De zorros y p¨¢rvulos
¡®Queridos ni?os¡¯ es una cr¨®nica sat¨ªrica, imaginaria y veraz de una campa?a electoral, que podr¨¢ ser disuasoria para los votantes, pero contiene dosis altas de diversi¨®n e irritaci¨®n
Quiz¨¢ no sea una mera casualidad que un a?o despu¨¦s de que Hannah Arendt reflexionara sobre el creciente peso de la mentira en la pol¨ªtica, cada vez m¨¢s hostil a la rotundidad de los hechos, se publicara el ¨¢lbum Sail Away (1972) de Randy Newman, de una de cuyas canciones toma David Trueba el exergo de esta novela para afirmar que hay que estar muy ciegos, hay que estar muy locos para poner la fe donde la ponemos, sea Dio...
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Quiz¨¢ no sea una mera casualidad que un a?o despu¨¦s de que Hannah Arendt reflexionara sobre el creciente peso de la mentira en la pol¨ªtica, cada vez m¨¢s hostil a la rotundidad de los hechos, se publicara el ¨¢lbum Sail Away (1972) de Randy Newman, de una de cuyas canciones toma David Trueba el exergo de esta novela para afirmar que hay que estar muy ciegos, hay que estar muy locos para poner la fe donde la ponemos, sea Dios (para Newman), sean nuestros pol¨ªticos (para Trueba). Por entonces, comienzos de los a?os setenta, el concepto de verdad sufr¨ªa una seria corrosi¨®n. Cuestionada por los m¨¢s diversos relativismos, la verdad quedaba reducida por sus enemigos a una ilusi¨®n colectiva. Ese es el h¨¢bitat id¨®neo para el florecimiento de las falsas y medias verdades, de las patra?as encubiertas o desvergonzadas con las que se elabora el discurso de propaganda pol¨ªtica, con singular intensidad durante los procesos electorales.
En este espacio pantanoso chapotea Basilio ¡ªapodado El Hipop¨®tamo por su gordura¡ª, que es la voz narrativa de Queridos ni?os. Se trata de un escritor fracasado metido a spin doctor de una candidata accidental del partido conservador Los Cuervos, la desalentada profesora de historia Amelia. Durante las tres semanas de la campa?a electoral, Basilio y Amelia forman un d¨²o antag¨®nico y complementario: Basilio, como asesor de comunicaci¨®n, exhibe el cinismo m¨¢s descarnado, la absoluta falta de escr¨²pulos en la manipulaci¨®n de la realidad, el atropello de toda ¨¦tica al servicio del logro del objetivo: ganar votos. Frente a ¨¦l, Amelia representa la ingenuidad de la biso?a, la probidad de la convencida, la grisura de la docente fuera del aula. El paso de los d¨ªas y el itinerario por toda la geograf¨ªa espa?ola, que articula la novela como una ruta de aprendizaje y conquista, logran que la doblez, la marruller¨ªa, el chantaje, la impostura y el ilusionismo que tan bien maneja Basilio vayan contaminando ¡ªo adiestrando¡ª a la candidata, como si el ejercicio de la pol¨ªtica estuviera abocado a esas herramientas de embaucamiento.
Porque de eso se trata, de embaucar a los ciudadanos, a quienes Basilio llama ¡°queridos ni?os¡± por su candidez y su pueril credulidad ante las estrategias ret¨®ricas y teatrales que ¨¦l dise?a y perpetra. Sabe c¨®mo lograr que muchos votantes p¨¢rvulos vuelvan a apostar por quien ha sido condenado como corrupto, por quien ha enga?ado o incumplido, por quien ha pisoteado su confianza. El ¨²nico que no se enga?a es ¨¦l, consciente de ser un mercenario de la palabra, a sueldo de un partido de ladrones y convencido de que los periodistas ¡ª¨¦l lo fue¡ª son narcisistas lelos. El autorretrato de este reaccionario inverecundo, de este pat¨¢n inteligente, fustigador del puritanismo de la izquierda (representado por el Santo), enemigo de las normas, sibarita y zafio, es acaso el m¨¢s brillante logro de la novela, a pesar del patetismo humanizador del tramo final.
La imagen de la pol¨ªtica y el periodismo que se desprende es demoledora, y ayuda a ello que, con buen criterio, Trueba haya dado la palabra a Basilio para que se dirija, tras las elecciones, a su jefa, pupila y adorada Amelia. Trueba ha eludido los nombres de pol¨ªticos reales y ha optado por inspirarse vagamente en algunos (no es dif¨ªcil reconocer rasgos a veces entreverados, pero ese deporte trivial lo puede practicar cada lector) para crear al Mastuerzo, la Cachorra o el general Cojo, rivales de Amelia. Esta cr¨®nica sat¨ªrica, imaginaria y veraz de una campa?a electoral podr¨¢ ser disuasoria para los votantes, pero contiene dosis altas de diversi¨®n e irritaci¨®n, como todo retrato de costumbres mordaz y desamordazado.
'Queridos ni?os'
Autor: David Trueba.
Editorial: Anagrama, 2021.
Formato: 453 p¨¢ginas. 19,90 euros.
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