Un pensador contra los tiranos
Considerado el fundador del pensamiento pol¨ªtico ¨¢rabe moderno, Abderrahm¨¢n al-Kaw¨¢kibi public¨® en el exilio un ensayo decisivo sobre el despotismo
![Protestas contra el Gobierno en El Cairo en enero de 2011, preludio de la primavera ¨¢rabe.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GPSPZISRMFCTFF2Y77ZHAP66PY.jpg?auth=c5641e954e50b3e4a6f60744785f4500e34d15fab9d7d1a9be0574b3318319d4&width=414)
Hoy, como hace 100 a?os, cuando muri¨® el pensador sirio Al-Kaw¨¢kibi, para un musulm¨¢n comprometido transformar es liberar. Liberar a la sociedad y liberarse mentalmente de las falsas interpretaciones que sojuzgan a comunidades e individuos y los someten a la tiran¨ªa de la ignorancia, la peor de las enfermedades, porque abre la puerta a las dem¨¢s: el autoritarismo pol¨ªtico, la dependencia econ¨®mica, la debilidad moral, la desigualdad social. La historia intelectual ¨¢rabe desde la Nahda ¡ªel renacimiento cultural de finales del siglo XIX¡ª hasta la actualidad es una reflexi¨®n sin soluci¨®n de continuidad en torno a las razones de esta situaci¨®n de postraci¨®n generalizada, y a las v¨ªas para superarla. En ello ha consistido la modernidad ¨¢rabe, tambi¨¦n su posmodernidad; m¨¢s concienzuda en sus planteamientos y dialogante la primera, m¨¢s radical y rupturista la segunda.
Esta modernidad, apasionada en sus debates, estuvo condicionada por la zarpa del capitalismo colonial y la colonizabilidad de las mentalidades, baldones que se prolongaron m¨¢s all¨¢ del estricto periodo colonial. Y aunque el tambaleante Imperio Otomano acab¨® cayendo tras la Primera Guerra Mundial, la relaci¨®n entre pol¨ªtica y religi¨®n, y en concreto entre pol¨ªtica e islam, sigui¨® determinando toda aproximaci¨®n al futuro. Gramsci, mucho m¨¢s influyente en la intelectualidad ¨¢rabe de lo que se cree, avanz¨® en 1929 una imagen del islam tan precisa como todas las suyas cuando dijo que ¡°el islam se ve obligado a correr vertiginosamente¡±. Y as¨ª ha venido siendo durante el ¨²ltimo siglo y medio.
Las propuestas de los pensadores modernistas oscilaron entre las soluciones constitucionalistas, como las que puso en marcha el visir Jair al-Din (1822-1890) en T¨²nez, las reformulaciones semilaicas del califato, como la de Rachid Rida (1865-1935), y la negaci¨®n tajante de la islamicidad de la instituci¨®n califal por parte de los menos, como Ali Abderr¨¢ziq (1888-1966). Abderrahm¨¢n al-Kaw¨¢kibi (1855-1902) forma parte de este movimiento reformista que ciment¨® el mundo ¨¢rabe que hoy conocemos, y en el que quiz¨¢ ¨¦l no se reconocer¨ªa. Su obra La naturaleza de la tiran¨ªa y la lucha contra el servilismo ¡ªtraducida con maestr¨ªa por Pablo Garc¨ªa Su¨¢rez¡ª es un an¨¢lisis que supera enfoques previos y posteriores.
![La naturaleza de la tiran¨ªa](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/N4PCOW2VFNEFDFYUVJUX7EUV2Y.jpg?auth=056e6d8a29705cffd0a6bb70b24a34264cbba06acca98091fca16e92083615af&width=414)
Al-Kaw¨¢kibi, un autor tan genial como desconocido en Occidente, fue un alepino que acab¨® sus d¨ªas en El Cairo envenenado por orden del sult¨¢n Abdul Hamid II. Abogado, periodista y funcionario, miembro de una antigua familia venida a menos, nada de su ciudad le era ajeno (pas¨® por la alcald¨ªa, la c¨¢mara de comercio, la direcci¨®n de varios diarios), lo que le supuso enfrentarse al Gobierno otomano y marchar al exilio en 1899. En Egipto public¨® las dos obras por las que merece ser considerado el fundador del pensamiento pol¨ªtico ¨¢rabe moderno: La naturaleza de la tiran¨ªa y La Madre de las Ciudades (sobrenombre de La Meca). Lo habitual entre pol¨ªticos e historiadores de las ideas ha sido apreciar la primera (m¨¢s te¨®rica y prospectiva) e ignorar la segunda (m¨¢s pr¨¢ctica y program¨¢tica). Sin embargo, resulta dif¨ªcil, y no solo sesgado, intentar comprender la agudeza de Al-Kaw¨¢kibi sin ponderarlas conjuntamente.
Su cr¨ªtica feroz del despotismo y su disecci¨®n de los or¨ªgenes de la tiran¨ªa en las sociedades ¨¢rabes no es menos l¨²cida que sus propuestas de regeneraci¨®n aut¨¦nticamente salafistas. El ¡°despotismo¡± de Al-Kaw¨¢kibi no es un mal oriental ligado a la estructura econ¨®mica, como diagnostic¨® Marx, ni un ineludible designio divino, sino el resultado de la corrupci¨®n humana, consciente y consentida, de los ideales isl¨¢micos primigenios, muy rousseaunianos por otra parte: ¡°El islam, puesto que elimina todo sometimiento, se asienta sobre los principios de la libertad, gobierna con justicia y equidad, con igualdad y fraternidad, e incita a la bondad y la concordia¡±. Pero al despotismo no se le combate por las bravas, sino de manera progresiva, mediante programas educativos, el compromiso de la ¨¦lite y la implicaci¨®n de la prensa como servicio p¨²blico.
En este proyecto revolucionario de maneras reformistas, es forzoso el papel que Al-Kaw¨¢kibi otorga a la juventud, demostrando un des?crei?mien?to de las instituciones que no se aprecia en igual medida en sus coet¨¢neos reformistas. En su andanada contra el viejo orden, el de los sultanes y los ulemas, no sale bien parada su querida lengua ¨¢rabe, una lengua de retru¨¦canos a la que tambi¨¦n hay que liberar para que llame a las cosas por su nombre, empezando por la naci¨®n y la pol¨ªtica. Ni se libra Europa, a la que admira por sus progresos t¨¦cnicos, como era habitual, pero a la que critica por su intervencionismo ?y por el servicio militar obligatorio! De ¨¦l dice, nada menos, que es una infamia que protege ¡°por un lado, la tiran¨ªa de los Gobiernos que comandan esa fuerza armada, y por otro, la tiran¨ªa de las naciones que se enfrentan entre s¨ª¡±.
Durante todo el siglo XX, Al-Kaw¨¢kibi estuvo y no estuvo: en el mejor de los casos se le resucit¨® a medias, como hicieron los nacionalistas pansirios, los panarabistas, los comunistas y los islamistas. Con las revueltas ¨¢rabes de 2011, ha sido t¨ªmidamente recuperado por la izquierda, siempre dejando en claroscuro la parte de su propuesta que enra¨ªza con el reformismo isl¨¢mico y defiende un Estado confesional, con un califato ¨¢rabe sometido a los distintos Estados de derecho. En cualquier caso, su esp¨ªritu cr¨ªtico y libre y un orgullo de ¨¢rabe que se siente parte integral del decurso universal son el legado que hoy la juventud democr¨¢tica reinterpreta en su lucha contra la cultura regimencialista.
![La naturaleza de la tiran¨ªa](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/N4PCOW2VFNEFDFYUVJUX7EUV2Y.jpg?auth=056e6d8a29705cffd0a6bb70b24a34264cbba06acca98091fca16e92083615af&width=414&height=414&smart=true)
La naturaleza de la tiran¨ªa y la lucha contra el servilismo?
Autor: Abderrahm¨¢n al-Kaw¨¢kibi.
Traducci¨®n: Pablo Garc¨ªa Su¨¢rez.
Editorial: Verbum, 2020.
Formato: 197 p¨¢ginas. 19,95 euros.
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