Los recuerdos y los d¨ªas
¡®El salto de Darwin¡¯ y ¡®Familia Camino¡¯ son dos espect¨¢culos que se adentran con distintos resultados en las relaciones filioparentales
El salto de Darwin y Familia Camino, dos obras estrenadas recientemente en Madrid, son dos recorridos fun¨¢mbulos sobre el abismo de sentimientos encontrados que rigen las relaciones filioparentales. La primera es de Sergio Blanco, perito en autoficciones, coproducida por el Festival de Oto?o y el Teatro Espa?ol, y la segunda es una comedia autoficcional con la que el actor C¨¦sar Camino debuta como dramaturgo y director, financiada de su bolsillo.
Comedia en ruta, El salto de Darwin relata la traves¨ªa emprendida por una familia del norte argentino para depositar en un glaciar las cenizas de su hijo, ca¨ªdo en la guerra de las Malvinas, islas que jugaron un papel notable en la fragua de la teor¨ªa de la evoluci¨®n. En este montaje, dirigido por Natalia Men¨¦ndez, colegimos que los personajes que interpretan Jorge Us¨®n y Goizalde N¨²?ez son padres de una joven (y suegros potenciales del chico que los acompa?a) porque esta los nombra como tales, pues parecen m¨¢s bien todos ellos miembros de un grupo de iguales, por c¨®mo est¨¢n compuestos por sus int¨¦rpretes y tratados por la direcci¨®n. Su carrera rumbo al sur y la de los brit¨¢nicos por finiquitar la guerra, que corren en paralelo, confluyen finalmente sin que se produzca alquimia dram¨¢tica alguna en tiempo tan dilatado. Solo la entrada de una transexual, encarnada vigorosamente por Cecilia Freire, y alguna de sus otras intervenciones, insuflan aliento vital en una sucesi¨®n de escenas que durante el estreno parec¨ªan a¨²n en esbozo.
En Familia Camino, el deterioro cognitivo que sufre la anciana madre de su protagonista y el c¨¢ncer que arrincona a su padre son una met¨¢fora y quiz¨¢ una consecuencia de la desangelada constelaci¨®n de relaciones tejida entre ambos progenitores y sus dos hijos a lo largo de los a?os, llevada a escena sin eufemismos y con una punta humor¨ªstica afinad¨ªsima. Camino sabe bien lo que cuenta, pero sabe tambi¨¦n c¨®mo contarlo: mostrando siempre el lado c¨®mico de lo tr¨¢gico. Con perspectiva envidiable, ha marcado tiempos, ritmos y pausas de modo que no se produzca meandro, gotera ni p¨¦rdida alguna del caudal con el que mantiene hidratado a su p¨²blico. Est¨¢n muy bien definidos el tono, el volumen, el temperamento y el pronto de los personajes que encarnan Eloy Arenas, Carmen Flores y el propio Camino, pero Tina Sainz coloca los golpes humor¨ªsticos con una precisi¨®n que solo tienen los grandes estilistas del pugilato.
El salto de Darwin. Texto: Sergio Blanco. Direcci¨®n: Natalia Men¨¦ndez. Naves del Espa?ol en Matadero. Madrid. Hasta el 17 de enero.
Familia Camino. Texto y direcci¨®n: C¨¦sar Camino. Teatro Lara. Madrid. Hasta el 9 de enero.
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