Renato Opertti: ¡°Tenemos un sistema educativo con actores crispados en discusiones ideol¨®gicas¡±
El experto de la Unesco propone transformar la educaci¨®n para fortalecer las competencias fundacionales y ofrecer a los alumnos herramientas para pensar
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Am¨¦rica Latina tiene un problema muy serio: la mayor¨ªa de sus j¨®venes no domina conocimientos suficientes en lengua, ciencia y matem¨¢tica, seg¨²n el ¨²ltimo informe PISA. Estas competencias fundacionales, como se las conoce en el ¨¢mbito educativo, son consideradas las herramientas b¨¢sicas para pensar de manera aut¨®noma. ¡°Si no las manejamos, tendemos intuitivamente a aceptar lo que est¨¢ en funci¨®n de nuestras creencias sin procesarlas¡±, sostiene Renato Opertti (Montevideo, 62 a?os), presidente del Consejo Asesor de la Organizaci¨®n de Estados Iberoamericanos y experto en educaci¨®n de la Unesco. Para Opertti, este problema explicar¨ªa en parte la creciente desafecci¨®n democr¨¢tica entre los j¨®venes de la regi¨®n, donde por otro lado la seguridad coloniza el debate de pol¨ªticas p¨²blicas. ¡°Se cree que todo es un tema de m¨¢s represi¨®n olvidando que los cimientos educativos est¨¢n muy mal¡±, subraya.
Opertti recibi¨® a Am¨¦rica Futura en su casa de Montevideo, para conversar acerca de su libro Sobre educar y aprender para futuros mejores, el ¨²ltimo de cuatro ensayos postcovid que escribi¨® para aportar ideas y propuestas para la transformaci¨®n educativa en la regi¨®n. ¡°La educaci¨®n tiene que fundar un nuevo modo civilizatorio, porque hoy est¨¢ m¨¢s incrustada en mantener la insostenibilidad, asociada al cambio clim¨¢tico y a la p¨¦rdida de biodiversidad, que a interpelarla¡±, dice Opertti, que tambi¨¦n coordina la C¨¢tedra Unesco de Educaci¨®n H¨ªbrida en la Universidad Cat¨®lica del Uruguay.
Pregunta. Usted propone transformar la educaci¨®n, ?con qu¨¦ prop¨®sito?
Respuesta. El principal prop¨®sito de la educaci¨®n est¨¢ en formar seres libres y aut¨®nomos con capacidad de tomar posici¨®n propia, que logren manejar las alfabetizaciones fundacionales: la lengua, la ciencia, la matem¨¢tica. La educaci¨®n tiene que formar a los estudiantes en un humanismo universalista y es una herramienta para que las sociedades logren mayores niveles de justicia social y redefinan su relaci¨®n con la naturaleza. Otro aspecto descuidado es el de una educaci¨®n que nos encuentre con nuestro esp¨ªritu, que no tenga dificultades en discutir las contradicciones humanas.
P. ?Cu¨¢l es el principal desaf¨ªo que enfrenta Latinoam¨¦rica para alcanzarlos?
R. Un problema muy serio es que la mayor¨ªa absoluta de los j¨®venes de 15 a?os no maneja los conocimientos suficientes de lengua, ciencias y matem¨¢ticas, seg¨²n evaluaciones de PISA/OECD. La prioridad es lograr un salto de calidad en esos aprendizajes, porque sin esa base estamos hipotecando las posibilidades futuras de varias generaciones. Adem¨¢s, es un llamado de atenci¨®n en cuanto a si esto no implica minar las bases de la democracia.
P. En su libro sugiere que hay un estrecho v¨ªnculo entre la desafecci¨®n democr¨¢tica que existe en la regi¨®n y estos magros resultados en educaci¨®n.
R. Hay estudios en Am¨¦rica Latina que muestran que una preocupante proporci¨®n de j¨®venes est¨¢ dispuesta a ¡°sacrificar¡± la democracia si hay crecimiento econ¨®mico. ?Por qu¨¦ hacemos ¨¦nfasis en las alfabetizaciones fundacionales? Porque son las herramientas para pensar. Si no las manejamos, tendemos intuitivamente a aceptar lo que est¨¢ en funci¨®n de nuestras creencias sin procesarlas.
P. ?En qu¨¦ se ha fallado?
R. Uno de los grandes problemas de la regi¨®n es la baj¨ªsima percepci¨®n que tienen sus ¨¦lites pol¨ªticas y sociales del valor de la educaci¨®n para la inclusi¨®n, la convivencia y la democracia. La seguridad coloniza el debate de las pol¨ªticas p¨²blicas, se cree que todo es un tema de m¨¢s represi¨®n olvidando que los cimientos educativos est¨¢n muy mal. La educaci¨®n no es prioritaria en las agendas internacionales: solo el 2% de la cooperaci¨®n internacional se destina a educaci¨®n. Por otro lado, tenemos un sistema educativo con sus actores crispados en discusiones ideol¨®gicas sin poner el acento en lo fundamental.
P. Reivindica el rol activo del educador como agente de cambio. ?Qu¨¦ preocupaci¨®n comparten, por ejemplo, una maestra del campo argentino con otra de Guatemala?
R. Para un educador la mayor satisfacci¨®n es lograr que el alumno desarrolle su potencial, su talento, su creatividad. Hoy el educador siente que esa posibilidad est¨¢ cercada, por un lado, por un sistema educativo que en general no le da el apoyo necesario y, por otro, por relaciones complicadas con las familias. Muchas veces el educador se siente en el banquillo de los acusados: acusado por el sistema educativo, por las familias, por la pol¨ªtica. No quiero decir con esto que no haya que cambiar profundamente la formaci¨®n docente.
P. ?Es com¨²n en toda Am¨¦rica Latina?
R. Eso pasa en Am¨¦rica Latina, no tanto en otras sociedades. En las n¨®rdicas, por ejemplo, ese asedio no existe porque se cumple un principio fundamental: la confianza mutua entre educadores, alumnos, centro educativo y comunidad. Las relaciones de confianza generan una educaci¨®n m¨¢s fluida, menos trabada por los enfrentamientos. No es que no los haya, pero hay una base com¨²n que todos respetan y tiene que ver con el prestigio profesional del educador, algo que en Am¨¦rica Latina hemos perdido.
P. Se?ala que la humanidad est¨¢ en un punto de inflexi¨®n en referencia a la insostenibilidad de los estilos de vida predominantes y a la explotaci¨®n ilimitada de recursos naturales. ?La educaci¨®n ha sido funcional a este capitalismo desenfrenado que describe?
R. La educaci¨®n no ha logrado formar a las nuevas generaciones en valores y comportamientos que permitieran revertir este modelo explotador de la naturaleza. Por eso la educaci¨®n tiene que fundar un nuevo modo civilizatorio, porque hoy est¨¢ m¨¢s incrustada en mantener la insostenibilidad, asociada al cambio clim¨¢tico y p¨¦rdida de biodiversidad, que a interpelarla. La educaci¨®n tiene que recobrar el sentido de emancipaci¨®n de las personas, d¨¢ndoles las herramientas y los conocimientos para que interpelen un capitalismo que no repara en la relaci¨®n de interdependencia entre los humanos y la naturaleza. Si la educaci¨®n reproduce o no este modelo es un debate central, pero muchas veces se pierde porque las discusiones est¨¢n acaparadas, por ejemplo, por las tecnolog¨ªas, en un derrotero de ¡°tecnosolucionismo¡±.
P. ?C¨®mo abordar el uso de las tecnolog¨ªas digitales en las aulas?
R. Primero, entendi¨¦ndolas y jerarquiz¨¢ndolas como un instrumento de apoyo en los procesos de ense?anza, aprendizaje, evaluaci¨®n. Segundo, estudiando su conveniencia en la especificidad educativa, porque uno de los problemas es que no han sido dise?adas con fines educativos. Tenemos que preguntarnos de qu¨¦ manera las tecnolog¨ªas aportan valor a la relaci¨®n insustituible entre alumno y educador. Tercero, hay que tener claridad sobre las cuestiones ¨¦ticas, desarrollando en los alumnos la capacidad de interpelar a las tecnolog¨ªas. La inteligencia artificial podr¨¢ ser un apoyo en la medida en que potenciemos la inteligencia humana.
P. La investigadora Maryanne Wolf habla de la ¡°reconquista de la atenci¨®n del estudiante¡± y de la importancia de la formaci¨®n en lectura profunda. ?C¨®mo hacerlo en tiempos de inmediatez digital?
R. No hay educaci¨®n sin atenci¨®n y la atenci¨®n implica profundidad. El Informe Mundial de Seguimiento de la Educaci¨®n 2023 hace referencia a estudios que muestran que cuando el alumno est¨¢ en clase y recibe una notificaci¨®n de una aplicaci¨®n, le lleva 20 minutos volver a prestar atenci¨®n. La presencia de las tecnolog¨ªas digitales no puede ir en desmedro de la lectura impresa. Si queremos una sociedad m¨¢s democr¨¢tica y ciudadanos m¨¢s vigilantes, como se?ala Wolf, necesitamos que los alumnos comprendan los textos que leen.
P. Su trabajo refleja la importancia de la educaci¨®n h¨ªbrida, que combine las clases presenciales con la formaci¨®n en l¨ªnea. Es un desaf¨ªo, porque la pandemia mostr¨® la profunda brecha digital que existe en el continente.
R. Quiz¨¢s Uruguay sea el pa¨ªs latinoamericano que est¨¢ en mejores condiciones de universalizar la educaci¨®n h¨ªbrida, porque logr¨® universalizar el acceso a las tecnolog¨ªas en la educaci¨®n primaria y media, con plataformas y recursos educativos gratuitos. Pero todav¨ªa no lo ha hecho. Avanzar hacia modos h¨ªbridos implica una inversi¨®n muy fuerte del Estado en garantizar lo que Unesco llama el derecho a la conectividad gratuita en la educaci¨®n. Sin eso, los modos h¨ªbridos reproducen la desigualdad y acrecientan las brechas sociales.
P. Precisamente, este es el continente m¨¢s desigual del planeta con una marcada segregaci¨®n social y territorial. ?Qu¨¦ consecuencias tiene en la educaci¨®n?
R. Por esa segregaci¨®n la educaci¨®n es crecientemente separadora. Tiene que ver con el separatismo que proviene de la sociedad, pero tambi¨¦n del sistema educativo. Cuando separamos, sin vasos comunicantes, a los alumnos en educaci¨®n t¨¦cnica o media, el sistema termina reproduciendo la segregaci¨®n que hay afuera. Las sociedades n¨®rdicas son m¨¢s igualitarias e inclusivas porque la educaci¨®n lo transmite y no genera circuitos diferenciados. Hay que pensar en una educaci¨®n por ciclos etarios, de los tres a los 18 a?os, sin interrupciones, integrando espacios de aprendizaje, formales y no formales. La distinci¨®n tradicional entre educaci¨®n primaria y media es obsoleta.
P. Esto supone revolucionar el actual modelo educativo.
R. La educaci¨®n est¨¢ basada en un esquema fijo de contenidos, de tiempo de instrucci¨®n, de metodolog¨ªas, cuando deber¨ªa ser todo lo contrario. Una educaci¨®n que es flexible cambia el punto de partida. Porque la educaci¨®n que no se ajusta a la necesidad de cada alumno penaliza a los m¨¢s pobres, que no tienen otras formas de compensar las deficiencias de la educaci¨®n. En parte por eso en Am¨¦rica Latina tenemos el problema de expulsi¨®n de los estudiantes de la educaci¨®n media.
P. Lo llama expulsi¨®n, no abandono ni deserci¨®n.
R. Esa expulsi¨®n tiene que ver con la incapacidad de atender la diversidad de cada alumno y de imponer un modelo que termina siendo altamente regresivo. Hay que balancear e integrar las metodolog¨ªas de ense?anza y de aprendizaje para lograr una educaci¨®n de escucha atenta a cada alumno. Es un cambio de paradigma que implica entender la educaci¨®n como un asunto intergeneracional de ida y vuelta.
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