Las lecciones aprendidas de ¡®Pok¨¦mon¡¯
La ¨²ltima entrega de Nintendo supone toda una revoluci¨®n jugable
Nintendo es una compa?¨ªa muy especial. Creada en 1889 como empresa de cartas, la compa?¨ªa japonesa dedicada a los videojuegos desde mediados de los setenta (su primera m¨¢quina recreativa arcade data de 1975) es por derecho propio uno de los actores m¨¢s importantes en la historia del mundo digital. Desde hace a?os se mueve c¨®moda en un nicho concreto y estable, alternando unas pocas superproducciones con juegos no f¨¢ciles pero s¨ª poco arriesgados y enfocados en un p¨²blico familiar (por no usar la injusta palabra infantil). Sus co...
Nintendo es una compa?¨ªa muy especial. Creada en 1889 como empresa de cartas, la compa?¨ªa japonesa dedicada a los videojuegos desde mediados de los setenta (su primera m¨¢quina recreativa arcade data de 1975) es por derecho propio uno de los actores m¨¢s importantes en la historia del mundo digital. Desde hace a?os se mueve c¨®moda en un nicho concreto y estable, alternando unas pocas superproducciones con juegos no f¨¢ciles pero s¨ª poco arriesgados y enfocados en un p¨²blico familiar (por no usar la injusta palabra infantil). Sus consolas no han sido las m¨¢s potentes pero siempre ha sabido suplirlo con mec¨¢nicas audaces, personajes ic¨®nicos e historias sencillas pero bien armadas. Tambi¨¦n, con un apartado gr¨¢fico m¨¢s centrado en la caricatura que en el hiperrealismo (lo mismo que hace Pixar y que hace m¨¢s dif¨ªcil de caducar a su aspecto art¨ªstico). La Gran N, dec¨ªamos, es una compa?¨ªa muy especial.
Y, sin embargo, suyos son algunos de los aldabonazos m¨¢s importantes de la historia del videojuego. En 1996 llegaban a las tiendas dos peque?os cartuchos para la hoy monstruosa pero ic¨®nica Game Boy. En contraposici¨®n con el resto de juegos del cat¨¢logo, grises, estos ten¨ªan dos colores antit¨¦ticos. Olv¨ªdense de Madrid o Bar?a, de izquierdas o derechas; durante un corto pero feliz per¨ªodo de tiempo el mundo se dividi¨® entre los que ten¨ªan el Pok¨¦mon Rojo y los que ten¨ªan el Pok¨¦mon Azul. La estrategia era perfecta porque, m¨¢s all¨¢ de algunos peque?os cambios casi cosm¨¦ticos, los dos eran el mismo juego, as¨ª que los chavales de media humanidad en realidad caminaban en la misma direcci¨®n: hab¨ªa algo biol¨®gico en Pok¨¦mon, algo muy atractivo en su mezcla de coleccionismo de bichos, en sus batallas y en sus mec¨¢nicas jugables. Adem¨¢s, imprimi¨® varios iconos en el imaginario colectivo: las pokeball, los centros de curaci¨®n, a Pikachu.
El juego, adem¨¢s de hermoso y poderoso, preconiz¨® en muchos aspectos el mundo en que vivimos: los j¨®venes se fueron acomodando a la postura m¨¢s com¨²n hoy (la de mirar la pantalla que tenemos entre las manos) y el mundo digital tuvo su primera injerencia en masa en el anal¨®gico (a trav¨¦s de un cable, los Pok¨¦mon pod¨ªan intercambiarse como si fueran cromos f¨ªsicos). Lo que vino desde entonces es historia. En ese periplo de 26 a?os Pok¨¦mon se ha convertido, y se dice pronto, en la franquicia cultural que m¨¢s dinero ha generado en la historia de la humanidad (sumando videojuegos, pel¨ªculas, series y merchandising en general): en total, unos 90.000 millones de d¨®lares, seguida de Hello Kitty y Winnie the Pooh. Para que nos hagamos una idea, Star Wars ha generado 65.000 millones (que tampoco est¨¢ nada mal).
Pero como toda saga, ha tenido tropiezos. Paulatinamente los juegos, sacados en diferentes consolas, fueron perdiendo parte de su rompedora chispa. Los animales se renovaban, pero no las mec¨¢nicas. El ¨¦xito no, pero la creatividad declinaba con el paso del tiempo. En 2016 se produjo un cambio, y junto a Niantic la compa?¨ªa distribuy¨® algo que muchos lectores tendr¨¢n todav¨ªa en su m¨®vil. Pok¨¦mon Go redefini¨® el uso de la realidad aumentada para mezclarla ya por siempre con los tel¨¦fonos. Las ciudades de todo el mundo (y todo es todo) se llenaron de gente pisando parques en busca de un charmander o un vulpix. De verdad que aquello fue, independientemente de su calidad como juego, una audacia may¨²scula.
Este viernes llega al mercado Leyendas Pok¨¦mon: Arceus, desarrollado por Game Freak para Nintendo Switch. Y es el salto cualitativo m¨¢s importante en la franquicia en muchos a?os gracias a c¨®mo el juego sabe aprovechar las lecciones aprendidas de productos anteriores: la exploraci¨®n de The Legend of Zelda: Breath of the Wild; el uso de zonas como en Monster Hunter; el refinamiento de su propia f¨®rmula en otras entregas de la saga, como Mundo Misterioso, o Snap.
Con sus fallos (sobre todo el apartado t¨¦cnico, con una distancia de dibujado muy corta), se trata de toda una revoluci¨®n: un mundo vivo en el que el jugador siente que pasan cosas, independientemente de su interacci¨®n directa. Leyendas Pok¨¦mon: Arceus es un gran (nuevo) comienzo para la saga. Y, tambi¨¦n, un juego que se ha ganado el derecho a que se hable de ¨¦l.
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