Poetas y digitales: todo sobre la nueva poes¨ªa ¡®millennial¡¯
Dos antolog¨ªas y varios libros demuestran que la l¨ªrica de ¨²ltima hornada se aleja del realismo. La nueva generaci¨®n no forma escuela. Su ¨²nico rasgo com¨²n es internet
Dos antolog¨ªas recientes han intentado poner puertas al campo literario que ocupan (y okupan) los nuevos bardos: Millennials. Nueve poetas (Alba, 2021) y Cuando dej¨® de llover. 50 po¨¦ticas reci¨¦n cortadas (Sloper, 2021). La primera recurre al n¨²mero m¨¢gico que J. M. Castellet patent¨® para la posteridad en Nueve nov¨ªsimos poetas espa?oles (1970). Como la recopilaci¨®n de Castellet, Millennials nace con una vocaci¨®n a la vez rupturista y can¨®nica. De hecho, aunque el recorrido de los nueve seleccionados tiene ya suficiente kilometraje, en la mayor¨ªa se aprecia el deseo...
Dos antolog¨ªas recientes han intentado poner puertas al campo literario que ocupan (y okupan) los nuevos bardos: Millennials. Nueve poetas (Alba, 2021) y Cuando dej¨® de llover. 50 po¨¦ticas reci¨¦n cortadas (Sloper, 2021). La primera recurre al n¨²mero m¨¢gico que J. M. Castellet patent¨® para la posteridad en Nueve nov¨ªsimos poetas espa?oles (1970). Como la recopilaci¨®n de Castellet, Millennials nace con una vocaci¨®n a la vez rupturista y can¨®nica. De hecho, aunque el recorrido de los nueve seleccionados tiene ya suficiente kilometraje, en la mayor¨ªa se aprecia el deseo de distanciarse de las tendencias figurativas predominantes en las d¨¦cadas anteriores para indagar en otros senderos expresivos: ellos son Unai Velasco (1986), ?ngela Segovia (1987), David Leo Garc¨ªa (1988), Berta Garc¨ªa Faet (1988), Vicente Monroy (1989), Luna Miguel (1990), Alba Flores Robla (1992), Xaime Mart¨ªnez (1993) y ?scar Garc¨ªa Sierra (1994). Estrictamente millennials, seg¨²n la clasificaci¨®n generacional, todos exhi?ben un ¡°¨²nico rasgo com¨²n¡±, seg¨²n afirma Gonzalo Torn¨¦ en el pr¨®logo: su formaci¨®n en la Red, dada su condici¨®n de nativos digitales. No obstante, si bien Torn¨¦ rebate con lucidez varios prejuicios enraizados sobre la tecnofobia y la tecnolatr¨ªa (dos extremos que polarizan la recepci¨®n de estos autores), basta con hojear las p¨¢ginas para advertir que sus coincidencias trascienden lo extraliterario, sin que eso vaya en detrimento de las respectivas singularidades de cada cual.
La apoyatura en motivos culturales, el cuerpo y la oralidad est¨¢n presentes en casi todos los autores
As¨ª, la apoyatura en motivos culturales, la poetizaci¨®n del cuerpo, la obturaci¨®n de los cauces l¨®gicos del discurso, los injertos orales o la dimensi¨®n performativa de la escritura est¨¢n presentes casi sin excepci¨®n. Frente a esa argamasa est¨¦tica, las composiciones menos afortunadas del conjunto son precisamente aquellas que se dejan enredar en la telara?a digital, quiz¨¢ porque un ingenioso estado de Facebook no equivale a un buen verso. Aunque cualquier antolog¨ªa invita al lector a convertirse en ant¨®logo y a contrastar su dream team con los titulares convocados (entre las ausencias, el que suscribe destacar¨ªa la de Martha Asunci¨®n Alonso), no cabe duda de que Millennials supone un buen pretexto para conocer lo que se cuece en la pen¨²ltima poes¨ªa.
Sin orden, pero con alg¨²n concierto, millennials y centennials comparten cartel en Cuando dej¨® de llover, de cuya edici¨®n se responsabilizan Jorge Arroita y Alejandro Fern¨¢ndez Bru?a. En efecto, entre los mayores (Maribel Andr¨¦s Llamero e ?caro Carrillo, nacidos en 1984) y los j¨²niores (Jos¨¦ Joaqu¨ªn Hidalgo Saavedra y Javi Navarro, nacidos en 2001), van m¨¢s de los 15 a?os preceptivos para el relevo generacional. Arropadas por un pr¨®logo de Ben Clark y un ep¨ªlogo de Luna Miguel, estas 50 voces se centran en ¡°la casu¨ªstica de los j¨®venes que buscan construir un futuro¡±, como indica el primero. Si Millennials se defin¨ªa por su ambici¨®n canonizadora y por la generosa muestra textual de los seleccionados, en Cuando dej¨® de llover la cantidad de poetas es inversamente proporcional a la cantidad de poemas que los representan (uno o dos). Asimismo, la diversa procedencia y el dispar pedigr¨ª de los autores, pues los rigurosamente in¨¦ditos coexisten con los ¡°¨¦ditos¡± multipremiados, nos permiten aproximarnos al libro como a un panorama que no trata de ofrecer un diagn¨®stico preciso, sino un inventario de s¨ªntomas.
F¨¢bulas dom¨¦sticas
Millennial por los pelos es Xavier Guill¨¦n, que naci¨® en 1981 (la fecha que muchos marcan como pistoletazo de salida de la generaci¨®n), y cuyo segundo libro, Amo de casa (Pre-Textos, 2021), es uno de los grandes descubrimientos de la temporada. Cercanas al esqueleto narrativo o a la f¨®rmula del microrrelato, pero sin prescindir del pellizco l¨ªrico, las suyas son f¨¢bulas dom¨¦sticas ¡ªpor decirlo con palabras de An¨ªbal N¨²?ez¡ª que nos hablan de los v¨ªncu?los del sujeto posmoderno con el paisaje y el paisanaje de su tiempo. La atenci¨®n a los detalles y la soterrada iron¨ªa que encierran estas vi?etas conectan la genealog¨ªa familiar con los ritos contempor¨¢neos, ya sea el espect¨¢culo de la precariedad (¡®En la feria medieval¡¯) o la experiencia de un safari (el descacharrante ¡®Mi hermana me saca de casa¡¯, que contiene una de las mejores definiciones de la ¡°naturaleza no recuperable¡±, glosando de nuevo a An¨ªbal N¨²?ez: ¡°?Queda algo de ti, / naturaleza? Eras hostil. Eras atroz. / Ya no. Te volviste tem¨¢tica. / Un fondo de escritorio¡±). Amo de casa enhebra met¨¢foras en pantuflas con reflexiones metaf¨ªsicas, registra los desvelos de un yo con hijo e hipoteca y recompone las teselas de un mosaico amoroso. Bajo la aparente sencillez de sus im¨¢genes, Xavier Guill¨¦n es capaz de hacernos re¨ªr sorteando el chiste y de hacernos pensar vadeando la solemnidad. Avisados quedan.
C¨¢nticos impuros
La web indiscreta nos dice que la editorial C¨¢ntico inici¨® su andadura en 2010, capitaneada por el poeta Ra¨²l Alonso. Sin embargo, en los ¨²ltimos a?os, el sello se ha ido especializando en la difusi¨®n de nuevas voces. Dos de las incorporaciones al cat¨¢logo son Desear la casa (2021), de Rodrigo Garc¨ªa Marina, y San L¨¢zaro (2021), de Laura Rodr¨ªguez D¨ªaz. Desde la imagen de cubierta, que muestra a un Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera tuneado por obra y gracia del artista Dani Vera, el libro de Garc¨ªa Marina (1996) se adhiere a una voluntad provocadora cuya subversi¨®n no se basa tanto en fundar nuevas identidades pol¨ªticas como en cuestionar viejas pol¨ªticas de la identidad: ¡°Yo ya he sido puta / yo ya he sido hijo / yo ya he sido hogar / yo ya me he abandonado // a la generaci¨®n del polvo¡±. La indagaci¨®n en las ambig¨¹edades sociales se proyecta en San L¨¢zaro, de Laura Rodr¨ªguez (1998), sobre las heridas de un cuerpo doliente. He aqu¨ª la cr¨®nica ¡°del le?azo y la resurrecci¨®n¡±, de la enfermedad y la curaci¨®n, contada a trav¨¦s de un lenguaje que aspira a ¡°desemantizar el cuerpo¡± para ¡°rehabitarlo / con todas las letras / a b c d etc¡±.
Personalidad linda
Berta Garc¨ªa Faet (1988) es una apuesta segura. No en vano, la autora juega a la poes¨ªa (s¨ª, hay un trasfondo l¨²dico en sus versos) como si la tradici¨®n fuera un puzle susceptible de armarse y desmontarse a gusto del consumidor. Si su anterior libro, Los salmos fosforitos, deconstru¨ªa alegremente a C¨¦sar Vallejo, en su entrega m¨¢s reciente, Una peque?a personalidad linda (La Bella Varsovia, 2021), la misma operaci¨®n se aplica a las fuentes de la l¨ªrica popular, desde la cantiga de amigo hasta las jarchas y los romances. El l¨¦xico arcaizante, la falsa ingenuidad de la voz femenina o los estribillos tarareables no son sino los espejismos de un experimento vanguardista que recicla t¨®picos y se apropia de tropos para edificar algo distinto: ¡°iba yo en el siglo XXI / etzibando suspiros / cuando me vi cercada por mentirijillas¡±.
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