiu fiu y menos machos alfa.
P. Sostienes que el ¡°?que pase el desgraciado!¡± de Laura Bozzo es un tipo de escarnio p¨²blico que hab¨ªa desaparecido en la ¨¦poca colonial y en la Inquisici¨®n¡
R. Antes se exhib¨ªa al cuerpo del culpable, incluso se le colgaba en la plaza hasta que los buitres se lo comieran. Hoy se le encierra en la c¨¢rcel. Esta frase supone, efectivamente, una humillaci¨®n p¨²blica que nos recuerda esas ¨¦pocas, donde la mirada ajena es el eje del castigo. Eso se ha potenciado con el Internet y las redes sociales. Nuestra imagen es algo que atesoramos y la verg¨¹enza es la moneda que pagamos ante la vigilancia social. Es el miedo al qu¨¦ dir¨¢n.
P. ?Pens¨® en incluir alguna frase de la presidenta Dina Boluarte o es que acaso no nos ha regalado frases ic¨®nicas?
R. Ella dijo: ¡°Soy la madre de los peruanos¡±. Pero no creo que haya tenido una actitud muy maternal que digamos respecto a la violencia que ha ejercido su Gobierno. El asunto de ser la madre de los peruanos es una cuesti¨®n bastante delicada, porque somos un pa¨ªs sumamente machista, donde a la mujer se le conden¨® a ser el honor de la casa. O ser virgen o ser madre, en una suerte de reino y c¨¢rcel. Exige un an¨¢lisis que, seguramente, incluir¨¦ en una segunda edici¨®n. Pero me parece que no se debe jugar con ese tipo de simbolog¨ªas. Sus actitudes represoras la desdicen.
P. ?¡±Vive la vida y no dejes que la vida te viva¡±, de Susy D¨ªaz, una mujer que alcanz¨® una curul en el Congreso pint¨¢ndose el n¨²mero con el que postul¨® en las nalgas, es la frase que mejor nos define?
R. El hoy es algo que define nuestra cultura m¨¢s que otras cosas. El ahora o nunca. Vivimos el presente. No podemos dejar que la vida nos viva, porque nunca hemos tenido un ma?ana muy claro. Necesitamos estar conscientes de que estamos vivos constantemente. Por eso nuestra intensidad, nuestra comida callejera que nos da energ¨ªa barata para seguir.
P. La ¨²ltima: ?por qu¨¦ casi todas las frases son de lime?os, de citadinos?
R. Te concedo la cr¨ªtica. Pero tienes que pensar que son los criollos quienes manejan la palabra hablada en la esfera p¨²blica. Lamentablemente es as¨ª.
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