Taty Almeida, madre de Plaza de Mayo: ¡°No hay que tenerle miedo a la militancia¡±
La activista argentina de derechos humanos, de 93 a?os, augura que ¡°la resistencia va a ser enorme¡± con la llegada al poder del ultraderechista Javier Milei. A 40 del regreso a la democracia, conversa con EL PA?S sobre la continuidad de su legado
Alejandro Almeida fue detenido y desaparecido en Buenos Aires cuando ten¨ªa 20 a?os, un 17 de junio de 1975. Su madre, Taty Almeida, recuerda ese d¨ªa con precisi¨®n. El joven era militante del Ej¨¦rcito Revolucionario del Pueblo (ERP), una guerrilla urbana que oper¨® en Argentina durante la d¨¦cada de los setenta, pero su madre no lo supo hasta despu¨¦s de aquel d¨ªa. Faltaba menos de un a?o para que un golpe de Estado iniciara en Argentina la ¨²ltima dictadura (1976-1983) y la mujer, que ten¨ªa 45 a?os, ...
Alejandro Almeida fue detenido y desaparecido en Buenos Aires cuando ten¨ªa 20 a?os, un 17 de junio de 1975. Su madre, Taty Almeida, recuerda ese d¨ªa con precisi¨®n. El joven era militante del Ej¨¦rcito Revolucionario del Pueblo (ERP), una guerrilla urbana que oper¨® en Argentina durante la d¨¦cada de los setenta, pero su madre no lo supo hasta despu¨¦s de aquel d¨ªa. Faltaba menos de un a?o para que un golpe de Estado iniciara en Argentina la ¨²ltima dictadura (1976-1983) y la mujer, que ten¨ªa 45 a?os, no sospechaba lo que ocurr¨ªa en el pa¨ªs. Un d¨ªa, tras la desaparici¨®n de Alejandro, se acerc¨® a la Plaza de Mayo y empez¨® a dar vueltas alrededor de un monolito con un grupo de mujeres que reclamaban en plena dictadura por sus hijos desaparecidos. Les dec¨ªan locas; eran las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
La militancia de Alemeida, que naci¨® en una familia militar, fue maestra y hoy tiene 93 a?os, inici¨® en Madres y no ha cesado desde entonces. El organismo de derechos humanos atraves¨® momentos dif¨ªciles, como el asesinato de tres de sus fundadoras, que fueron tiradas vivas al mar en los llamados vuelos de la muerte de la dictadura, o una separaci¨®n que dividi¨® el grupo en dos. Pero la activista est¨¢ convencida de que el legado est¨¢ asegurado. Incluso ahora, cuando se cumplen 40 a?os de democracia ininterrumpida y asumen el poder Javier Milei y Victoria Villarruel, que han negado el terrorismo de Estado de la dictadura, reconocido por la justicia. ¡°La resistencia va a ser enorme¡±, augura Almeida, que recibe a EL PA?S en su departamento en Buenos Aires. La primera demostraci¨®n la hicieron pocos d¨ªas despu¨¦s del triunfo de la ultraderecha en las urnas, cuando cientos de personas participaron de la ronda que hacen las Madres y Abuelas cada jueves desde 1977.
Pregunta. ?C¨®mo recuerda el primer acercamiento a Madres y la primera ronda?
Respuesta. Todas las Madres tenemos una historia de vida, si no hubiera sido por la desaparici¨®n de nuestros hijos no nos hubi¨¦ramos conocido. Un 17 de junio de 1975, antes del golpe c¨ªvico-militar-clerical, mi hijo Alejandro lleg¨® a casa y me dijo que al d¨ªa siguiente ten¨ªa un [examen] parcial. ?l estaba cursando el primer a?o de Medicina y no me dec¨ªa nada de su militancia. En el a?o 75, Isabel Per¨®n ya era un t¨ªtere, la manejaba L¨®pez Rega, un siniestro personaje, un sargento que estuvo al frente de la organizaci¨®n parapolicial Triple A. Ah¨ª empiezan los asesinatos, los secuestros, los presos pol¨ªticos... El genocidio empez¨® antes del 76. ¡°Ya vengo¡±, fue lo ¨²ltimo que escuch¨¦ de Alejandro. Al d¨ªa siguiente, me levanto y veo que no estaba. Viv¨ªa conmigo ac¨¢. En ese mueble encontr¨¦ una agenda de tel¨¦fono y en las ¨²ltimas 24 hojas, 24 poes¨ªas.
Almeida se?ala un cuadro. La casa est¨¢ tomada por fotograf¨ªas ¨Cde su familia, de ella misma, con expresidentes, con compa?eras de militancia, con futbolistas, con el Papa¨C, pero ese cuadro est¨¢ pr¨¢cticamente solo en la pared. La poes¨ªa manuscrita por su hijo desaparecido est¨¢ enmarcada con una foto de ¨¦l, muy joven, el pelo enrulado y los anteojos de pasta. ¡°Si la muerte / me sorprende / lejos de tu vientre, / porque para vos / los tres seguimos en ¨¦l; / si me sorprende / lejos de tus caricias, / que tanto me hacen falta; / si la muerte / me abrazara fuerte / como recompensa / por haber querido / la libertad, / y tus abrazos entonces / solo envuelvan recuerdos, / llantos y consejos / que no quise seguir; / quisiera decirte mam¨¢ / que parte de lo que fui / lo vas a encontrar / en mis compa?eros¡±.
P. ?Sab¨ªa que ¨¦l escrib¨ªa poes¨ªa?
R. No sab¨ªa que militaba en ERP y tampoco sab¨ªa que Alejandro escrib¨ªa poes¨ªa. Las le¨ª, vaya si las le¨ª, y ah¨ª empec¨¦ a conocer la otra faceta de Alejandro. Esa poes¨ªa me la deja a m¨ª y es una despedida. ?l sabe que va a morir.
P. Nos estaba contando sobre su llegada a Madres y su primera ronda.
R. Empec¨¦ sola, como empezaron todas las Madres. Primero fue una b¨²squeda individual. ?bamos a los hospitales, a los regimientos, a la polic¨ªa¡ Y en mi caso con m¨¢s raz¨®n. Toda mi familia es de militares. Yo me cri¨¦ en ese ambiente antiperonista. Gorila, como se llama. A m¨ª me sal¨ªan los pelos por todos lados, pero ya me afeit¨¦. Yo ten¨ªa todas esas amistades y no me entraba en mi cabeza que eran los culpables de la desaparici¨®n de Alejandro. Por eso me cost¨® acercarme a Madres. Yo dec¨ªa: ¡°Con el curr¨ªculum que tengo van a pensar que soy una esp¨ªa¡±. As¨ª que a fines del 79 me decid¨ª. Fuimos con mi hija a la casa de Madres y al entrar supe que no era la ¨²nica. Me atendi¨® Mar¨ªa Adela Gard de Antokoletz y lo ¨²nico que me pregunt¨® fue: ¡°?Qui¨¦n te falta a vos?
P. ?Ya hab¨ªa ido a Plaza de Mayo?
R. S¨ª. D¨¢bamos la vuelta. Algunas con pa?uelo, otras todav¨ªa no. Despu¨¦s les voy a contar la historia del pa?uelo... Por muchos a?os, grit¨¢bamos¡±?Aparici¨®n con vida!¡±. Porque una cre¨ªa que estaban presos, incomunicados en alguna c¨¢rcel de Argentina¡ Pero esa palabra, de-sa-pa-re-cido, no la conoc¨ªamos, no la pronunci¨¢bamos. Despu¨¦s de un tiempo, supimos la verdad.
P. Hay gente que dice que al votante de Milei, muchos de ellos j¨®venes, no le interesa este tema.
R. Esta vicepresidenta que tenemos [Victoria Villarruel] reivindica el genocidio. Ac¨¢ no hubo una guerra, hubo un genocidio. Ac¨¢ hay desaparici¨®n forzada. Por eso [los perpetradores] fueron juzgados. Les dimos la oportunidad y se la seguimos dando porque los juicios contin¨²an. A nuestros chicos no. Directamente los torturaron, los desaparecieron, ni siquiera sabemos d¨®nde est¨¢n los restos. Esta mujer todo lo justifica.
P. ?C¨®mo le habla a la poblaci¨®n que ha votado mayoritariamente ese sector?
R. No hay efecto sin causa. La paliza que nos han dado [al peronismo en las elecciones] tiene un motivo. Hab¨ªa mucho descontento. Lo que no sabe esta gente que lo ha votado es que vamos a estar peor. No va a faltar mucho para que los que lo votaron se den cuenta de la brutalidad. Es lamentable, pero como decimos nosotras: perdimos la elecci¨®n, no nos han vencido. La resistencia va a ser enorme. Siempre legal, jam¨¢s justicia por mano propia.
P. Est¨¢n preparando una ley para...
R. [Se adelanta] S¨ª, ya est¨¢. Presentamos una ley para penar legalmente al negacionista y en eso estamos. C¨®mo van a estar reivindicando lo que han hecho, por favor. Ah¨ª tiene que haber una ley que pene. No con c¨¢rcel, sino con inhabilitaci¨®n de ocupar cargos p¨²blicos. Nos esperan momentos muy dif¨ªciles.
P. Su hijo desapareci¨® antes del golpe de Estado de 1976. ?Se habla lo suficiente sobre la violencia de esos a?os en Argentina?
R. Las Madres para eso vamos a todos partes, no solamente en Argentina, hemos salido al mundo a contar. Pero falta, porque realmente quedamos muy poquitas madres hoy.
P. ?Cu¨¢ntas son?
R. Somos tres nada m¨¢s de la L¨ªnea Fundadora [parte del grupo escindido que integra Almeida]. Pero estamos tranquilas porque tenemos una juventud militante maravillosa. No todos lo votaron la Milei, ?eh? No hay que tenerle miedo a la militancia. Militancia es compromiso, compa?erismo, ayudar al otro. La posta, ya hace rato, se la estamos pasando, la reciben y la ponen en pr¨¢ctica.
P. ?Hoy cree que est¨¢ asegurado su legado?
R. Esa memoria sabemos que va a estar siempre presente. Tantos que quieren hacerla desaparecer, no lo van a lograr. Siempre digo: esa posta la pasamos de a poco porque a pesar de los bastones y de las sillas de ruedas las locas seguimos de pie todav¨ªa.
P. Naci¨® en una familia antiperonista. ?Desde cu¨¢ndo se reconoce usted peronista?
R. Peronista no. Pero con N¨¦stor y Cristina [Kirchner]. En 2003, N¨¦stor Kirchner fue el primer presidente que nos escuch¨®. Fue el primer presidente que tom¨® a los derechos humanos como pol¨ªtica de Estado. Se derogaron las leyes de impunidad, y fue la misma pol¨ªtica que tom¨® Cristina despu¨¦s. Fueron 10 a?os realmente de tranquilidad, nadie le faltaba el respeto a la memoria de nuestros hijos. Lleg¨® [el expresidente conservador Mauricio] Macri y en uno de los primeros discursos dijo que se terminaba ¡°el curro¡± [la estafa] de los organismos de derechos humanos. ?Qu¨¦ caradura! ??l habla de curro!
P. ?Qu¨¦ opina cuando escucha que el kirchnerismo us¨® pol¨ªticamente los derechos humanos?
R. No lo han usado pol¨ªticamente, para nada. Lo que les ped¨ªamos lo hac¨ªan, que es diferente. Yo tengo un gran cari?o por N¨¦stor Kirchner, que qu¨¦ falta nos hace. No me voy a olvidar cuando est¨¢bamos por entrar por primera vez en la exEsma [el predio del mayor centro de torturas de la dictadura, que es hoy un espacio de memoria y ha sido declarado patrimonio universal de la UNESCO]. Est¨¢bamos esperando, atr¨¢s de las rejas, para entrar y N¨¦stor no llegaba. ?Y qu¨¦ estaba haciendo? Haciendo bajar los cuadros [de los dictadores Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone] en el Colegio Militar. Eso fue maravilloso. Cuando lleg¨®, nos enteramos. No les he contado la historia del pa?uelo¡
P. Es verdad. ?Ese es el primero que tuvo?
R. No, el primero lo regal¨¦ a un ind¨ªgena que hab¨ªa sido torturado. Este me lo bord¨® una amiga. ?Les cuento la historia? Todos los a?os en Argentina hay una procesi¨®n a la Bas¨ªlica de Luj¨¢n, a 70 kil¨®metros de Buenos Aires. Todos los a?os van miles de personas. Y todos los a?os va la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica, que nunca nos recibi¨®. Por los a?os ochenta dijimos: ¡°Hay que ir a Luj¨¢n, ah¨ª los vamos a abordar¡±. Pero entre miles de personas, ?c¨®mo nos ¨ªbamos a encontrar? Una madre propuso ponemos el pa?al de nuestros hijos. Antes, no hab¨ªa descartables, eran de tela. Muchas madres hab¨ªan guardado ese pa?al. As¨ª que como ese pa?al sirvi¨® para cuidarlos cuando eran beb¨¦s, despu¨¦s nos lo pusimos para pedir por la vida de ellos. Ahora, con el asunto de la ley del aborto, dec¨ªan que el blanco se ti?e de verde. ?Tom¨¢! El blanco es el blanco, y el verde es el verde. ?En buena hora!
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