Cumbre de las Am¨¦ricas: Estados Unidos desconectado
La exclusi¨®n de la convocatoria a Venezuela, Cuba y Nicaragua por su ¡°falta de compromiso con la democracia¡± ha sido un error estrat¨¦gico
Tolstoi comienza su obra Ana Karenina advirtiendo que ¡°todas las familias felices se parecen unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada¡±. Los pa¨ªses de las Am¨¦ricas tienen muchas razones para no estarlo, y los Estados Unidos parecen inhertes a las de sus vecinos del sur.
El rol de los Estados Unidos como pa¨ªs anfitri¨®n de la IX Cumbre de las Am¨¦ricas que se aproxima definitiva...
Tolstoi comienza su obra Ana Karenina advirtiendo que ¡°todas las familias felices se parecen unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada¡±. Los pa¨ªses de las Am¨¦ricas tienen muchas razones para no estarlo, y los Estados Unidos parecen inhertes a las de sus vecinos del sur.
El rol de los Estados Unidos como pa¨ªs anfitri¨®n de la IX Cumbre de las Am¨¦ricas que se aproxima definitivamente es sintom¨¢tico de una comunidad hemisf¨¦rica ya muy deteriorada. La exclusi¨®n de la convocatoria a Venezuela, Cuba y Nicaragua por su ¡°falta de compromiso con la democracia¡± ha sido un error estrat¨¦gico que ha servido como detonante para canalizar acumuladas frustraciones por parte de los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina con el gigante del norte.
No es casualidad que, a d¨ªas del comienzo de la misma, menos de la mitad de los mandatarios hayan confirmado su presencia. Es notable que el presidente de M¨¦xico, segundo p¨¢is m¨¢s grande de Am¨¦ria Latina, y principal socio comercial de los Estados Unidos, ha manifestado p¨²blicamente que no asistir¨¢.
La reacci¨®n desde el Departamento de Estado ha sido acusar de intento de boicot, mostr¨¢ndose out of touch (desconectado) en su relaci¨®n con la regi¨®n e incapaz de medir el pulso pol¨ªtico. Pareciera estar m¨¢s preocupada por el conflicto en Ucrania y en contentar a su electorado m¨¢s conservador en miras a las elecciones de medio tiempo que se aproximan, que en ser un socio estrat¨¦gico para resolver las agendas acusiantes que tiene con sus vecinos del sur.
A los pa¨ªses de la regi¨®n, Ucrania les queda muy lejos. Su principal preocupaci¨®n es el efecto en precios y comercio que este conflicto detenta sobre sus econom¨ªas, ya muy golpeadas por la pandemia. En este sentido, la gesti¨®n Biden se ha mostrado lejana, y sin diferencias sustanciales a la de Trump, en la ayuda para conseguir vacunas, instrumental m¨¦dico o para apoyar en la recuperaci¨®n econ¨®mica.
Paralelamente, la administraci¨®n Biden tampoco ha sido sensible al cambio pol¨ªtico en la regi¨®n. La elecci¨®n de gobernantes progresistas como Luis Arce en Bolivia, Xiomara Castro en Honduras, Alberto Fernandez en Argentina, Pedro Castillo en Per¨², Gabriel Boric en Chile y las altamente posibles victorias de Gustavo Petro en Colombia y Lula en Brasil est¨¢n dando otro perfil a Am¨¦rica Latina. Estos Gobiernos tienen anticuerpos hacia el rol de la Organizaci¨®n de los Estados Americanos (OEA) en la regi¨®n, y el uso del garrote con los pa¨ªses rebeldes a los dict¨¢menes del Departamente de Estado pareciera ya anacr¨®nico y est¨¦ril.
Muchos pa¨ªses ya no toleran que se utilice el argumento de la democracia cuando ese requisito no ha sido un obst¨¢culo para que EE UU construya alianzas estr¨¢tegicas en otras latitudes del mundo. Adem¨¢s, esta postura, parcial, oculta que tambi¨¦n existen desaf¨ªos serios a la democracia en Brasil, Guatemala, El Salvador y en los propios Estados Unidos. El cambio de clave ideol¨®gica necesariamente obliga a EE UU a incorporar otro tipo de agendas y otras formas en el di¨¢logo con la regi¨®n.
La gesti¨®n Biden pareciera hacer una mala lectura sobre su nuevo rol de potencia no hegem¨®nica. La participaci¨®n en el comercio exterior de Am¨¦rica Latina baj¨® en un 20% en los ¨²ltimos 20 a?os. Hoy, China representa el 20% de la ventas de las importaciones y un 12% de las exportaciones, siendo ya el principal socio comercial de Sudam¨¦rica. La llamada Ruta de la Seda es un verdadero atractivo para los pa¨ªses: s¨®lo en 2020 aport¨® 17.000 millones de d¨®lares en inversi¨®n directa y tiene un acumulado de 137.000 millones en pr¨¦stamos para la regi¨®n.
Por su parte, Estados Unidos tiene una postura reactiva. Ofrece informaci¨®n, hace sugerencias y hasta amenazas sobre los peligros de la influencia comercial y tecnol¨®gica de China en los pa¨ªses, pero no ofrece alternativas atractivas. En 2020, Estados Unidos no solo rompi¨® un acuerdo hist¨®rico al nombrar un presidente propio en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), sino que tambi¨¦n ha faltado al compromiso de su recapitalizaci¨®n posterior.
Estos elementos muestran que la parcialidad de la exclusi¨®n de algunos pa¨ªses, con una lente de Guerra Fr¨ªa, y la falta de compromiso con agendas compartidas con la regi¨®n puede poner en riesgo no s¨®lo el desempe?o de esta Cumbre, sino tambi¨¦n su propio rol de liderazgo hemisf¨¦rico.
Pero, m¨¢s importante, es que obstaculiza la necesaria reconstituci¨®n de espacios de articulaci¨®n hemisf¨¦rica. La pandemia desnud¨® la debilidad de los espacios de di¨¢logo y articulaci¨®n multilateral y el resultado ha sido catastr¨®fico: el continente con m¨¢s muertes por la covid-19, con el mayor impacto socio-econ¨®mico y con las mayores desigualdades en la distribuci¨®n de vacunas.
Este es un momento que requiere de espacios que generen encuentros, intercambios y discusiones, especialmente en la diferencia. Es imposible avanzar en agendas como las del combate al narcotr¨¢fico, las migraciones, el capitalismo financiero desregulado o el cambio clim¨¢tico sin tener a todas las Am¨¦ricas sentadas en la mesa. En un contexto de guerra, pandemia y crisis econ¨®mica este es un lujo que no nos podemos dar.
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