La vida es poes¨ªa (la basura, tambi¨¦n)
Las obras de Luis Alberto de Cuenca, Felipe Ben¨ªtez Reyes, Julieta Valero, Jos¨¦ Antonio Llera, Vicente Luis Mora o Sandra Santana destacan en las mesas de novedades de las librer¨ªas
Dec¨ªamos ayer que la irrupci¨®n de la pandemia tuvo como efecto colateral que la poes¨ªa sufriera su propio estado de excepci¨®n. M¨¢s de dos a?os despu¨¦s de que la palabra positivo se haya convertido en una de las m¨¢s negativas de nuestro vocabulario, nos hemos ido habituando a que la normalidad sea esto. As¨ª, mientras la discusi¨®n pol¨ªtica se enroca en el debate bizantino acerca de la pertinencia de las mascarillas en las aulas o en los parques, el ciudadano de a pie ha ido sustituyendo la desesperaci¨®n (cuya naturaleza es pasajera) por la desesperanza (en la que uno se puede instalar como primera residencia). La abulia de la segunda d¨¦cada del siglo XXI se parece a la desgana metaf¨ªsica con la que canta C. Tangana, aunque con menos flow y m¨¢s miedo en el cuerpo. Entretanto, la ca¨ªda de las suscripciones a los para¨ªsos digitales demuestra que la vida sigue, aunque no exactamente igual, y que la poes¨ªa no le va a la zaga.
Palabras de honor
La colecci¨®n Palabra de Honor, de la editorial Visor, ha sumado dos t¨ªtulos a su cat¨¢logo: Despu¨¦s del para¨ªso, de Luis Alberto de Cuenca, y Un mentido color, de Felipe Ben¨ªtez Reyes. El primero supone el reencuentro con un Luis Alberto de Cuenca que sigue dinamitando las barricadas que separan la alta cultura de la cultura popular. En estas p¨¢ginas se dan cita la f¨¢bula grecolatina, el espl¨ªn de Madrid, la albada provenzal, la ciencia ficci¨®n de baratillo y hasta los resabiados buscadores de internet. Tambi¨¦n hay mucho de virtuosismo manierista en una escritura capaz de desenvolverse con desparpajo en moldes estr¨®ficos que abarcan desde los barrotes carcelarios del haiku hasta la sal y la pimienta del epigrama, pasando por el soneto, la copla o la tirada eneasil¨¢bica (en ¡®Eneas¨ªlabos¡¯, una secuela en toda regla del celebrado ¡®Ubi sunt?¡¯ que se incluy¨® en El hacha y la rosa). Sin embargo, el juego formal no impide que percibamos un poso de amargura en aquellos textos que reflexionan sobre el aguij¨®n del deseo, la emoci¨®n religiosa o la nostalgia ed¨¦nica (y ad¨¢nica) a la que remite el r¨®tulo del volumen. No en vano, ¡°en estos tiempos / de correcci¨®n pol¨ªtica y de virus / chinos¡±, para el autor el ¨²nico remedio pasa por refugiarse en la intimidad, el arte o el recuerdo. De esas tres dimensiones dan prueba ¡®Recordando Macbeth¡¯, donde la referencia cultural se troquela sobre el trasfondo de una remota funci¨®n escolar, o ¡®Parque del Buen Retiro (1656)¡¯, una suerte de haiku velazque?o que sintetiza en tres trazos la historia de la pintura: ¡°En el parterre / se dibuja la sombra / de una Menina¡±.
Si Luis Alberto de Cuenca camina por el filo de la eleg¨ªa, Ben¨ªtez Reyes acampa en ella desde la dedicatoria inicial de Un mentido color, que convoca a ?ngel Gonz¨¢lez, Caballero Bonald y Brines. En el libro comparecen los temas recurrentes del autor (el desdoblamiento de la identidad, el efecto ilusionista de la poes¨ªa, la suntuosa escenograf¨ªa del vac¨ªo) junto a otros que no hab¨ªan tenido tanto protagonismo en entregas anteriores, como la pincelada paisaj¨ªstica o la intemperie existencial. Desde el horizonte de los 60 a?os, Ben¨ªtez Reyes recrea sucesivas met¨¢foras de la fugacidad: jardines cerrados, una Venus hallada en las ruinas de It¨¢lica o una Venecia crepuscular que recorre ¡°el holograma fantasmag¨®rico de Ezra Pound¡±. Por su parte, las preguntas eternas conducen a una profesi¨®n de fe en la incertidumbre: ¡°Este vagar sin meta en torno a qu¨¦¡±, ¡°Lo que habr¨¢ de venir es un qui¨¦n sabe¡±. Entre el espejo y el caleidoscopio, la primera persona de Un mentido color se acoge con la misma devoci¨®n a los disfraces virtuales de Pessoa (v¨¦ase ¡®El tramo final de un jueves narrado por Bernardo Soares¡¯) que al s¨ªmil barroco que equipara la condici¨®n humana a un sue?o o un parpadeo: ¡°En el tiempo nos somos y no somos / sino una sucesi¨®n de irrealidades¡±.
Formas de la extra?eza
El ritmo de las publicaciones y la tiran¨ªa de los caracteres apenas permiten dar cuenta de otras aventuras que merecen un hueco en la mesa revuelta de las novedades. Por ejemplo, en Mitad, Julieta Valero contin¨²a la pesquisa minimalista emprendida en libros previos para profundizar en una autobiograf¨ªa refractaria a la c¨¢scara de la an¨¦cdota: as¨ª, los v¨ªncu?los de la maternidad o el desgarr¨®n de la ruptura amorosa se condensan mediante un lenguaje que no teme torcerle el cuello a la sintaxis para proponer una sutura entre la ternura y el da?o (¡°No estar contigo la mitad de los d¨ªas. / Un concepto impronunciable, / una vida que estamos amando ya¡±). La exploraci¨®n en la corporalidad de Valero se ti?e de pinceladas expresionistas en los poemas en prosa de El hombre al que le zumban los o¨ªdos, de Jos¨¦ Antonio Llera. He aqu¨ª un aquelarre goyesco del que da testimonio una mirada definida por el extra?amiento, tanto si se inspira en motivos pict¨®ricos (Durero, Bu?uel, Tarkovski) como si se proyecta en las celdas de un mundo anestesiado por el consumo y adicto al simulacro: ¡°Mi madre se dio cuenta de que cuando era ni?o me pon¨ªa a mirar por una ventana que daba a un muro. Nada se ve¨ªa, nadie pasaba, pero yo segu¨ªa mirando¡±.
Esa pulsi¨®n visual no es ajena a los intereses de Vicente Luis Mora, que en Mec¨¢nica recopila los sedimentos biol¨®gicos y los fundamentos f¨ªsicos que convergen en la naturaleza humana. A partir de esta premisa, la p¨¢gina se erige en un laboratorio donde cabe todo (glosas y reescrituras, diagramas generativos, cronolog¨ªas apresuradas), salvo la m¨ªmesis realista: ¡°Dejemos el realismo atr¨¢s, / es la puerta del olvido¡±. Tampoco se atiene al c¨®digo figurativo Sandra Santana, que en La parte blanda teje una tupida red simb¨®lica que avanza desde el origen de la especie hasta la sociedad interconectada. Con una voz propia, la may¨¦utica de Santana agita los ritos cotidianos, la fragilidad de los seres y la vindicaci¨®n ecologista para recordarnos que el futuro del planeta podr¨ªa resumirse en ¡°restos / de huesos, llanuras / de chatarra, / lagos de pol¨ªmeros¡±.
Lecturas recomendadas
Después del paraíso
Luis Alberto de Cuenca
Visor, 2021
184 páginas. 22 euros
Un mentido color
Felipe Benítez Reyes
Visor, 2021
84 páginas. 20 euros
Mitad
Julieta Valero
Vaso Roto, 2021
122 páginas. 20 euros
El hombre al que le zumban los oídos
José Antonio Llera
RIL, 2021
68 páginas. 12 euros
Mecánica
Vicente Luis Mora
Hiperión, 2021
96 páginas. 12 euros
La parte blanda
Sandra Santana
Pre-Textos, 2021
58 páginas. 13 euros
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