En el nombre de la madre

Un drama judicial que se sigue sin pesta?ear, escrito por Itziar Pascual y Amaranta Osorio a partir de una sentencia dictada por una Audiencia Provincial espa?ola y confirmada por el Tribunal Supremo. El grito escenifica en el madrile?o teatro Fern¨¢n G¨®mez el v¨ªa crucis de Aina, una joven que, tras quedar embarazada de su compa?ero amant¨ªsimo (Rub¨¦n) mediante fecundaci¨®n in vitro, advierte en ¨¦l un cambio radical. A partir de ese momento, el hombre le impone que abandone el trabajo para cuidar de sus mellizos en ciernes e instala c¨¢maras en el interior del hogar, para vigilarla. Hasta que en un giro que ella no se explica, su pareja la abandona.

Meses despu¨¦s, Aina, alentada por su madre, pide justicia gratuita. La abogada que se le asigna interpone una demanda de guarda, custodia y alimentos de menores, a la que el letrado de Rub¨¦n contesta con una demanda de impugnaci¨®n de paternidad. Es el inicio de un pleito abracadabrante, cuyos giros y vaivenes no desvelar¨¦. Encarnada por Nuria Garc¨ªa, esta Aina c¨¢ndida pero determinada despierta una simpat¨ªa creciente: muy pronto, el p¨²blico se pone en su lugar. Sin trabajo ni ahorros, con dos criaturas y una madre cuyo deterioro cognitivo se va acentuando conforme transcurre el proceso judicial, Aina hace un viaje inici¨¢tico desde la ceguera rom¨¢ntica hasta el conocimiento de s¨ª misma, tras atravesar el purgatorio de la difamaci¨®n y el acoso. Garc¨ªa, int¨¦rprete de tres montajes dirigidos por Robert Lepage, sostiene su papel con arrojo, gallard¨ªa y encanto inmarcesible. Su lucha es la de David contra Goliath y Asociados. Ana Fern¨¢ndez transmite una ternura y un desamparo infinitos en el papel de la crepuscular madre de la v¨ªctima.

El caso est¨¢ expuesto con claridad, guardando un equilibrio fr¨¢gil entre lo dram¨¢tico y lo l¨ªrico: no es esta una obra period¨ªstica, sino social y de intriga, aunque el discurso de sus personajes no est¨¢ tan entra?ado como en las comedias de Eduardo de Filippo, qui¨¦n de joven sol¨ªa tomar apuntes en los juzgados de lo penal. Interpretada por Luc¨ªa Barrado, la abogada recorre todo el arco afectivo desde su escepticismo preliminar hasta la asunci¨®n apasionada de la defensa de su cliente. Con sobriedad gestual, Jos¨¦ Luis Alcobendas le imprime fulgor y arrogancia al due?o de la cl¨ªnica. Alberto Iglesias perfila a la perfecci¨®n el servilismo de su letrado. Adriana Roffi, la directora, ha ensamblado vigorosamente las piezas del puzle.

El grito. Texto: Itziar Pascual y Amaranta Osorio. Direcci¨®n: Adriana Roffi. Teatro Fern¨¢n G¨®mez. Madrid. Hasta el 4 de abril.