Arthur Verocai, de la hibernaci¨®n a la eternidad
El ¨¢lbum cumbre del brasile?o, redescubierto hace dos d¨¦cadas, cumple cincuenta a?os en plena demanda del m¨²sico como arreglista y productor
Ah¨ª va una de hip¨¦rbole, cortes¨ªa de Madlib, reputado nombre de la escena hip hop desde comienzos de los noventa: ¡°Es un disco que podr¨ªa escuchar todos los d¨ªas del resto de mi vida¡±. No se refiere a ninguno de su lustrosa discograf¨ªa y ni siquiera a una obra de su propia escena sino a Arthur Verocai (1972), el ¨¢lbum hom¨®nimo del compositor, arreglista y productor carioca. El ¨²nico que public¨® antes de refugiarse en la m¨²sica publicitaria durante tres d¨¦cadas y, desde su redescubrimiento y exaltaci¨®n, yacimiento de samples para un sinf¨ªn de raperos, entre ellos Ludacris o Snoop Dogg.
Y este a?o en que, en palabras de Verocai, el ¡°gigante tanto tiempo dormido¡± que supone su obra maestra cumple medio siglo, no est¨¢ de m¨¢s recordar qui¨¦n es su autor y c¨®mo pervive su influjo en m¨²sicos actuales, pues dos ejemplos de su toque m¨¢gico figuran entre los discos destacados de los ¨²ltimos meses: las respectivas nuevas entregas de los canadienses BadBadNotGood y los australianos Hiatus Kaiyote. Verocai, como arreglista, firma con los primeros casi todos los cortes de su deslumbrante Talk Memory, quinto trabajo en una trayectoria que combina soul-jazz, hip hop instrumental e ingredientes electr¨®nicos. Mientras que el brasile?o ilumina con sus arreglos ¡®Get Sun¡¯, tema estelar de Mood Valiant, el nuevo ¨¢lbum de Hiatus Kaiyote. La banda aussie ha sido varias veces candidata al Grammy y practica una seductora mezcla autodenominada ¡°future soul¡±.
Para el m¨²sico, la esencia de aquel disco, su primer largo, consiste en mezclar la samba con el soul
En el melting pot estil¨ªstico reside precisamente buena parte del poder de Arthur Verocai como ¨¢lbum: samba, soul, funk, pop orquestal, folk¡ conviven en sus extraordinarios 29 minutos. Un alumbramiento al que el m¨²sico nacido en R¨ªo (1945) lleg¨® despu¨¦s de poco m¨¢s de un lustro haci¨¦ndose notar en el negocio. Apenas hab¨ªa cumplido los 21 cuando firmaba en vinilo por primera vez: una canci¨®n para Leny Andrade. Desde entonces, arreglos para nombres notables como Marcos Valle, Jorge Ben, Ivan Lins o los progresivos O Ter?o (primer grupo de Vinicius Cantu¨¢ria) y mucha partitura para TV Globo, donde aterriz¨® de la mano de Elis Regina. Otra de sus musas, C¨¦lia, para quien hab¨ªa producido dos discos en el sello Continental, le convenci¨® para intentarlo en solitario con dicha etiqueta. Y ¨¦l, ansioso por liberarse de las ataduras del formato televisivo, solo exig¨ªa una cosa: ¡°Poder elegir a los m¨²sicos¡±.
Verocai recibi¨® carta blanca para reunir un dream team de instrumentistas: orquesta de cuerda con 20 violines, cuatro violas y otros tantos chelos; dos percusiones, dos saxos, trompeta, tromb¨®n, piano el¨¦ctrico y varios vocalistas entre los que se inclu¨ªan el cantautor mineiro Toninho Horta y la propia C¨¦lia. Verocai siempre se define como ¡°hijo de la bossa nova¡±. De hecho, fue la guitarra, clave en dicho g¨¦nero, su instrumento en el ¨¢lbum. Y se atrevi¨® ¨¦l mismo a cantar en ¡®Caboclo¡¯, corte de apertura, donde aparece ¡°el primer sintetizador que hab¨ªa llegado a R¨ªo¡±, como le gusta recordar.
Sin embargo para ¨¦l, la esencia de su estreno en largo reside en ¡°mezclar el samba con el soul que ten¨ªa como emblema en Brasil a Tim Maia¡±. A eso contribuy¨® su colaboraci¨®n en Agora (1971), el debut de un Ivan Lins entonces por esos derroteros. El men¨² de Verocai como oyente era omn¨ªvoro: Miles Davis, Bill Evans, Stan Kenton, Wes Montgomery, Villa-Lobos, Bach, Debussy, Jimmy Webb, Frank Zappa (le hipnotiz¨® su uso de la guitarra wah-wah)¡ o Jethro Tull, cuya escucha inspir¨® el solo de flauta de ¡®Sylvia¡¯, improvisaci¨®n de Oberdan Magalhaes a la manera del m¨²sico brit¨¢nico por petici¨®n expresa del jefe. Magalhaes, luego fundador de Banda Black Rio, sobresale junto a otros insignes que participaron: colaboradores de Milton Nascimento (Robertinho Silva, Nivaldo Ornelas), Helio Delmiro, Paulo Moura¡ Y personajes inolvidables para Verocai como el trombonista Edson Maciel, firmante del solo de ¡®Karina (Domingo no Graja¨²)¡¯ tras ¡°varias visitas al bar en plena grabaci¨®n, sediento de cachaza¡±, con un resultado tan grandioso como la forma de Verocai de registrar los metales: siempre parece que hay m¨¢s.
En 2008, Ludacris ¡®sample¨®' uno de sus temas. Despu¨¦s siguieron otros astros del hip hop como Snoop Dogg
No conviene olvidar el marco pol¨ªtico: la dictadura que atenaz¨® Brasil desde 1964 hasta mediados de los ochenta y la consiguiente censura. Como letrista principal del ¨¢lbum se erigi¨® Victor Martins, un poeta de S?o Paulo de fuerte militancia izquierdista. El bardo no renunci¨® a las cargas de profundidad, tan abstractas que sortearon a los censores. Sirva de muestra la funky ¡®Presente Grego¡¯, manera en la que se refer¨ªa entre amigos al gobierno militar: un ¡°regalito griego¡±, nocivo para la poblaci¨®n cual caballo de Troya. O tambi¨¦n ¡®Pelas Sombras¡¯, alusi¨®n de Martins a los infiltrados del r¨¦gimen entre los estudiantes.
La paradoja: Arthur Verocai super¨® el filtro pol¨ªtico pero no el de p¨²blico y cr¨ªtica. En realidad, solo recibi¨® indiferencia, quiz¨¢ por la poca repercusi¨®n general de los arreglistas o, simplemente, por lo rompedor de su sonido. Las cuitas econ¨®micas de Continental colmaron la situaci¨®n: la discogr¨¢fica retir¨® el stock del ¨¢lbum de las tiendas y recicl¨® todas las copias para prensar otras nuevas de lo ¨²ltimo de Secos & Molhados, la exitosa banda glam de Ney Matogrosso. Deca¨ªdo y humillado por los comentarios en encargos posteriores del tipo ¡°no se te ocurra hacer nada parecido a aquella cosa tan loca¡±, Verocai dio carpetazo. Los jingles, la publicidad, iban a ser su mundo en los sucesivos treinta a?os.
Con el cambio de siglo, comenzaron a llegarle ecos de aprecio por su disco en Europa o Jap¨®n. Los rastreadores de cubetas lo consideraban objeto de deseo y se pagaron hasta 5.000 d¨®lares en eBay por alguna de las escasas copias originales. Hasta que en 2003 lleg¨® la reedici¨®n, a cargo del sello californiano Ubiquity. Y con ella, el inter¨¦s del hip hop. El productor 9th Wonder sample¨® ¡®Caboclo¡¯ para su grupo Little Brother y el malogrado MF Doom utiliz¨® ¡®Na Boca Do Sol¡¯, esa delicia orquestal, en su serie de instrumentales bajo el alias Metal Fingers.
Ante el aluvi¨®n, Verocai lleg¨® a contratar un bufete que le asegurara el cobro de derechos. Y en 2008 se produjo el aldabonazo definitivo: Ludacris recurre tambi¨¦n a ¡®Na Boca Do Sol¡¯ para un tema de su quinto trabajo, Theater Of The Mind, ¨¢lbum que le depar¨® un disco de oro. Un a?o m¨¢s tarde, Verocai interpreta por primera vez en vivo, con un gran orquesta, su obra cumbre en Los ?ngeles. Desde entonces todo fluye: nuevos conciertos, medio centenar de sampleos de sus composiciones, tres discos de estudio entre los que destaca Encore (de 2007, junto a Ivan Lins y al prestigioso tr¨ªo Azymuth) y requerimiento de sus servicios dentro y fuera de Brasil. Como dicen los componentes de BadBadNotGood: ¡°Se hace dif¨ªcil pensar en un disco completo que nos haya influido m¨¢s que Arthur Verocai. ?l es un aut¨¦ntico genio¡±.
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