Mirar el presente para ver el futuro
David Farrier rastrea ins¨®litos papeles cient¨ªficos y ficciones imaginativas para vislumbrar la huella que dejar¨¢ el mundo contempor¨¢neo en los siglos venideros
Es un hecho curioso que tanto la noci¨®n de tiempo como la de espacio, frutos del cerebro humano, condicionan todos nuestros actos, nuestra visi¨®n del mundo y tambi¨¦n nuestra identidad. El universo ignora el ayer y el ma?ana, el antes y el despu¨¦s, arriba y abajo, izquierda y derecha. Pero nosotros los humanos venimos al mundo conjugando en tiempos distintos los verbos que todav¨ªa no sabemos pronunciar, imaginando que los cambios que sufrimos al crecer y declinar son obra de un dios voraz que nos persigue incansablemente con su clepsidra, desde la cuna hasta la tumba certera. En el universo que as¨ª concebimos (que no es el de la astrof¨ªsica) todo tiene meta y deja rastros, y no aceptamos que nuestro pasado, presente y futuro sean coet¨¢neos. Queremos conocer el principio de los hechos y lo que ocurri¨® antes del principio; queremos conocer el futuro y el momento posterior al ¨²ltimo. De estas imposibilidades estamos hechos.
David Farrier, profesor de Literatura en la Universidad de Edimburgo, en un libro brillante y entretenido, prolijamente traducido por Pedro Pacheco Gonz¨¢lez, se ha propuesto encontrar en lo que llamamos nuestro presente las claves que leeremos en lo que llamamos nuestro futuro. Desde nuestro siglo XXI analizamos e interpretamos las huellas que han dejado nuestros remotos abuelos y las otras criaturas que nos precedieron en esta tierra querida: sedimentos, f¨®siles, ruinas, bibliotecas, cementerios, escombros y basura. ?Qu¨¦ huellas dejaremos nosotros para futuros int¨¦rpretes, si por milagro nuestra especie sobrevive durante a¨²n un siglo o 10? ¡°Nuestras huellas,¡± nos dice Farrier, ¡°revelar¨¢n c¨®mo hemos vivido a cualquiera que por entonces siga aqu¨ª para descubrirlas, dando pistas de aquello que hemos cuidado y de lo que no, los pasos que dimos y la direcci¨®n que decidimos seguir¡±.
Afortunadamente, Farrier no conf¨ªa (al menos, no exclusivamente) en estad¨ªsticas y proyecciones de mercado. Sus fuentes son ins¨®litos papeles cient¨ªficos, imaginativas ficciones firmadas por Virginia Woolf, Borges, Ursula K. Le Guin, y cr¨®nicas divertidas e inteligentes como la de T¨¦t¨¦-Michel Kpomassie, el africano que abandon¨® su pa¨ªs tropical por temor a las serpientes y se fue a vivir a Groenlandia, donde fue albergado en una casa de hielo tapizada anualmente con peri¨®dicos que serv¨ªan como archivo de la historia reciente del mundo en ese punto lejano (para nosotros) del planeta. A partir de una escena de Los herederos, de William Golding, en la que un hombre neandertal tiene una primera imaginaci¨®n de una concha como vasija, pasando por la aserci¨®n de la arque¨®loga Elizabeth Fisher de que un recept¨¢culo para transportar cosas, y no un cuchillo, fue la primera herramienta, deteni¨¦ndose un momento en las mitolog¨ªas contempor¨¢neas que compuso Roland Barthes para Les lettres nouvelles, Farrier llega por fin a las islas de desechos pl¨¢sticos que se acumulan implacablemente en nuestros oc¨¦anos, para acabar dentro de un mill¨®n de a?os cuando uno de estos desechos ¡ªuna botella de pl¨¢stico, v¨¢stago de la concha prehist¨®rica¡ª complete su ciclo inmortal y vuelva al agua. De alguna manera imperceptible, Farrier logra convertir las r¨ªgidas restricciones de nuestras leyes temporales y espaciales en suntuosos tejidos y tupidos palimpsestos que componen no un tedioso y obligatorio camino de A a Z, sino un m¨¢gico entrecruzamiento de edades, lugares e imaginaciones que nos revelan una calidosc¨®pica visi¨®n del cosmos.
¡°Si se descubriera ahora un Nuevo Mundo, ?sabr¨ªamos verlo?¡±, pregunt¨® alguna vez Italo Calvino. Farrier lo cita para concluir su ensayo y pregunta si sabremos reconocer, en lo que nos parece m¨¢s transitorio y fugaz, las huellas que dejaremos cuando nos hayamos ido. ¡°Pasamos por alto la oportunidad,¡± dice Farrier, ¡°de ver las cosas no solo por lo que son, sino tambi¨¦n por aquello en lo que se est¨¢n convirtiendo¡±. Los f¨ªsicos nos dicen que nuestros ¨¢tomos son los mismos que los que componen las m¨¢s lejanas estrellas, ¨¦sas que ya no existen sino en la luz que nos llega con inaudito atraso. ?Qu¨¦ conjuntos de ¨¢tomos dejaremos atr¨¢s? ?En qu¨¦ se convertir¨¢n nuestras ruinas y vivencias?
Hace m¨¢s de 20 siglos, Ovidio sentenci¨® que ¡°todo se transforma, nada muere; el aliento vital contin¨²a a soplar haciendo prisionero toda clase de criatura; de los cuerpos de las bestias pasa al de los humanos, y de los nuestros a las bestias; nunca jam¨¢s se apaga¡±. Farrier propone ver nuestra existencia (y la de nuestro mundo) como una suerte de metempsicosis ovidiana en la que vamos transform¨¢ndonos y transformando nuestro universo, a medida que dejamos, como retazos de esa piel de la que se despojan las serpientes, huellas que contar¨¢n a lectores futuros, quienesquiera que sean, que aqu¨ª vivimos y por aqu¨ª pasamos, antes de convertirnos nuevamente en polvo de estrellas.
Huellas. En busca del mundo que dejaremos atr¨¢s?
Autor: David Farrier?
Traducci¨®n de Pedro Pacheco Gonz¨¢lez .
Editorial: Cr¨ªtica, 2021.
Formato: 288 p¨¢ginas. 20,90 euros.
Puedes seguir a BABELIA en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.