Entre el humor negro y el chascarrillo

Ira es una comedia escrita por el actor y dramaturgo Juli¨¢n Ortega que oscila entre el humor negro y el chascarrillo. El equilibrio no es f¨¢cil y la obra chirr¨ªa a ratos. Vuela cuando la trama se desliza hacia lo fant¨¢stico y el absurdo, pero la sucesi¨®n de chistes de sainete que el autor intercala en los di¨¢logos la hace descender a tierra en muchos momentos.

El argumento da pie a buenas situaciones de humor negro, cargadas de cr¨ªtica social, propiciadas sobre todo por la contraposici¨®n de sus dos personajes: una viuda...

Ira es una comedia escrita por el actor y dramaturgo Juli¨¢n Ortega que oscila entre el humor negro y el chascarrillo. El equilibrio no es f¨¢cil y la obra chirr¨ªa a ratos. Vuela cuando la trama se desliza hacia lo fant¨¢stico y el absurdo, pero la sucesi¨®n de chistes de sainete que el autor intercala en los di¨¢logos la hace descender a tierra en muchos momentos.

El argumento da pie a buenas situaciones de humor negro, cargadas de cr¨ªtica social, propiciadas sobre todo por la contraposici¨®n de sus dos personajes: una viuda solitaria de pocos recursos y sue?os anarquistas ¡ª?quiz¨¢s inspirada en aquellos llamados yayoflautas que se manifestaron en paralelo a los j¨®venes del 15-M?¡ª y un ambicioso polic¨ªa antidisturbios de ideolog¨ªa opuesta que resulta ser su hijo. La comedia se dispara cuando la madre, al verse desahuciada por el banco, comete un crimen y se ve obligada a pedir ayuda al hijo. Y se refuerza cuando adem¨¢s le confiesa que su verdadero padre no es quien siempre ejerci¨® como tal, sino otro que no desvelaremos aqu¨ª para no estropear la sorpresa. Baste decir que es una revelaci¨®n delirante, pero que se produce en el momento preciso, cuando la trama ya est¨¢ lo suficientemente desmadrada para dar el salto al plano fant¨¢stico. En ese sentido no se le pueden poner pegas, aunque s¨ª a su resoluci¨®n: da la sensaci¨®n de que el autor se mete en un jard¨ªn del que no sabe salir y acaba tir¨¢ndose por el precipicio m¨¢s cercano.

La direcci¨®n de Dan Jemmett juega a favor del espect¨¢culo. El brit¨¢nico, que suma ya varios trabajos al mando de producciones espa?olas, entre ellas una espl¨¦ndida versi¨®n del Nekrassov de Sartre estrenada hace dos temporadas en el Teatro de La Abad¨ªa de Madrid, reh¨²ye el costumbrismo en su puesta en escena y potencia lo fant¨¢stico, de manera que cuando llega el delirio todo ya es veros¨ªmil. Ayuda a ello tambi¨¦n la simb¨®lica escenograf¨ªa de Vanessa Actif, que juega po¨¦ticamente con las perspectivas para trasladarnos a los distintos planos de acci¨®n.

El propio Juli¨¢n Ortega protagoniza su obra, muy bien compenetrado con la veterana Gloria Mu?oz ¡ªque, por cierto, tambi¨¦n es su madre en la vida real¡ª, y ambos componen sus personajes con originalidad, aunque en el l¨ªmite de la caricatura. Buscan quiz¨¢ demasiado la risa del p¨²blico, inducidos posiblemente por los muchos chistes que salpican el texto. No era necesario.

Ira. Texto: Juli¨¢n Ortega. Direcci¨®n: Dan Jemmett. Teatro Espa?ol. Madrid. Hasta el 18 de abril.

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