Tres coordenadas para planificar el futuro de la educaci¨®n en Am¨¦rica Latina y el Caribe
La transformaci¨®n de la educaci¨®n en la regi¨®n requiere un esfuerzo conjunto y colaborativo que haga ¨¦nfasis en un planeamiento educativo visionario, pragm¨¢tico y que considere a la educaci¨®n como un derecho humano fundamental
Nuestra regi¨®n se enfrenta a cambios sociales de gran escala que convocan a replantear nuevamente qu¨¦ educaci¨®n necesitamos para construir la sociedad que deseamos. Las profundas transformaciones sociales, aceleradas durante la pandemia de COVID-19, evidencian altos niveles de incertidumbre de una humanidad cada vez m¨¢s globalizada. Ante esta realidad, la educaci¨®n es esencial para la construcci¨®n de un futuro m¨¢s equitativo y sostenible. Para lograrlo, debemos promover una...
Nuestra regi¨®n se enfrenta a cambios sociales de gran escala que convocan a replantear nuevamente qu¨¦ educaci¨®n necesitamos para construir la sociedad que deseamos. Las profundas transformaciones sociales, aceleradas durante la pandemia de COVID-19, evidencian altos niveles de incertidumbre de una humanidad cada vez m¨¢s globalizada. Ante esta realidad, la educaci¨®n es esencial para la construcci¨®n de un futuro m¨¢s equitativo y sostenible. Para lograrlo, debemos promover una planificaci¨®n educativa que movilice los recursos colectivos para llevar adelante esta tarea.
Frente a este escenario, la primera coordenada para planificar el futuro de la educaci¨®n en nuestra regi¨®n es activar la comunidad regional de pol¨ªticas educativas y el desarrollo. Esto implica construir una narrativa colectiva que articule educaci¨®n y desarrollo. Es fundamental interpretar la coyuntura actual con sus posibilidades y peligros, para orientar nuestras acciones hacia un futuro deseado y elegido. La investigaci¨®n y reflexi¨®n sobre la situaci¨®n actual son esenciales, pero no suficientes. Por eso, desde el IIPE UNESCO, este 15 y 16 de octubre en Buenos Aires realizaremos un nuevo Foro Regional de Pol¨ªtica Educativa para seguir trabajando en la construcci¨®n de una agenda com¨²n. Necesitamos comunidades que experimenten alternativas y activen los debates necesarios para trazar direcciones posibles y consensuadas.
En la reciente Declaraci¨®n de Santiago 2024, los ministros y altas autoridades educativas de la regi¨®n ratificaron el compromiso con las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 de la Agenda 2030, que busca garantizar una educaci¨®n inclusiva, equitativa y de calidad para todas las personas. Este documento destaca la necesidad de abordar las brechas educativas, as¨ª como el papel fundamental del docente. Tambi¨¦n enfatiza la importancia de fomentar competencias socioemocionales y ciudadanas en estudiantes, asegurando entornos escolares saludables y libres de violencia. Estos acuerdos reflejan la urgencia de construir marcos que orienten las pol¨ªticas hacia un futuro colectivo, m¨¢s justo y sostenible.
La segunda coordenada es redise?ar las experiencias educativas en las aulas. Es importante materializar el concreto redise?o de las experiencias de aprendizaje en las escuelas. La pandemia evidenci¨® la necesidad de innovar en las pedagog¨ªas y de adoptar enfoques colaborativos que involucren a estudiantes en la resoluci¨®n de problemas y en la inclusi¨®n reparadora de las injusticias.
La planificaci¨®n educativa debe fortalecer a las escuelas como lugares protegidos, capaces de abrazar la diversidad e integrar las nuevas tecnolog¨ªas. En ese sentido, resulta imperativo movilizar a los diferentes actores, formar especialistas y generar proyectos que desarrollen y difundan nuevas pedagog¨ªas. Adem¨¢s, debe ampliarse la profesionalizaci¨®n docente y redise?ar las experiencias de aprendizaje para incluir e involucrar a estudiantes en su diversidad y contextos, ya que las experiencias educativas no solo deben transmitir conocimientos, sino tambi¨¦n forjar lazos sociales y proyectar futuros colectivos.
La tercera coordenada es relegitimar el Estado y sus capacidades. Implica fortalecer las capacidades estatales para liderar procesos de innovaci¨®n y movilizar energ¨ªas sociales en torno a la educaci¨®n. La experiencia latinoamericana muestra un Estado relativamente d¨¦bil y deslegitimado, que limita la capacidad de actuar de las sociedades. Un Estado capaz de interactuar inteligentemente con otros actores y liderar los cambios necesarios debe contar con los mejores perfiles tecno-pol¨ªticos, s¨®lidos sistemas de informaci¨®n, supervisi¨®n, curr¨ªculum, tecnolog¨ªa y formaci¨®n docente. Adem¨¢s, precisa una amplia red de contrapartes en la sociedad civil que movilice, discuta e invierta en la agenda de transformaciones en marcha.
En s¨ªntesis, como en otros momentos de nuestra historia, las transformaciones que se est¨¢n produciendo no deben quedar libradas a la espontaneidad o a la inercia social. Necesitamos asumirlas como una tarea colectiva. Estas tres coordenadas son nuestra primera respuesta para enfrentar los problemas de la regi¨®n y para planificar un camino colectivo, donde toda la sociedad sea parte.