La decadencia de Europa, un apocalipsis lent¨ªsimo
Estrenado en la literatura a los 62 a?os, el escritor italiano Francesco Pecoraro publica ¡®La avenida¡¯, su segunda novela, donde reflexiona sobre la p¨¦rdida de ideas y bienes materiales de toda una generaci¨®n
¡°Tierra, hierba, ca?as, matojos y todos los elementos t¨ªpicos de la pseudonaturaleza que rodea las vacilaciones de la ciudad¡±, ruinas y residuos de industrias y talleres, ¡°fragmentos de planificaci¨®n urbana, que es lo mismo que decir de teor¨ªa urban¨ªstica del siglo XX mal aplicada¡±, ¡°abandono en suspenso¡±: para el narrador de La avenida, que la observa desde su apartamento en un bloque de viviendas, la ¡°t¨ªpica cutrez suburbana¡± oculta ¡°las trazas de una posible belleza natural, antigua y misteriosa, asesinada al nacer y devorada despu¨¦s por la energ¨ªa destructora de la ciudad en expansi...
¡°Tierra, hierba, ca?as, matojos y todos los elementos t¨ªpicos de la pseudonaturaleza que rodea las vacilaciones de la ciudad¡±, ruinas y residuos de industrias y talleres, ¡°fragmentos de planificaci¨®n urbana, que es lo mismo que decir de teor¨ªa urban¨ªstica del siglo XX mal aplicada¡±, ¡°abandono en suspenso¡±: para el narrador de La avenida, que la observa desde su apartamento en un bloque de viviendas, la ¡°t¨ªpica cutrez suburbana¡± oculta ¡°las trazas de una posible belleza natural, antigua y misteriosa, asesinada al nacer y devorada despu¨¦s por la energ¨ªa destructora de la ciudad en expansi¨®n¡±, las pruebas de un Estancamiento de tal magnitud que s¨®lo puede ser escrito en may¨²sculas.
Es ¡°un apocalipsis lent¨ªsimo, que se prolonga desde hace a?os¡±, en el que ¡°las ideolog¨ªas pol¨ªticas que promet¨ªan una variedad de futuros posibles est¨¢n muertas y su vac¨ªo ha sido llenado por una especie de presente torpe y amn¨¦sico¡±; aunque el inter¨¦s del narrador en ¨¦l es producto de su historia personal, que incluye la expulsi¨®n de ¡°las mafias acad¨¦micas¡± tras ¡°a?os de esperanzado trabajo gratis¡±, la grisura y la median¨ªa del empleo p¨²blico ¡ªen el que ¡°el trabajo (el de verdad, el que es sin¨®nimo de rapidez, calidad, compromiso, constancia, af¨¢n y competencia) s¨®lo era esperable de quienes se lo tomaban en serio, es decir, de los dotados de una propensi¨®n personal y misteriosa al hacer m¨¢s que al no-hacer. O bien de quienes cobraban sobornos bajo cuerda¡±¡ª, la abyecci¨®n y la c¨¢rcel, una o dos decepciones amorosas, el fracaso pol¨ªtico ¡ª¡°dej¨¦ el Partido [Comunista] para hacerme socialista y abrazar el mundo tal cual es¡±¡ª y, por fin, los ¡°a?os in¨²tiles¡± de la jubilaci¨®n, en los que su vida se reparte entre el supermercado, el hospital, su piso en la s¨¦ptima planta y el bar, las causas del Estancamiento se encuentran en otro sitio: al menos en el barrio en el que vive, que llama ¡°El Cuadrante¡±, en el cierre de sus hornos de ladrillos y en la destrucci¨®n de las formas de organizaci¨®n y de comprensi¨®n de la realidad que los obreros hab¨ªan comenzado a ensayar en el territorio. Desde entonces ¡°puede que este tramo de la Avenida no sea m¨¢s que el decorado de un reality de poca monta, puede que la propia ciudad no sea m¨¢s que un experimento cient¨ªfico para conocer qu¨¦ ocurre cuando ya no creemos en nada y todo nos da igual¡±, un presente ¡°cercano a un futuro que no resulta dif¨ªcil imaginar que ser¨¢ peor que el presente, pero que en la Avenida ya existe¡±.
Francesco Pecoraro (Roma, 1945) public¨® su primer libro a los 62 a?os, cuando ya hab¨ªa pasado a integrar las filas de los que el narrador de esta novela llama ¡°los In¨²tiles¡±; al igual que ¨¦l, Pecoraro es urbanista, trabaj¨® en un organismo p¨²blico y ya est¨¢ retirado, pero La avenida (su segunda novela tras La vida en tiempo de paz, que fue finalista del Strega en 2014, gan¨® los premios Viareggio, Mondello y Volponi y tambi¨¦n fue publicada por Perif¨¦rica) no es una obra autobiogr¨¢fica, sino un retrato preciso y nada complaciente de una generaci¨®n de europeos que presenci¨® con mayor o menor inquietud la desaparici¨®n de conjuntos de creencias y pr¨¢cticas materiales que otorgaban a sus poseedores lo que el narrador llama ¡°las herramientas necesarias para una contralectura de la realidad, de la econom¨ªa y de la historia con respecto a la del Capital¡±. La clase obrera ¡°extrajo su fuerza durante d¨¦cadas de un terrible sistema socialista, aterrador y profundamente fallido, criticado y oficialmente repudiado por no ser democr¨¢tico, que, sin embargo, serv¨ªa de potencia externa garante¡±; sin ¨¦l, proyectos urban¨ªsticos como el de El Cuadrante, el desplazamiento y la ocultaci¨®n de la producci¨®n industrial y la supuesta incorporaci¨®n de los trabajadores a la clase media (que aqu¨ª es llamada ¡°el Gran Relleno¡±, como en la expresi¨®n ¡°relleno sanitario¡±) hicieron que ¨¦sta perdiese su identidad y su potencial transformador, esa ¡°cosa pol¨ªtica, colectivista¡± que era ¡°modelo y promesa de un futuro mejor¡± y hab¨ªa hecho posible la obtenci¨®n de ¡°derechos y servicios que antes eran prerrogativas exclusivas de los ricos¡± y que hoy ¡°el Capital aspira a recuperar por todos los medios¡±.
¡°Es la estabilizaci¨®n, la muerte de las aspiraciones al cambio y el advenimiento de la satisfacci¨®n de ser como se es, reconfortados por el consumismo medi¨¢tico, por el fin de la utop¨ªa y por la instauraci¨®n de una pol¨ªtica del presente, que no es m¨¢s que una tecnocracia torpe y ocasional del d¨ªa a d¨ªa, el populismo del llegar a fin de mes, del qu¨ªtame el impuesto de la casa, del echar a todos los extranjeros¡±: aunque es posible que esto recuerde a algunos a Thomas Bernhard y a Michel Houellebecq (las visitas del personaje al supermercado tienen algo tambi¨¦n de la Annie Ernaux de Mira las luces, amor m¨ªo), Pecoraro es un escritor muy distinto a los mencionados, entre otras cosas, porque no practica la exageraci¨®n humor¨ªstica ni recurre al sarcasmo. La avenida es, por el contrario, un muy serio intento de responder a cierta pregunta que alguien formul¨® en 1902, y la respuesta que propone est¨¢ en su calidad y su ambici¨®n, que son las del arte narrativo que aspira a ser ¡°contralectura¡±, un ejercicio de resistencia ante una realidad descorazonadora, tambi¨¦n la literaria. De llegar a tiempo para ello, y en el caso improbable de que la expresi¨®n significase algo para alguien, se podr¨ªa afirmar que este fue uno de los libros del a?o.
La avenida?
Autor: Francesco Pecoraro.
Traducci¨®n: Paula Caballero y Carmen Torres.
Editorial: Perif¨¦rica, 2021.
Formato: tapa blanda (536 p¨¢ginas, 24 euros).
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