Libros de tomo y lomo
Nada me gustar¨ªa m¨¢s que la pr¨®xima 80? Feria del Libro de Madrid saliera bien. A los expositores y a la organizaci¨®n les va mucho en ello
1. Frida
Cuando tengo que referirme a libros publicados hace tiempo, prefiero citarlos en su edici¨®n de bolsillo, si es que ya se han (re)editado as¨ª. No siempre lo consigo: unas veces por despiste, otras porque la edici¨®n normal no resulta tan cara y la de bolsillo se hace esperar (eso es lo que le pas¨® a Tiempo de silencio, de Luis Mart¨ªn-Santos), otras porque el dise?o y puesta en p¨¢gina merecen la recomendaci¨®n (un ejemplo evidente: ?ltimo round, de Cort¨¢zar, en la edici¨®n original de Julio Silva, 1969). Aun as¨ª, todav¨ªa siento pudor e inhibici¨®n a la hora de citar libros caros: pienso que, por principio, ning¨²n libro deber¨ªa costar m¨¢s del 1% del salario m¨ªnimo interprofesional, algo de lo que pocas novedades pueden presumir; pero eso no deja de ser un deseo tontiloco, porque cada libro tiene un coste que se refleja en el escandallo, a partir del que los editores fijan su precio y su posible margen. Todo lo anterior viene a cuento de que el libro al que voy a referirme es caro. Y tambi¨¦n una joya. A menudo Taschen, que probablemente posea uno de los cat¨¢logos m¨¢s onerosos del planeta, publica una de esas obras que uno no deber¨ªa llevarse a una isla desierta, ni tampoco dejar dormitar ostentosamente en la coffee table del sal¨®n. Frida Kahlo. Obra pict¨®rica completa (edici¨®n de Luis-Mart¨ªn Lozano), publicada en espa?ol por la editorial de Benedikt Taschen, tiene 642 p¨¢ginas, mide 29 ¡Á 40 cent¨ªmetros, pesa 5,4 kilos y cuesta 150 euros. En cuanto al contenido, se trata de un impresionante (y nada manejable) vadem¨¦cum de la gran artista mexicana, cuya obra ha crecido en estima popular y cr¨ªtica a lo largo del tiempo. Ignorada primero, olvidada despu¨¦s, Kahlo se convirti¨® en un mito pop en los setenta y ochenta, cuando las mujeres ya estaban saliendo en tropel del armario en que estaban encerradas. Sus ropajes indigenistas, su bozo deliberadamente cultivado y sus cejas juntas y sin depilar contribuyeron a popularizar su imagen ic¨®nica y natural. Un icono del sufrimiento, tambi¨¦n; como Kahlo explic¨® a Breton, a quien fascinaba su obra, ella no era surrealista, porque no pintaba sus sue?os, sino su vida. Adem¨¢s del tr¨¢gico accidente que le quebr¨® la columna vertebral por tres sitios, y por el que tuvo que someterse a una treintena de operaciones a lo largo de su vida, Frida padeci¨® enfermedades, amputaciones, abortos, intentos de suicidio. Eso, por solo referirme a los padecimientos f¨ªsicos. Una de las ra¨ªces ¡ªy desde luego el motor¡ª de su pintura es ese sufrimiento. No, Frida era m¨¢s que surrealista: si rastreamos influencias, tenemos que referirnos a la cultura popular mexicana, al expresionismo tard¨ªo, al realismo de los muralistas, a los pintores de la Nueva objetividad (Schad, Dix). A Frida la acerc¨® Tina Modotti al Partido Comunista de M¨¦xico, donde conoci¨® a Diego Rivera, otro militante con el que se cas¨® (dos veces) formando en ambas un c¨®ctel explosivo, a la vez ad¨²ltero y entra?able. En el libro se reproducen, adem¨¢s de sus 152 pinturas ¡ªcasi todas son o tienen algo de autorretrato, algunos terribles¡ª, un conjunto impresionante de fotograf¨ªas a cargo de artistas como William Weston, Imogen Cunningham, Dora Maar, Manuel y Lola ?lvarez Bravo, Lucienne Bloch. Adem¨¢s se incluye una antolog¨ªa de sus cartas, una extensa bibliograf¨ªa y un cat¨¢logo razonado de cada una de sus pinturas. Miren, ya s¨¦ que es caro y que no est¨¢ el horno para (m¨¢s) bollos, pero ten¨ªa que cont¨¢rselo.
2. Dos eventos
Nada me gustar¨ªa m¨¢s que la pr¨®xima 80? Feria del Libro de Madrid (del 10 al 26 de septiembre) saliera bien. A los expositores y a la organizaci¨®n les va mucho en ello. Manuel Gil, el director, no puede ser m¨¢s optimista: he le¨ªdo sus declaraciones en el Publishers Weekly en espa?ol, una de las publicaciones patrocinadoras del evento (y de cuyo consejo editorial, por cierto, Gil forma parte), y se muestra seguro y esperanzado. Las medidas anticovid implementadas ofrecen credibilidad suficiente, y debo decir que hasta la p¨¢gina web de este a?o funciona bien: incluso se publica con antelaci¨®n la lista de firmantes. No creo que, tras los gastos veraniegos y la vuelta al cole, haya pu?aladas para visitarla, pero ya veremos. En cuanto a Colombia, el pa¨ªs invitado, todav¨ªa nadie ha sabido informarme con certeza acerca de los escritores que vendr¨¢n, pero sospecho que no se espera a algunos muy admirados aqu¨ª, como H¨¦ctor Abad Faciolince, Laura Restrepo, Juan Gabriel V¨¢squez o Santiago Gamboa. Un segundo evento al que estar atento en Madrid es la exposici¨®n Crueldad, una extensa muestra de la fotograf¨ªa de Chema Madoz que han comisariado Juan Barja y Patxi Lanceros, y que podr¨¢ verse en el C¨ªrculo de Bellas Artes desde el 16 de septiembre al 21 de noviembre. La exposici¨®n explora el aura inquietante o siniestra (en el sentido que daba Freud a lo Unheimlich a partir del c¨¦lebre relato de E. T. A. Hoffmann El hombre de arena) con que se presentan objetos cotidianos y aparentemente ¡°inocentes¡± cuando cambia el ¨¦nfasis de la mirada o se ¡°complementan¡± con otros elementos que resaltan esas latencias imprevistas, provocando en el espectador una gama de reacciones que van desde la sorpresa a la reflexi¨®n, pasando por la sonrisa o el desconcierto. En las fotograf¨ªas de esta exposici¨®n que huye del espect¨¢culo pueden rastrearse, claro, influencias de Man Ray y los dada¨ªstas, y una po¨¦tica que remite aqu¨ª y all¨¢ al maestro Joan Brossa: m¨¢s que cruel, inquietante. Cada fotograf¨ªa se acompa?a de un breve texto de autor que tambi¨¦n se integra en el juego del conjunto. El cat¨¢logo, con toda la obra expuesta y los textos, lo publica La F¨¢brica.
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