¡®Cecil¡¯, la novela sobre las miserias de la aristocracia inglesa contada desde dentro

Elizabeth Eliot, de nombre real Germaine Elizabeth Olive Eliot y perteneciente a la alta aristocracia inglesa, naci¨® el 13 de abril de 1911, era hija del octavo duque de St. Germans. Se cas¨® dos veces, la primera con el mayor Thomas James en 1932 y la segunda con el duod¨¦cimo bar¨®n Kinard en 1952, del que recibi¨® el t¨ªtulo de lady. En 1972 solicit¨® la nacionalidad estadounidense. Muri¨® en Nueva York en 1991 y escribi¨® un total de cinco novelas, de las cuales Cecil es la ¨²ltima, fechada en 1961. Cecil es el hijo m...

Elizabeth Eliot, de nombre real Germaine Elizabeth Olive Eliot y perteneciente a la alta aristocracia inglesa, naci¨® el 13 de abril de 1911, era hija del octavo duque de St. Germans. Se cas¨® dos veces, la primera con el mayor Thomas James en 1932 y la segunda con el duod¨¦cimo bar¨®n Kinard en 1952, del que recibi¨® el t¨ªtulo de lady. En 1972 solicit¨® la nacionalidad estadounidense. Muri¨® en Nueva York en 1991 y escribi¨® un total de cinco novelas, de las cuales Cecil es la ¨²ltima, fechada en 1961. Cecil es el hijo menor de lady Guthrie y hermano de padre de Charlie, el marido de lady Anne, la narradora de la novela. Charlie es hijo de sir David, marido de la primera lady Guthrie, ya fallecida, y Cecil es hijo de sir David y de la lady Guthrie actual. Ella es una arist¨®crata convencional de acuerdo a la tradici¨®n de la nobleza inglesa, una mujer enfermiza, o falsamente enfermiza, con aficiones espiritistas, tan dedicada a su hijo ¨²nico que ha hecho de ¨¦l un personaje dependiente, err¨¢tico y sin oficio concreto. Charlie es diputado en el Parlamento y, al contrario que el t¨¢ndem un tanto morboso formado por lady Guthrie y Cecil, ¨¦l y lady Anne son un matrimonio con dos hijos y una mentalidad acorde con el mundo moderno.

Los primeros dos tercios de la novela muestran con toda propiedad las caracter¨ªsticas de la clase alta perfectamente contado porque la autora pertenece a ¨¦l. La narradora resume la opini¨®n de sus allegados respecto a Cecil con un reproche contundente: ¡°Y siempre lo mimaron y consintieron¡±. Esa es la relaci¨®n entre madre e hijo, una relaci¨®n de ida y vuelta obsesiva, morbosa y ego¨ªsta por ambas partes. La sociedad en la que viven todos responde al orden y deseo reconfortante de que el Todopoderoso ha dispuesto las cosas de tal modo que resulte imposible que uno se equivoque jam¨¢s. ¡°Feliz aquel que llega a la tumba sin haber sospechado nunca que una cuesti¨®n puede tener dos caras¡±. La descripci¨®n de ese mundo es una de las joyas que encierra esta novela, un mundo que pocas veces ha sido contado desde dentro con tal veracidad y eficiencia. Esa descripci¨®n es tan absorbente que el lector com¨²n se encuentra en ¨¦l como pez en el agua sin perder la perspectiva. La sensibilidad que emana de tal retrato es perfectamente acorde con su realidad y la historia se desliza con toda facilidad en manos de una autora que combina a la perfecci¨®n sense and sensibility.

En el ¨²ltimo tercio, la novela se dispara. Como si escribiera a lomos de un purasangre en su esfuerzo final en pos del triunfo, surgen la clase y coraje de la autora para dar t¨¦rmino a esta historia fascinante cuyo desenlace no puedo comentar sin hacer lo que se llama hoy en d¨ªa spoiler, sin revelar anticipadamente el final que aguarda a los personajes con una resoluci¨®n brutal y asombrosa en la que lady Guthrie y la amante de su hijo acaban reunidas en un colof¨®n tremendo que es pura y desnuda imaginaci¨®n literaria de alto riesgo y no menor audacia. La novela inglesa ha dispuesto en el siglo XX de mujeres novelistas de buena cuna y notable calidad, como es el caso de Caroline Blackwood, Nancy Mitford o Vita Sackville-West, pero esta Elizabeth Eliot es un caso singular dentro de la poderosa narrativa femenina brit¨¢nica. Casi olvidada hoy, esta narraci¨®n admirable es el redescubrimiento ejemplar de una escritora ejemplar esquinada por la historia literaria anglosajona.

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