¡°Cazando al mamut¡±: una conversaci¨®n con Alexandre Arrechea
El artista multidisciplinar que vive entre Miami y Madrid nos habla de sus megaproyectos recientes, como el dise?o escenogr¨¢fico y de vestuario para Back Sabbath: The Ballet del Birmingham Royal Ballet, su retrospectiva Intersected Horizons en el MoLAA de California y ¡®un caballo de Troya¡¯ en Art Basel Miami Beach
Con una silueta de perfil tan ic¨®nica y distinguible como la de Hitchcock (a la Don King), incansable y ubicuo, Alexandre Arrechea es uno de los artistas m¨¢s laboriosos y omnipresentes de la escena internacional. Parte de su ¨¦xito consiste en romper la ¡°cuarta pared¡±, interactuando con el p¨²blico fuera de las galer¨ªas en los escenarios m¨¢s diversos. Por eso, aunque a alguno se le escape su nombre, es probable que guarde reminiscencias de obras suyas como Black Sun (2010), videoproyecci¨®n de una bola de demolici¨®n golpeando la torre NASDAQ en una de las vallas publicitarias de Times Square; su serie de esculturas de gran formato ¡°No Limits¡± (2013) reinterpretando algunos de los edificios m¨¢s emblem¨¢ticos del skyline neoyorquino erigidas a lo largo de la c¨¦ntrica Park Avenue, o sus monumentales Katrina Chairs, en memoria de las v¨ªctimas y damnificados del hurac¨¢n Katrina, que se robaron los spotlights en el famoso festival Coachella en 2016.
A lo largo de los a?os, Arrechea ha participado en varias ediciones de Art Basel Miami Beach (ABMB) con alguna de las galer¨ªas que lo representan, como la brasile?a Nara Roesler que tambi¨¦n tiene un espacio en Nueva York, pero algunas de sus piezas m¨¢s memorables son precisamente proyectos colaterales a la importante feria floridana, como Dreaming with Lions una instalaci¨®n comisionada por Faena en la zona de playa frente al hotel como parte del Miami Art Week 2020, con dos estanter¨ªas semicirculares ubicadas a una distancia de 62 pies de di¨¢metro, repletas de tollas rojas y blancas dobladas y apiladas como pixeles, con las que reproduc¨ªa citas tomadas de El viejo y el mar, de Ernest Hemingway¡ªuna estructura visible desde mi avi¨®n de regreso a Nueva York¡ª o Hexagon Garden, una exhibici¨®n inmersiva que transportaba la Villa Balmain al metaverso, comisionada para ABMB por la casa de moda francesa en el 2022.
¡°Una de las cosas que m¨¢s me atraen de Art Basel es el hecho de que sucedan tantos proyectos colaterales simult¨¢neos o que piensan el espacio de Miami como una plataforma a¨²n mayor que la propia feria¡±, explica el artista. ¡°Todo el mundo dice, ¡®estoy en Art Basel¡¯, aunque est¨¦n en alguna esquina o feria sat¨¦lite. Esa capacidad del branding de Art Basel que se extiende a territorios que lo trascienden a trav¨¦s del imaginario popular a m¨ª me parece fabulosa, la apropiaci¨®n que hace la gente de la plataforma que ofrece. Por lo que ¡®estoy en Art Basel¡¯, en realidad quiere decir ¡®estoy en Art Miami, pero esto es Art Basel¡¯. A m¨ª eso me encanta, porque le da una especie de democratizaci¨®n al evento en el que estar dentro o fuera del pabell¨®n de exposiciones no significa mucho. Art Basel es algo que est¨¢ en el aire, un olor que todo el mundo respira¡±, a?ade riendo.
Este a?o Arrechea tambi¨¦n se acerca a la magna cita del arte de manera oblicua pero no por eso menos espectacular. ¡°LeBron James tiene una marca de ropa deportiva con unos amigos de su infancia, que se llama UNKNWN, que ha abierto una tienda en Miami, en el Design District¡±, dice. ¡°Tienen una en Akron (Ohio), que es de donde es ¨¦l, y est¨¢n ahora en proceso de expansi¨®n. Un amigo com¨²n les cuenta sobre mi pieza Orange Functional (un ¨¢rbol cuyas ramas son canastas de b¨¢squetbol) y cuando la ven dicen: ¡®?Y esto qu¨¦ es? No, nosotros queremos esto¡¯. Entonces tenemos una reuni¨®n con los directivos que est¨¢n interesados en sacar una edici¨®n de ropa que incluya esta imagen de mi ¨¢rbol¡±, revela el artista.
¡°Al principio ten¨ªamos la idea de plantar un ¨¢rbol como parte de la identidad de la tienda en una cancha anexa, donde hacen exhibiciones y competencias de streetball, pero por el momento vamos a montar algunas im¨¢genes del proceso de fabricaci¨®n e instalaci¨®n de la pieza en una pantalla enorme que tienen, para darle contexto y que la gente se acerque con m¨¢s curiosidad¡±, contin¨²a explicando. ¡°Y entonces, bueno, nada, yo aprovecho justamente esa cobertura que proporciona Art Basel e intento dar lo mejor de m¨ª en esos d¨ªas en el escenario en el que est¨¦. Esta vez va a ser en esa tienda UNKNWN, pero tengo mucha ilusi¨®n, justamente porque es como como yo digo, estas oportunidades son caballos de Troya. T¨² los cuelas ah¨ª y ellos despu¨¦s generar¨¢n quien sabe qu¨¦ historia¡±.
Estos meses han sido particularmente agitados para Arrechea, que est¨¢ celebrando el vig¨¦simo aniversario de su carrera como artista independiente, luego de una d¨¦cada en el colectivo Los Carpinteros, y que el pasado 10 de septiembre inaugur¨® una retrospectiva ¡°Alexandre Arrechea: Intersected Horizons¡± en el Museum of Latin American Art (MoLAA) en California. ¡°Este aniversario coincide, adem¨¢s, con el cierre de un ciclo de mi trabajo¡±, cuenta. ¡°Al principio ten¨ªa miedo de colocar una obra del 2005 a dialogar con una del 2022, porque hay un puente largu¨ªsimo, pero me ha ayudado a ver mi trayectoria de manera mucho m¨¢s clara, como realmente fue todo sucediendo y para m¨ª fue gratificante ver una pieza como White Corner (2006), la videoinstalaci¨®n con el bate y el machete, en relaci¨®n con las m¨¢scaras del 2019, por ejemplo. Yo dec¨ªa: ¡®Claro, la esquina se mantuvo, la esquina evolucion¨®, la esquina se convirti¨® en una nueva identidad¡¯. Cuando hice White Corner llevaba tres a?os separado del proyecto de Los Carpinteros, debati¨¦ndome sobre qui¨¦n era, si era un colectivo o un individuo, y qu¨¦ me defin¨ªa. Toda esa cuesti¨®n existencial en la que uno se mete, encerrado en el cuarto de tu casa, trabajando, sin querer mostrar nada porque te sientes inseguro. Y entonces dije: ¡®bueno, voy a mostrar esa inseguridad, voy a mostrar esa desnudez¡¯. Por eso estoy sin camisa, desprovisto, en esa batalla conmigo mismo, separado por esa esquina interior de la habitaci¨®n, pero proyectada hacia afuera¡±, explica del proceso de producci¨®n de esa pieza bisagra donde se advierte un elemento arquitect¨®nico que ser¨¢ central en series posteriores.
¡°De hecho, en el video se ven los tomacorrientes, para que se entienda que es una pared interior, no exterior¡±, a?ade. ¡°Con el tiempo, las otras esquinas exteriores que hab¨ªa ido fotografiando por a?os las convierto en estas m¨¢scaras. Entonces, cuando recorres ininterrumpidamente la exhibici¨®n del MOLAA ves como una cosa me llev¨® a la otra y realmente hay un di¨¢logo bastante coherente entre las obras¡±.
Otro de los grandes hitos de su carrera, en un momento en que tiene la energ¨ªa creativa y la madurez para continuar desafi¨¢ndose a s¨ª mismo y aprovechando nuevos medios es su primer trabajo como dise?ador escenogr¨¢fico y de vestuario para Black Sabbath: The Ballet. La pieza en tres actos que fusiona por primera vez ballet cl¨¢sico y rock, es una comisi¨®n de Ballet Now, ideada y dirigida por el visionario Carlos Acosta, en la que Arrecha colabor¨® con el core¨®grafo sueco Pontus Lidberg y un equipo creativo multinacional que incluye a los core¨®grafos Ra¨²l Reinoso y Cassi Abranches, el compositor Christopher Austin, el dramaturgo Richard Thomas y el dise?ador de iluminaci¨®n Kieron Johnson, entre otros. Su estreno mundial en el Hip¨®dromo de Birmingham, antes de la puesta en Londres, fue rese?ado por la cr¨ªtica de ballet de The Guardian, Lyndsey Winship, como ¡°un espect¨¢culo absolutamente ¨²nico y que vale la pena ver¡±.
¡°El gran desaf¨ªo era captar el esp¨ªritu de Black Sabbath sin caricaturizar, sin que fuera grotesco, porque se pod¨ªa correr ese riesgo¡±, cuenta Arrechea. ¡°Acu¨¦rdate que estamos haciendo algo por primera vez que est¨¢ cambiando las reglas del ballet cl¨¢sico y no quer¨ªamos excedernos, mantener ese car¨¢cter l¨²dico del heavy metal sin pasarnos de la raya. Entonces, hubo un momento en el que cay¨® sobre el dise?o el balance de toda la puesta. Deb¨ªa dialogar con m¨²sicos, vestuaristas, bailarines¡±¡ªalgo a lo que Arrechea no estaba acostumbrado, aunque no le falte experiencia en la producci¨®n de megaproyectos. ¡°Estaba siempre en el medio. Esta gente no me dijo que esto era tanto trabajo¡±, bromea. ¡°Lo que me interesaba era aprender un lenguaje nuevo. Y el trabajo con Carlos, con Pontus, todo el proceso de los ensayos, de estar lidiando directamente con Tony Iommi de Black Sabbath, las conversaciones, realmente fue algo tan lindo, tan excepcional¡±, recuerda.
¡°Carlos desde el principio me confes¨® que su inter¨¦s era traer esa audiencia del rock al ballet. Toda esa demograf¨ªa que nunca quiz¨¢s hab¨ªa pisado un teatro. Y el ¨¦xito de la pieza se tradujo en que un 70% de los asistentes a esas tres presentaciones fueron rockeros. La primera presentaci¨®n que se hizo en Birmingham fue apote¨®sica¡±, rememora ¡ªla popular banda brit¨¢nica la que se atribuye un rol protag¨®nico en la creaci¨®n del heavy metal se form¨® precisamente en esta ciudad en 1968. ¡°Al final aparece Tony Iommi con la guitarra y aquel teatro se vino abajo loco. Todo el mundo se puso de pie. Estuvieron aplaudiendo como diez minutos. De repente estoy metido en el backstage con todas aquellas personalidades. Bueno, imag¨ªnate, conocer a Robert Plant, de Led Zeppelin. Estar all¨ª mezclado con la realeza de la m¨²sica¡±.
Cuando conversamos, Arrechea esta de paso por Nueva York luego de coordinar la instalaci¨®n de una de sus piezas Orange Functional (2022) en el nuevo centro de entrenamiento del equipo de basquetbol de la NBA San Antonio Spurs (Espuelas de San Antonio) en The Rock at La Cantera¡ªya hay otra emplazada en el parque de esculturas Art Omi, en upstate Nueva York. Al d¨ªa siguiente viaja a Miami a coordinar detalles del proyecto que est¨¢ organizando para Art Basel Miami Beach en la tienda de UNKNWN y de ah¨ª vuela a Espa?a. ¡°A darle vueltas al famili¨®n¡±, dice. ¡°Porque ellos est¨¢n en Madrid, mientras yo por ac¨¢ estoy cazando al mamut¡±.