Pasar por Estados Unidos: ?una obligaci¨®n para el desarrollo art¨ªstico?
Los ?ngeles, Nueva York o Chicago. Los llamados epicentros del arte en Estados Unidos llevan detentando la oferta m¨¢s nutrida de museos, galer¨ªas y exposiciones, volvi¨¦ndose paso obligado para quien desea destacar en el ¨¢mbito art¨ªstico. ?Se trata de una validaci¨®n pertinente o un ideario por cuestionar?
Aunque a primera vista uno pensar¨ªa que el af¨¢n de cobijarse bajo el mote de ¡°capital del arte¡± es un tema anquilosado y balad¨ª, lo cierto es que en el ¨¢mbito del arte contempor¨¢neo sucede m¨¢s de lo que curadores, galeristas y artistas se atrever¨ªan a aceptar. La ecuaci¨®n por supuesto tambi¨¦n integra a la iniciativa privada y a las huestes oficiales, interesadas en permear estos discursos frente al potencial atractivo de una ciudad en el mundo.
Pese a que en todo el mundo se encuentran sucediendo cosas, din¨¢micas, exposiciones, discusiones y una evoluci¨®n viva al interior de las escenas art¨ªsticas locales, lo cierto es que el imaginario colectivo que apunta una luz constante sobre las grandes ciudades de Estados Unidos como una parada necesaria en la carrera de todo artista, independientemente de su procedencia, a¨²n existe de forma m¨¢s o menos s¨®lida.
Para algunos esto es una normalizaci¨®n, para otros una suerte de juego inc¨®modo que hay que jugar ante el posicionamiento, las posibilidades que brinda y las potenciales oportunidades de desarrollo que presenta, y para otros tantos es uno de los grandes mitos que hay que derribar.
Cierto, la innegable consolidaci¨®n y hegemon¨ªa que pa¨ªses como Francia, Inglaterra, Alemania o Estados Unidos poseen a nivel de capital cultural precede su consistencia y desarrollo frente al resto del pa¨ªs, entendi¨¦ndose tambi¨¦n desde su pasado geopol¨ªtico. Recordemos c¨®mo tras la Segunda Guerra Mundial, Par¨ªs dej¨® de ser el centro neur¨¢lgico de la comunidad art¨ªstica del mundo para dar paso a Estados Unidos, quien de a poco fue incorporando su tradici¨®n del culto a la personalidad y el espect¨¢culo en los ¨¢mbitos del arte, siendo Jackson Pollock el art¨ªfice del expresionismo abstracto y la figura a seguir.
No obstante, hoy en d¨ªa ese devenir hist¨®rico ha sido cuestionado cada vez m¨¢s, a trav¨¦s de discusiones en torno a la fracturaci¨®n de los discursos hegem¨®nicos, colonizantes o paternalistas de occidente. Incluso buena parte del arte que se produce en estos epicentros del arte se encuentra hablando de las reformulaciones de conceptos aleda?os como frontera, territorio, l¨ªmites, identidades, cuerpo, hegemon¨ªa, independencia, disidencias, entre otros.
Jos¨¦ Mar¨ªa Sesma, fot¨®grafa mexicana, reconoce que este posicionamiento no atiende s¨®lo al lugar f¨ªsico sino al lenguaje mismo. Ella cuenta que pese a que hay un un mercado latinoamericano vivo entre M¨¦xico y Argentina, su segundo libro (fotograf¨ªa abstracta y espectral) fue en ingl¨¦s, con lo que lleg¨® as¨ª a un p¨²blico mucho m¨¢s extenso y qued¨® seleccionada en una convocatoria en Francia, pa¨ªs en donde a¨²n hay m¨¢s inter¨¦s por el fotolibro. Sesma reconoce que en espa?ol es probable que no le hubiera ido tan bien a su trabajo.
Ni de aqu¨ª ni de all¨¢
No son pocos los artistas hispanoamericanos que cambian de residencia cerca de estos centros art¨ªsticos para poder consolidar sus redes de contactos y poder desarrollar su trabajo de forma m¨¢s estrat¨¦gica. El artista multidisciplinario Parch Es, quien ha estado presente en los circuitos expositivos de Ciudad de M¨¦xico y Los ?ngeles, matiza estas ideas y aterriza los contextos de forma poco comparable, poniendo la discusi¨®n en un terreno de apreciaci¨®n y circunstancial, dependiente de diversos factores, los cuales influyen en su resultado final y apreciaci¨®n.
¡°Cuando estaba en Los ?ngeles me era muy f¨¢cil organizar una exposici¨®n, un show o un performance. Pero era porque llevaba a?os con una red que me lo facilitaba: artistas, espacios, etc. no necesariamente que dependiera de la ciudad. En la Ciudad de M¨¦xico tengo otra condici¨®n, estoy con la Galer¨ªa de Arte Mexicano (GAM) y me representa una situaci¨®n particular. Por ejemplo, en Zona Maco (una de las ferias de arte m¨¢s importantes de Am¨¦rica Latina) demasiadas personas vieron mi pieza, pero de forma aleatoria¡±, reflexiona Parch Es.
Por su parte, la fot¨®grafa Juliana Alvarado afirma que en su caso los discursos en torno a su trabajo han sido recibidos de forma distinta dependiendo del lugar en donde se haya expuesto. La artista michoacana nos habla tambi¨¦n de los estados de validaci¨®n que detentan actualmente las din¨¢micas del arte contempor¨¢neo y c¨®mo ¨¦stas tambi¨¦n se perciben distintas de un polo u otro.
¡°[Mi trabajo], el p¨²blico en el extranjero lo recibe distinto. Por ejemplo, tengo una de mis piezas que ha circulado mucho, la de la bienal, N¨®mbralas, que habla del feminicidio, es una pieza que cuando la expuse en M¨¦xico no tuvo el mismo impacto que en otros lados. La he expuesto en Canad¨¢, Los ?ngeles y Tanzania. Me llegaron comentarios distintos y me gust¨® mucho la recepci¨®n de otros lugares. En M¨¦xico conocemos estas construcciones, que son de desolaci¨®n, descomposici¨®n y una cr¨ªtica pol¨ªtica. Pero en otros lugares fue m¨¢s fuerte porque es una arquitectura muy de aqu¨ª; el retrato de la est¨¦tica de esta parte del desierto mexicano. Aqu¨ª lo vemos muy normal pero en otros lados no, les parec¨ªa extra?o y curioso¡±, apunta Alvarado.
Una trampa cosmopolita
Rosalba Hern¨¢ndez Vera, gallery manager de MAIA Contemporary reconoce que en Estados Unidos hay muchas m¨¢s opciones en cuanto a redes y contactos en torno al arte contempor¨¢neo, as¨ª como un inter¨¦s por ver qu¨¦ se est¨¢ haciendo del otro lado (Am¨¦rica Latina), lo cual deviene tambi¨¦n en un di¨¢logo e intercambio mutuo.
Este intercambio no est¨¢ exento de un sentido cr¨ªtico y muchos factores ambiguos dignos de verse a detalle. Por ejemplo, Parch Es apunta que ante el reciente boom galer¨ªstico en la Ciudad de M¨¦xico (CDMX), buena parte de este dinamismo proviene de los mismos p¨²blicos extranjeros de las ciudades de arte internacional y de una lectura un tanto descuidada de lo mexicano.
¡°Frente a las ciudades internacionales del arte a¨²n existe un rezago y muchas veces el inter¨¦s y la participaci¨®n local proviene de los mismos extranjeros. La CDMX ha cobrado relevancia en los c¨ªrculos del arte global y eso la hace interesante y atractiva, pero creo que tampoco hay nuevas maneras de relacionarse a nuestro favor, sigue habiendo un tema de turismo y exotismo que tambi¨¦n juegan. Y tiene sus ventajas y desventajas, pero implica simplificarlo; los extranjeros que vienen tienen una agencia cultural, poder y acceso a la informaci¨®n desmedido, proporcionalmente siempre va a ser mucho m¨¢s grande.
¡°Ahora bien, lo mexicano vende mucho en Estados Unidos y en los discursos de all¨¢ todo es aparentemente anticolonizante y eso queda desplazado por las influencias y la exotizaci¨®n, aunque tambi¨¦n abre la puerta a nuestro favor, es una oportunidad que cambia dependiendo del contexto y las intenciones. Yo siempre digo que si no fuera de M¨¦xico me vendr¨ªa ac¨¢, pero es estimulante y tiene mucho que ver en mi trabajo el ser extranjero, las herencias, identificarte como otro en un contexto es muy importante para m¨ª creativamente. Tal vez me ir¨ªa a otro lado, me llama m¨¢s la aventura y no saber c¨®mo van a ser las cosas¡±, apunta Parch Es.
Justamente es esa movilidad de la que habla Parches la que engarza de forma pertinente con la reflexi¨®n de la joven curadora Paulina Ascencio Fuentes , quien ubica esta din¨¢mica milenaria de conocerse a s¨ª mismo a partir de la salida de los c¨ªrculos inmediatos, para nutrirse y consolidar el trabajo del artista. Esto sin perder de vista lo que se puede hacer dentro de din¨¢micas con las que no se est¨¢ de acuerdo o a favor de la congruencia del trabajo creativo mismo o, en el caso de Ascencio Fuentes, la curadur¨ªa.
¡°Hay una frase que me gusta mucho de C¨¦sar Paternosto (pintor argentino), que dice que ¨¦l se dio cuenta de que era latinoamericano cuando lleg¨® a Estados Unidos. En ese sentido hay discusiones que se dan con un lenguaje distinto. El di¨¢logo en CDMX funciona diferente, adem¨¢s sabemos que est¨¢n todas estas colecciones en Estados Unidos (...), todos estos pedazos, y nos preguntamos ¡®qu¨¦ hacemos con eso¡¯. Los procesos de reapropiaci¨®n son complicados y luego en M¨¦xico suelen no haber lugares que puedan custodiar bien estas piezas. Hay que estudiarlas y no dejarlas all¨¢ s¨®lo porque est¨¢n all¨¢; es necesario abrir esos canales. Adem¨¢s, estos museos est¨¢n pasando actualmente por un proceso de revisi¨®n, tienen sus propias pr¨¢cticas de coleccionismo, del lenguaje que utilizan para catalogar y todas esas revisiones necesitan una contravoz a la que ya tienen, porque si vas a revisar algo que hiciste siempre necesitas ojos frescos. Se est¨¢n abriendo estos espacios y di¨¢logos dentro de los museos¡±, detalla Ascencio Fuentes.
Bajo la mirada de Guillermo Estrada, historiador y artista fronterizo afincado en San Diego, California, cuya obra cruza justamente temas de identidad, territorio, herencia, apropiaci¨®n y reapropiaci¨®n, este di¨¢logo entre Estados Unidos no le invita o demanda una necesidad en su carrera por tener una presencia en las grandes metr¨®polis del arte.
¡°A m¨ª me parece que eso no me funciona, realmente desde el punto de vista art¨ªstico donde me funciona es en mi entorno. Cuando reci¨¦n sal¨ª de la escuela me dijo una maestra ¡®?Te vas a ir a la gran ciudad?¡¯ Le dije ¡®?Y cu¨¢l es esa?¡¯ Me dice que Nueva York. Le contest¨¦ ¡®?Y qu¨¦ voy a hacer yo all¨¢? No conozco a nadie, cu¨¢l es el tema de estar all¨¢. Para m¨ª es importante estar cerca de la gente que me rodea y con la que me comunico. Y existe esta idea de que para ser artista te tienes que ir: En Baja California, por ejemplo, te dicen que a donde te tienes que ir es a la CDMX. Es cuesti¨®n de perspectiva. Por otro lado, en Tecate te dicen que te tienes que ir a Tijuana porque la ciudad es muy chica. Me parece que es un juego mental tambi¨¦n para que te conozcan, y yo pienso que no es cierto, que al final hay proyectos que regresan porque no es lo que esperaban; est¨¢ sobrevalorado¡±, considera Estrada.