Plaza de Mayo, epicentro de la resistencia en las calles contra Milei
Cientos de personas abrazan a las Madres de Plaza de Mayo en la primera ronda tras el triunfo de una ultraderecha que niega la dictadura
Pa?uelos blancos, carteles con el rostro de desaparecidos en la dictadura y pancartas en las que pod¨ªa leerse ¡°Fueron 30.000¡å y ¡°Nunca M¨¢s¡± decoraron este jueves por la tarde la pir¨¢mide de Plaza de Mayo. En este peque?o monumento situado en el coraz¨®n de Buenos Aires naci¨® el 30 de abril de 1977 la resistencia de un peque?o grupo de madres contra el r¨¦gimen militar que llevaba un a?o en el poder. No las dejaban quedarse quietas y comenzaron a dar vueltas a su alrededor mientras compart¨ªan informaci¨®n sobre sus seres queridos y las puertas militares, policiales, judiciales y eclesi¨¢sticas que hab¨ªan golpeado en busca de cualquier informaci¨®n sobre ellos. Cientos de personas desoladas tras la clara victoria de la ultraderecha en las urnas este domingo volvieron a ese lugar simb¨®lico para abrazar a las Madres de Plaza de Mayo que siguen vivas y plantar las primeras semillas de resistencia frente a un presidente electo, Javier Milei, que neg¨® el terrorismo de Estado durante la campa?a electoral.
¡°No pasar¨¢n¡±, gritaban los manifestantes frente a la carpa en la que se refugiaban del calor unas pocas Madres de Plaza de Mayo y el premio nobel de la Paz, Adolfo P¨¦rez Esquivel. Tom¨® la palabra Carmen Arias, cuyo hermano ?ngel fue secuestrado en mayo de 1977 cuando ten¨ªa 24 a?os. Su familia nunca ha logrado dar con su paradero. Arias asegur¨® que Argentina se encuentra ante una situaci¨®n amenazante y pidi¨® a los presentes que se sequen las l¨¢grimas por la derrota del peronismo en las urnas y se preparen para resistir en las calles.
Arias areng¨® a la movilizaci¨®n a trav¨¦s de la lectura de un discurso de Hebe de Bonafini, la hist¨®rica presidenta de esta organizaci¨®n de derechos humanos fallecida el a?o pasado. ¡°No nos podemos quedar callados ni quietos ni amargados ni llorando ni peg¨¢ndonos en la espalda con un palo. La resistencia y el combate son derechos de los pueblos que nosotros no vamos a abandonar, porque esta plaza es esto¡±, dijo Hebe de Bonafini en 2017. Sus palabras, lanzadas inicialmente contra el Gobierno del conservador Mauricio Macri, fueron recibidas con aplausos y algunas l¨¢grimas seis a?os despu¨¦s.
El rechazo a la dictadura ha sido uno de los consensos m¨¢s s¨®lidos en la sociedad argentina en las cuatro d¨¦cadas de democracia argentina que se cumplen este a?o. Ya en 1985, los jerarcas del r¨¦gimen militar fueron juzgados y condenados. Desde entonces la justicia argentina ha condenado a m¨¢s de 1.200 personas por cr¨ªmenes de lesa humanidad.
Sin embargo, en una sociedad tan polarizada como la argentina, el acercamiento de muchos organismos de derechos humanos al kirchnerismo provoc¨® recelo en sectores opositores. Lo que fueron episodios aislados durante el Gobierno de Macri se ha transformado en una pelea frontal tras la irrupci¨®n de Milei, capitaneada por su segunda, Victoria Villarruel, integrante de la otrora poderosa familia militar. Villarruel equipara la violencia ejercida desde el Estado a la de las guerrillas y cree que ambos bandos libraron una guerra, ignorando fallos judiciales en los que se prob¨® la existencia de un plan sistem¨¢tico de exterminio por parte del r¨¦gimen militar.
Los manifestantes en la plaza criticaban este jueves lo que ven como un retroceso democr¨¢tico, pero tem¨ªan adem¨¢s recortes de derechos sociales y laborales. ¡°El medio aguinaldo es ley en Argentina desde hace d¨¦cadas y ahora ni siquiera sabemos si est¨¢ garantizado¡±, lamentaba este jueves Camila, docente de 51 a?os. Su duda salt¨® despu¨¦s de que Milei dijese en una entrevista reciente que el Estado argentino iba a dejar de gastar m¨¢s de lo que recaudaba y que dejase sin responder si estaba garantizado o no el pago del aguinaldo a aquellos trabajadores cuyos sueldos dependen del Estado. ¡°El otro d¨ªa un var¨®n nos empez¨® a gritar que se iban a terminar las feminazis y en el tren me pas¨® algo parecido¡±, comenta Julieta, estudiante de enfermer¨ªa 21 a?os, agarrada de la mano de su pareja, ambas con el pelo te?ido de colores y camisetas con esl¨®ganes a favor de la diversidad sexual.
Entre los presentes hab¨ªa tambi¨¦n delegados sindicales de medios p¨²blicos como la agencia T¨¦lam, la Televisi¨®n P¨²blica y Radio Nacional, que buscaban aunar fuerzas para plantar cara a las privatizaciones anunciadas por Milei. ¡°Mientras m¨¢s quieran vaciar el espacio p¨²blico m¨¢s multiplicaremos nuestras voces y m¨¢s plazas como estas llenaremos¡±, asegur¨® el periodista Daniel Rosso, exgerente period¨ªstico de Radio Nacional.
Los manifestantes aplaudieron a las Madres de Plaza de Mayo cuando se retiraron en la furgoneta blanca en la que cada jueves llegan hasta la plaza. Unas pocas decenas decidieron seguir hasta la plaza de Congreso, pero chocaron con un cord¨®n de antidisturbios casi tan numeroso como ellos. Cuatro furgones policiales detr¨¢s dejaban claro que estaban preparados para intervenir al m¨¢s m¨ªnimo incidente. Un ejemplo visible de la represi¨®n de las protestas que se avecina.
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